miércoles, 2 de marzo de 2022

Día 8: Hasta la próxima, New York




Hola a todos desde Barcelona. Uno de los puntos débiles de nuestro blog es que rara vez cerramos los viajes con una última entrada explicando la vuelta. Sí, lo hicimos volviendo de Australia porque nos pasó de todo, malo y bueno, y fue una de las más leídas de la historia de Aventura Global, cuando el blog se volvió terriblemente popular hace cinco años. Ahora que solo estamos unos cuantos, familia y amigos, queremos empezar a cerrar los viajes de forma correcta, así que allá vamos.




No era la típica vuelta a Barcelona, porque salíamos a las 23:40 y teníamos todo un día por delante. Tras desayunar y dejar las maletas en nuestro hotel, el U Fifth Avenue, fuimos al Museo de la Imagen y el Movimiento, Museum of the Moving Image en inglés. Antes de llegar, como pillaba de camino, decidimos hacer una parada en un lugar llamado Roosevelt Island. Es una isla en pleno río Hudson que tenía pinta de tener buenas vistas de la ciudad, el típico rincón escondido que no sale en las guías de viaje y te sorprende a cada paso que das.







Pero no, efectivamente, el sitio es una puta mierda, una auténtica pérdida de tiempo. No hay vistas buenas y joder, es que no hay nada de nada. Pero bueno, lo único que nos sobraba era tiempo, y teníamos la Metrocard de una semana, así que tampoco nos costó la pasta.






Llegamos al MOMI, que así lo llaman, y tengo que decir que quedamos particularmente satisfechos. El museo está de puta madre, es un museo de televisión y radio, básicamente. Había tres tramos principales. En el primero, había una exposición de cámaras antiguas y te dejaban hacer muchas cosas: desde hacer una película de stop motion, pasando por cambiarle el doblaje a una escena famosa de una película, y también cambiarle los efectos de sonido. Ni que decir tiene que aprovechamos la oportunidad para hacer el chorra a dos carrillos.









En la segunda parte había una exposición, diría que permanente, sobre Jim Henson, el creador de Barrio Sésamo y de películas como Dentro del Laberinto y Cristal Oscuro. Estaban los muñecos originales, una Caponata de tres metros de alto, Coco, Triqui, Gustavo, Peggy... y por supuestos, los dos viejos que critican a todo el mundo desde el parque, que son unos putos ídolos. Había documentales de cómo se hacían las cosas en los años 70-80, con mucha imaginación y casi artesanalmente. Ah, y también había un apartado para Fraggle Rock.











Y en la tercera se hablaba de deepfakes, bulos extremos, y había algo muy interesante. Alguien filtró el discurso de Nixon que nunca se emitió, y que se escribió en caso de que alguno de los astronautas del Apollo XI muriese en su viaje a la luna. Bueno, los que me conocéis - o los que hayáis leído la entrada del blog de Cabo Cañaveral - ya sabéis lo que pienso del tema, y si no, podéis clickar aquí y echaros unas risas. El caso es que alguien, utilizando inteligencia artificial y muchos discursos anteriores de Nixon, ha hecho un vídeo en el que parece que lo haya dicho. Lo linko, porque es una maravilla y la prueba de que las noticias son fácilmente prefabricables.









Se nos hacía tarde, así que comimos en el primer sitio que vimos y que tuviese buena pinta, y resultó ser un éxito. Se llama Sac's Place y hacen pizzas enormes, muy parecidas a las de Sloppy Joe's en Sevilla. Está en Astoria, al lado del museo de la imagen y de los famosos Kaufman Astoria Studios. Hay una foto de Rodolfo Valentino comiendo en el local, y se ve que los Hermanos Marx erab habituales. Los ingredientes son todos caseros, y el jefe muy amable, te cuenta anécdotas buenísimas. Recomendado.

De ahí nos fuimos a Brooklyn. Hay un sitio que tiene unas vistas impresionantes, y queríamos despedirnos de New York como se merece, viendo el skyline de Manhattan. También, de rebote, vimos la Estatua de la Libertad, que no la habíamos visto en todo el viaje. Hacía un frío de morirse, pero mereció mucho la pena. No quiero pensar cómo se tiene que poner de turistas ese sitio en verano. Barrio muy de gente adinerada, por cierto. Si vas por allí, tienes que ir a ver esto, la verdad. Es impresionante.












Acabamos nuestro viaje por New York en Wall Street, que estaba cerrado por ser sábado. No hicimos la gracia de ir a la estatua del toro y cogerlo de los huevos porque eso está ya muy visto, coño. Lo que sí queríamos era tomar café después del frío polar que habíamos pasado al lado del río, que era como estar en la nevera de una película de mafiosos. Vimos que había un Eataly, tienda gourmet italiana originalmente de Turín y expandida por todo New York, hay otra también cerca del Flatiron. Buen café, pero trato pésimo de todo el mundo: camareros, cajeros, todos fatal.




Volvimos al hotel, cargamos un poco los móviles y cogimos un coche para ir a Newark. No hubo problemas para salir del país, y eso es típico en todas partes. Entrar en un país suele ser engorroso, y últimamente con más burocracia que para adoptar trillizos en Tayikistán. Salir, todo el mundo puede salir. Casi lo más curioso que nos pasó es que había cientos de judíos ortodoxos en un vuelo hacia Varsovia. No me preguntéis por qué, no tengo ni puta idea, pero aquello era la fiesta del tirabuzón capilar. Uno de ellos se despistó y se quedó en tierra, y acabó en nuestro vuelo, que era de otra compañía. Será por dinero, míseros españoles. Nada reseñable en el vuelo de vuelta, salvo que me dio un tirón en la pierna y al moverme, me dio un tirón abdominal, y estuve moviéndome como un vil gusano durante 30 segundos en los que Belén creía que me estaba dando un chungo peor. Eso sí, me cortó las ganas de dormir. Ya no había cojones de hacerlo.




Y hasta aquí la primera aventura de 2022. La idea es que haya más, pero no sabemos si seremos capaces de viajar. Hemos decidido no tomar ninguna decisión hasta, como muy pronto, principios de Mayo. Se aceptan sugerencias, pero tened en cuenta que no se puede sobrevolar Rusia y eso limita nuestras opciones... En cualquier caso, ha sido un placer volver a viajar juntos y compartirlo con vosotros. Es siempre especial. Ahorraremos cuatro duros más, y nos gastaremos tres en otro viaje porque en la vida solo te va a quedar las experiencias que te lleves contigo cuando venga la huesuda.

Ya lo decía Pablo Neruda: "Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo".

Hasta la próxima.