Día 7 - Palacio Imperial, Roppongi Hills y Robot restaurant

Buenas noches desde la increíble ciudad de Tokyo. Tengo una buena noticia y una mala:
La buena es que el post de hoy viene cargadito de fotos, vídeos e historietas varias, la mala es que la escribo yo, LA JEFA (muahahahaha), ya que le he dado un poquito de chance a Javi (muahahahaha 2ª parte).

Antes que nada quiero decir que recuerdo un post en el que hablaba de las sensaciones que esta ciudad me aportaría y, tras llevar 6 días aquí solo tengo bonitas palabras que dedicarle, a la ciudad y a sus habitantes, que son simplemente magníficos.

Son personas educadas, con una imaginación increíble, con un mundo de fantasía interior alucinante y con un respeto hacia los demás que te da muchísimas lecciones de vida.

Un ejemplo: cuando vas a un Starbucks (cafetería en donde tienes que ir tú a por tu café), dejan el bolso en la mesa, se van a por su café y vuelven sin problemas... Viendo esto no me extraña que en la comisaría de Plaza España de Barcelona haya un montón de japoneses poniendo denuncias por robo, que pena más grande.

Aquí todo el mundo respeta las colas, de hecho están obsesionados con que se respeten las colas (igualito que en España en el que el lema es gilipollas el último).

Aquí en el metro todo el mundo va en silencio y sin molestar al de al lado y nadie te empuja ni te da por saco, además, para mi sorpresa, no hacen tanto ruido con la boca como creía que harían. Me encantan, en serio, tenemos mucho que aprender de ellos, aunque creo que es tarde.

Otra cosa fascinante es que aquí cada una va vestida como le sale de su coño moreno (ups... paso tanto rato con Javi que se me pegan las maneras!). Tú puedes ponerte lo que te pete, sin problemas, que aquí todo vale.

Para ejemplo un botón, aquí mis dos amigas serían apedreadas en muchas poblaciones de nuestra bonita península ibérica.

Bueno, la cosa es que este lugar es maravilloso, pero si vas a venir a Japón tráete, además de un abanico, una mente abierta y con ganas de sentir, experimentar y descubrir. Y unos zapatos cómodos, que con la tontería parece que estemos haciendo el Camino de Santiago.

Vamos que nos vamos con el transcurso del día de hoy ;)

Hoy nos hemos despertado prontito, ya que a las 10:00 teníamos una visita concertada para ver los jardines del Palacio Imperial, en donde vive la familia real (princesa depre incluida). La cosa está en que solo unos pocos pueden entrar cada día y Javi, que es super apañao, reservó la visita que, además, es totalmente gratuita. Nos hemos dirigido hacia allí con la primera tormenta que hemos tenido, lo cual es bastante raro, ya que aquí suele llover mucho, pero nada que un paraguas no solucione, además aquí te los dan transparentes para que no te pierdas nada de nada (cracks!)

La entrada en las instalaciones del Palacio Imperial y la explicación de en qué consistía a cargo de un poli que, por lo visto era chistoso, porque la muchachada nipona se despichaba con él, ha sido bastante tróspido. La caspilla de monarquía también sobrevuela Japón. Parecía que, en cualquier momento, iba a aparecer el Peñafiel japonés para hablarnos de sus altezas reales y del color de su caquita... muy rancio todo, pero muy interesante.

La cosa está en que el chistoso señor del palito nos ha pegado una chapa considerable y nos ha venido a decir que teníamos por delante un recorrido de 2 kilometros y medio y que, si queríamos, tenían audioguías disponibles para la ruta, pero, entre que nosotros no somos de audioguías y de que Javi me iba explicando su versión (mucho más divertida, pero menos documentada) de lo que veíamos, el paseito por el palacio imperial ha estado curioso. No es la octava maravilla del mundo, pero hemos echado un buen ratito.

Una vez finalizado el recorrido seguía lloviendo y nos hemos ido hacia Roppongi Hills por dos motivos:

1.- Hay un hard rock café y Javi aquí no encuentra camisetas de su talla y hemos ido a comprar una allí que fijo que tienen ropa grande y se ha comprado dos camisetas realmente chulas y



2.- Aquella zona tiene muchas áreas comerciales que están cubiertas y así no nos empapábamos bajo la lluvia que seguía cayendo, así que, pallá que nos hemos ido.

La sorpresa ha sido que había una mega exposición de DORAEMONS, ese gato cósmico que esconde de todo en su bolsillo mágico y que nos ha hecho sacarnos unas cuantas risas. la verdad es que ha sido muy chulo petardear entre tanto gatico cósmico.

Además de los gatos nos han hecho una foto explotando un globo de agua que es la que abre este post y que no sabemos muy bien qué es lo que patrocinaban, pero nos han hecho pasar un rato súper entretenido.



Como el tiempo ha mejorado y hoy nos tocaba volver a la zona de Shinjuku para ir al Robot Restaurant (brutal, luego lo explico), hemos estado hueveando (como dice Javi) y hemos paseado por centros comerciales super exclusivos, tiendas curiosas, centros recreativos.... Ahhh, además Javi le ha echado una moneda a una máquina de esas de pinzas y me ha conseguido un peluche de un gatitoooooo!! ayyyys, que emoción más grande! Me he sentido como la chica de la película que va a una tómbola y sale con un muñecote ¡BRAVO JAVI!, bueno, la cuestión es que hemos ido haciendo tiempo hasta que ha llegado el momento del ROBOT RESTAURANT, experiencia sin precedentes que, sin duda alguna, has de vivir si vienes a Tokyo.



Se trata de un local lleno de brilli-brilli por todas partes, música escandalosa, luces parpadeantes, lásers y colores estridentes en los que, mientras cenas o tomas una copa, hay un espectáculo en el que bailan y hay lucha de robots brutales. Si, entiendo que así, de buenas a primeras, esto suena como el mismísimo infierno, pero no, es un espectáculo cojonudo, eso si, de los que si lo miras mucho rato te expones a que te de un ataque epiléptico de esos que les daban a los niños japoneses viendo los pokemons.

Nosotros teníamos las entradas compradas desde hace tiempo y estábamos en primera fila, adrenalina a tope, magia pura, espectáculo a lo bestia. Además, por menos de 10 euros, te dan una caja con comida, un poco comida de robot, pero quita hambre, que ya nos ha valido. Bueno, el show dura una hora y media, en la que apenas puedes dejar de cerrar la boca. Aquí os dejamos algunos vídeos para que os hagáis una idea.










Estamos caminando un montón y físicamente notamos la actividad, pero tenemos la mente limpia, estamos desconectados y disfrutando a tope de lo que nos aporta esta ciudad estupenda.

Mañana enviaremos nuestras maletas hacia Takayama, ya que hay un servicio que te lleva las maletas y tu no tienes que ir cargado con ellas. Javi dice que si esto funciona nos buscamos a cuatro julais que nos lleven a la sillita de la reina y ya es un triunfo total.

Ahora me voy a rehacer mi maleta, mientras que os dejo con Javi y con algunas de sus experiencias (incluido el reto de hoy!!).

Viva Tokyo y viva Japón!

(anexo by Javi) 

Pues es que no tengo nada más que añadir. Belén lo ha explicado absolutamente todo, y muy bien. Si acaso, que hemos empezado a librarnos de ropa y hemos hecho un vídeo curioso. Así que os dejo con el reto de bebidas, el mencionado vídeo y ya si eso os cuento algo mañana. Un blog sin palabrotas por mi parte. Qué cojones está pasando, coño. 

Oops. 






¡Hasta mañana!