martes, 31 de julio de 2018

Día 14: Surrealista excursión a Kaohsiung



Hola a todos. Hoy hemos salido de Taipei para hacer una excursión de un día a Kaohsiung, la segunda ciudad más grande de Taiwan. Antes de venir habíamos comprados dos billetes del tren de alta velocidad que conecta ambas ciudades con un descuento muy apetecible, oiga. Nos apetecía ver qué hay más allá de Taipei, que nos encanta en esta isla. Kaohsiung es una ciudad en desarrollo que aún no está preparada para el turismo masivo - y de seguir así, tardará bastante en estarlo, por mentalidad de la gente y cosas que ver y hacer. Taipei le pega mil vueltas en casi todo. Diría que hasta Plasencia, que es precioso y tenéis que ir, tiene más atracciones turísticas que Kaohsiung, y hablamos de un pueblo de 41,000 habitantes contra una ciudad de casi dos millones de personas.

Tenemos bastante cachondeo a la hora del desayuno con el notita que fríe los huevos. El primer día bajamos cinco minutos antes de que acabase el desayuno y el cabrón tuvo que volver para hacerle dos huevos fritos a Belén - lo hizo con una cara de culo tremenda. El segundo día repetimos el proceso pero ahí estaba, mirada amenazante, así que me acerqué y le dije con voz resacosa: "yo no quiero nada, gracias". Ayer estaba otro tío que hizo huevos para los dos sin pedirlos - al menos, yo no pedí nada - y hoy, para joder, hemos bajado a las siete de la mañana y ese cabrón no estaba. Veremos qué pasa mañana, igual los que no estamos somos nosotros. Amenazamos con aparecer cuando falten 30 segundos, en pijama y gritar "TÚ!!!! FRÍEME UN HUEVO!!!!" solo por joder.





La verdad es que encontramos muy fácil el proceso de sacar los billetes. Encontrar la máquina correcta, meter el número de referencia, el del pasaporte y plas, liso, billetes en el bolsillo. Todo lo contrario es encontrar un wifi abierto en la Taipei Main Station. Hay como cuatro wifis abiertos y no funcione ninguno - algunos son para móviles taiwaneses, otro pide un proceso de registro en el que casi tienes que dar tu grupo sanguíneo hasta que te dicen que vayas no se dónde en la ciudad para completar el proceso. Es pa sus muertos. No hay manera. El tren ese de alta velocidad funciona de cojones, Belén aprovechó para escribir algunas postales. Os puedo decir que quien reciba las postales de Belén será afortunado, o afortunada. Se lo ha currado mucho. Aparte de quedarme sopa, estuve escuchando música y cargando los móviles con el Manolito, que se vino a Kaohsiung con nosotros y puede con todo, el cabrón.

Una vez que llegamos, caos. Bueno, lo primero fue un Reto de Bebidas, claro.










Buscábamos un bus turístico que en teoría paraba en la estación principal de Kaohsiung, una tartana de mierda en el centro de la ciudad. El tipo de información, honesto es, vino a decirnos que ni hablaba inglés y que no tenía ni puta idea de que hubiese un bus turístico pero que si queríamos un combo bus turístico y ferry del amor (que así se llama), pues que lo suyo era ir a la parada de ferrys porque en Taiwan los ferries van por el agua, no por las vías del tren. Eso hicimos, buscar el ferry en Kaohsiung, cogiendo el metro hasta el punto correcto. Nos equivocamos tres veces y nos desviamos para ver algo muy chulo llamado The Dome of Light, pero al final salimos del metro... por la salida incorrecta. Tuvimos que dar un rodeo impresionante - normal que estemos dando tantos pasos si la mitad los hacemos por gilipollez propia. Llegamos a la parada adecuada pero por allí no pasaba ni el Coche Fantástico, no había nada, pero andando un poco con cierto sentido encontramos una terminal con barcos.











Al final nos fuimos en ferry a una isla llamada Cilin, llena de tiendas de pescados seco y de gente que no tiene no puta idea de nada. Una vez allí dimos una vuelta que se convirtió un odisea erótico-festiva al preguntar a un buen señor que pasaba por ahí. El tipo nos mandó directamente a un puerto pesquero, y tuvimos que dar la vuelta para coger el mismo ferry en el que vinimos. Antes fuimos en dirección al paseo marítimo pero el calor pegaba que no veas. Tenía una sed espantosa, paramos en un 7-Eleven a comprar algo frío y allí sucedió un milagro: en el sur de Taiwan, en el quinto coño, vendían Cruzcampo.










Ya lo sé, habrá quien piense que eso solo incrementaría la pesadilla y que Cruzcampo es el peor líquido que haya salido jamás del culo de la civilización, pero servidor de ustedes es sevillano y son más de 30 años bebiéndola, y muy fría y con mucho calor entra como nada. Me la tuve que beber rápido, porque hasta siendo sevillano, hay que reconocer que beberse una Cruzcampo muy caliente es como beber meao de hiena. En cualquier caso llegamos a la playa y tenía buena pinta - muchos barcos, lo cual mola si no te bañas, un concurso de castillos de arena y un chiringuito estupendo.










Al volver en el ferry cogimos un taxi que nos llevó al punto más alto de la ciudad, el 85 Sky Tower, con un observatorio a unos 260 metros de altitud. Las vistas son impresionantes, porque el edificio está en el centro de la ciudad, no había casi nubes y se veía muy bien en las cuatro direcciones. La ciudad no tiene casi nada que ver, pero es extensa y eso hace que las vistas merezcan mucho la pena. Pensábamos comer allí pero no había Food Court, el sitio es un hotel con tres restaurantes de lujo y poco más. Cogimos otro taxi y nos plantamos en el mayor centro comercial de Asia Oriental, el Dream Mall, donde comimos estupendamente en un plato que en sí mismo era una olla caliente.

Eran alrededor de las tres y pico cuando de repente, tras haberlas buscado por la ciudad como Indiana Jones al Santo Grial, apareció una parada del autobús turístico. Coño, esta es la nuestra, nos vamos a las ocho, así que podemos ver un montón de cosas utilizando el autobús. Belén fue a preguntar y le dijeron que el siguiente salía a las 16:00. Perfecto, cojonudo, pensé. Luego empezaron una conversación un tanto surrealista.

- (Belén) Es un poco caro, ¿no? Son 300 NT$ por 45 minutos, ha dicho usted? En Taipei vale lo mismo pero son cuatro horas...

+ (autobusero) Bueno, eso es solo el principio.

- ¿El principio de qué?

+ El principio del timo que les acabamos de meter. Apenas el prepucio de la polla que les hemos metido por el culo. El autobús turístico dará una vuelta de 45 minutos, volverá aquí y no se podrán bajar de él o levantarse de su asiento mientras esté en marcha.

- Coño, sí que parece un timo importante. Recuerde que me despida de usted luego como se merece, con una épica sarta de insultos.
















El trayecto en autobús fue el mayor timo de la década. Sí, dio una vuelta por toda la ciudad pero no pasó prácticamente por ningún monumento. Solo veíamos edificios feos y la audioguía decía que aquí había un restaurante japonés, aquí hay una librería, aquí se hizo una paja el Chino Cudeiro en 1994. Un asco. Una mierda. Una pérdida de tiempo y dinero. No vimos nada de nada, el autobusero paseando a Miss Daisy. Menos mal que un señor gordísimo y su familia como con 72 hijos, que se subieron antes que nosotros, optaron por sentarse en los peores sitios, donde daba el sol de canto. Pobres mamones.













Claro, volvimos al Dream Mall y desesperados, nos fuimos a tomar algo en un sitio llamado Charlie Brown Cafe, en una mesa con un Snoopy deprimido. Sabíamos que una de las mejores atracciones turísticas de Kaohsiung era la Pagoda del Tigre y el Dragón, por la que por supuesto, no pasó el puto autobús de mierda esa, y que estaba cerca de la estación de tren. Fuimos para allá y flipamos. Es un sitio muy bonito, con varias pagodas, y al atardecer es casi tan impresionante como la nube de mosquitos que nos perseguía. Hicimos muchas fotos buenas y disfrutamos de la mejor atracción abierta de Kaohsiung - había un templo con un buda gigante, pero cerraba los martes - tanto como pudimos antes de coger el tren de vuelta a Taipei. Creo que nunca me he alegrado más de volver a Taipei, joder. Con razón me tenían prohbido salir de la ciudad cuando curraba aquí - era para que no me deprimiese aún más.









Llegamos a Taipei y tras mendigar wifi en un burger cercano a la Main Station decidimos ir al Friday's - nada como un poco de comida basura deluxe para levantar el ánimo. Nuestra siguiente parada era el Revolver, un bar de rock recomendado por el mismísimo Ling Wei, dueño del Roxy Rocker. Había un autobús que iba punto a punto, perfecto, y que teóricamente llegaba en nueve minutos, pero tardó tres. Cuando se abrió la puerta vimos una cara familiar.

- ¿Qué pasa, calvichi, qué marcha me llevas?

+ ¡Hostia! ¡Lee E. Fittipaldi! ¡Hijoputa! ¿Pero qué coño haces aquí, loco?

- Nada, que me han echado de Corea del Sur por conducción temeraria. Me han quitado los puntos del carnet, ahora tengo -38. Y me he venido para acá. ¿Y vosotros? Vaya viaje os estáis pegando, cabrones.

+ Ya, bueno, ese es otro tema. Más agradable que el tuyo.

- Bueno, no te preocupes que ahora cuando subas vas a conocer el terror verdadero.

Efectivamente, Lee E. Fittipaldi fue regateando cunetas, saltándose semáforos y esquivando paradas hasta llegar al Revolver. El bar no está mal, tiene terraza, ponen buena música pero está a años luz del Roxy. Conocimos a una chica inglesa que tras un año en Vietnam, ahora pasaría otro en Taipei enseñando inglés. La vida me han enseñado a reconocer a los buenos vividores y esta chica era una de ellas, sin duda. Sus padres deben tener una pasta gansa. Dimos unos vuelta por el CKS Memorial Hall de noche y apagaron las luces cuando estábamos en el centro de la estructura. Moló mucho.







Hoy no hay grandes planes, bueno... quedaremos con mi amigo Ángel, que vive aquí desde hace casi 20 años, iremos a un restaurante de lujo a cenar, el Mume, y intentaremos ir a un mercado nocturno para dejar Taipei en todo lo alto. Filipinas, vayan calentando que salen ya mismo....

PS:
PASOS: 16,962
KILÓMETROS (hoy): 13.35 Km
KILÓMETROS (total): 146.87 Km
DESDE CUENCA: hasta Odón, Zaragoza

lunes, 30 de julio de 2018

Día 13: De menos a más en Taipei



Hola a todos desde Taipei, donde hemos tenido un día un tanto irregular, con muchos fallos por nuestra parte al principio de la jornada pero que hemos conseguido remontar espectacularmente hasta ser uno de los mejores del año. Todo comenzó con bastante tranquilidad, a las doce del mediodía aún estábamos en el hotel no haciendo ni el huevo. Poco a poco nos fuimos activando con la intención de coger el bus turístico. Era nuestro tercer y último día con el Taipei Fun Pass y teníamos cinco pases gratis en el bus turístico, así que pensamos que sería una buena idea para ver de todo un poco. Vale, el bus turístico no paraba cerca. De hecho, la parada más cercana estaba a 12 minutos andando, en el Chang Kai-Shek Memorial Hall. Cualquier excusa es buena para volver a un sitio así, y más un lunes por la mañana, sin turistas, sin nadie en su sano juicio con el puto calor que hacía, claro.








Aún así hicimos muy buenas fotos y Belén encontró la forma perfecta de tomar ventaja en el Reto de Bebidas Asiáticas. Si tenéis la impresión de que iba ganando yo después de lo que pasó ayer, no os perdáis lo que ha pasado hoy. Si Belén hubiese ido vending por vending buscando la bebida más asquerosa de todo Taipei no habría tenido tanto éxito. Qué ascazo.




Suponíamos que el autobús pararía en la puerta principal del CKS Memorial Hall (el Chanca, para los amigos), pero ahí no decía nada y en nuestro dossier no venía dónde mierda paraba el bus turístico. Vimos a uno pasar de largo, así que empezamos a rodear el edificio en dirección contraria con 35 grados al sol. Estos Memorial son bonitos pero no hay una puta sombra. Hablamos con un señor muy amable que nos dijo que la parada estaba justo en la parte opuesta. Exactamente, qué huevos, estábamos justo allí. Otra vez a pasar por delante del Chanca hasta donde decía el tío. Llegamos a la parada. Justo se había ido el autobús. Media hora de espera. Menos mal que había un MOS Burger en un sitio fresquito y Belén acertó con las bebidas, un té de frutas cojonudo.







Cuando por fin estábamos en el sitio adecuado y en el momento justo apareció el bus turístico, ole sus cojones. Íbamos a subir pero una chica, con la mejor de sus sonrisas, empezó esta conversación:


- Hola, guiris de mierda. Jódanse y paguen. Son 300 NT$ por cuatro horas.

+ (Belén) Verá, es que tenemos el Taipei Fun Pass

- Y yo tengo una foto de mi prima Antonia en la cartera, ¿la ve usted? La foto de mi Antonia vale lo mismo que su Fun Pass aquí y ahora. Paguen o no subirán, bastardos.

+ (Belén) Pero en las reglas viene que tenemos cinco pases del bus turístico con el Fun Pass.

- Pues será con otro bus turístico, porque con este no. Vámonos, conductor Wong, que esta gente son unos pobres.

+ (Belén) Media hora nos habéis tenido al sol y hemos dado una caminata de cojones para que nos vengas con esta mierda.

- No es mi problema, oiga. Búsquense otro autobús.

+ (Belén, mientras se cerraban las puertas) Espera espera espera! Una cosa más!

- (Abriéndose la puerta) ¿sí?

- (Belén) Que antes de que se vaya, me quería asegurar que aquí mi marido y yo nos cagamos en su puta madre y en la de la prima Antonia también. ¡Estirada!




Total, la parada de metro estaba, oh chorprecha, en el otro lado del Chanca. Tuvimos que atravesar por tercera vez la estructura en menos de hora y media. Normal que estemos haciendo tantos kilómetros, si a veces no paramos de hacer el gilipollas. La siguiente parada del día era un mercado a la altura de Zhongxiao Fuxing, en el centro neurálgico de la ciudad. Paramos a comer en el Food Court de los grandes almacenes SOGO y procedimos a buscar el mercadillo en cuestión. No hubo cojones de encontrarlo, no estaba por ninguna parte. Resultó, y nos hemos dado cuenta muy a posteriori, que el mercadillo era bajo tierra, entre las estaciones de metro de ZhongXiao Fuxing y ZhongXiao DunHua. Al final lo hemos visto, pero con un poco de suerte. No estaba mal, pero no mataba.











Cogimos el metro hasta el Sun-Yat Sen Memorial Hall. Pensábamos que si Chang Kai-Shek tenía ese pedazo de mausoleo siendo un sátrapa y un falso, el de Sun-Yat Sen tendría que ser directamente la hostia, porque este señor es el padre de la República de China, el que independizó Taiwan y lo acercó a los Estados Unidos comercialmente hablando, una de las mentes más brillantes de la historia de Asia. Lo cierto es que entramos por una entrada lateral y aquello parecía una mierda. Sí, se ve el Taipei 101 detrás pero el edificio estaba lleno de gente que estaba o meditando o bailando hip hop. 










Una vez que rodeamos el edificio comprobamos varias cosas: que es un sitio muy bonito con unas vistas completamente imbatibles del Taipei 101, eso para empezar. Además hay un centro para educar a personas mayores en la planta baja, el edificio es bastante funcional, con auditorios, galerías de arte y exposiciones fotográficas. Rinde muy buen tributo a Sun-Yat Sen, a cuya gigantesca estatua piden que saludes con respeto por lo que significó para la isla... antes de que Chang Kai-Shek llegase a Taiwan huyendo de Mao. Y encima pillamos el relevo de la guardia bueno, el chachi, el de las cinco de la tarde, y lo grabamos prácticamente íntegro. Es un documento muy interesante, linko el vídeo al final de este párrafo. Total, que ha sido una visita espectacular.














El día solo ha ido para arriba después de eso. Hemos ido a ver la tienda de la NBA en Taipei y es mejor que cualquier tienda que vimos durante el All-Star este año. Compré una camiseta de NBA Taipei y un muñeco muy gracioso de nuestro compadre Kristaps Porzingis. Había mogollón de cosas de los Brooklyn Nets, que actualmente son un equipo de mierda, y es porque Jeremy Lin, de ascendencia taiwanesa, juega allí. Ah, carajo. Después fuimos a darnos un masaje en los pies en el mismo sitio que fuimos ayer. Hoy es el décimo cumpleaños de nuestro sobrino Nacho, que es un crack. Hicimos una videollamada y, al ver que mi masajista tenía una máscara puesta, pensó que era porque me olían los pies. Nos echamos unas buenas risas con eso. Este niño promete.











Hemos acabado el día en un restaurante de hot pot que nos recomendó nuestra amiga Jenny. La filosofía es la siguiente: te ponen una olla por delante y eliges dos tipos de caldos, eliges lo que quieres poner, sin grandes límites, incluida carne de Wagyu, verduras, gambas, noodles, dumplings, de todo. Te ponen la olla separada en dos compartimentos con los caldos que elijas y aparte tú puedes crear salsas adicionales con un montón de ingredientes extra. Se echa todo en la olla, se cuece en plan chup chup y venga, a comer. Es algo distinto, un concepto que no podría tener éxito en España. Por ejemplo, había helado Haagen-Dazs - ya me veo a la gente llevándose hasta las neveras. El caso es que estaba muy bueno y diría hasta que triunfamos a lo grande. Una muy buena experiencia, recomendadísima. 

Mañana nos vamos a Kaohsiung, la segunda ciudad más grande de Taiwan. Os lo contaremos todo a la vuelta... Promete ser divertido.

PS:
PASOS: 15,357:
KILÓMETROS (hoy): 12.13 Km
KILÓMETROS (total): 133.52 Km
DESDE CUENCA: hasta Campo Arcís

domingo, 29 de julio de 2018

Día 12: Museos, karaoke y la venganza de Reto de Bebidas



Hola a todos desde Taipei. Por problemas logísticos hemos empezado a publicar nuestros blogs durante la mañana del día posterior, cuando en España todavía es de madrugada. El problema es que Internet va a pedales en el Royal Biz Taipei y los vídeos tardan un huevo en subir. Gran idioma el castellano, en la que el huevo es medida de casi todo. Ayer volvimos al Roxy Rocker por última vez en este viaje, quién sabe si en la vida. Lo pasamos espectacularmente bien y eso que hubo movida. Había una chica taiwanesa que la había dejado el novio y llevaba un ciego tremendo. No se podía tener en pie y Belén la encontró en estado semivegetativo y ultramierdoso en el lavabo de señoras. Llamó a seguridad, que procedieron a expulsarla del bar. La música fue peor que nunca menos un rato glorioso que volvió a sus orígenes indies. En cualquier caso lo pasamos bien y creo que llegué al hotel algo perjudicado.

















Esta mañana nos lo hemos tomado con calma absoluta pero al final hemos hecho muchísimas cosas. Hay tres cosas muy importantes que ver - el National Palace Museum, el Martyrs Shrine y el Grand Hotel - que están relativamente cerca el uno del otro. Tras esperar 10 minutos al primero de los dos autobuses que teníamos que coger para ir al museo, decidimos mandarlos a tomar por culo y coger un taxi. El pitorreo era máximo hasta para dos personas que estaban de vacaciones. el museo no es muy convencional - no hay ni un cuadro tal y como lo conocemos. Es un museo de objetos y pergaminos que hacen las veces de cuadros. Hemos visto que la Dinastía Ming, la más interesante y famosa en cuanto a porcelana china, coincidió en tiempo con el Renacimiento... y estoy seguro que hay un paralelismo, una explosión cultural que pilló a ambos lados del mundo. Había gente por todas partes, parecía que regalasen la entrada o que pagaran a los locales por ir. No sé, no está mal pero lo recordaba mejor.


















Después hemos ido en taxi al Martyrs Shrine, un sitio de culto a militares caídos de gran tradición. Tiene tanta tradición... como poca sombra, el hijo de la gran puta del arquitecto no pensó en poner un toldito o algo. Es un sitio con mucha clase, repleto de banderas de Taiwan por todas partes y lo dicho, menos sombra que en la H intercalada del desierto del Sáhara. Tras dos días más o menos soportables, hoy sí ha hecho un calor importante. Nos hemos refugiado 20 minutos en la única sombra que había antes de ver el relevo de la guardia. La gente hoy en día es muy irrespetuosa y encima, el relevo bueno es el de las 16:40, que viene con un pequeño show adicional. Afortunadamente eso lo grabamos en 2011, cuando la gente era mucho más legal. El teléfono móvil con acceso a Internet es una puerta a la sabiduría del mundo, a conocer cosas que te fascinen, pero casi todos lo utilizamos para hacernos selfies. Es descorazonador, y tampoco hacemos nada por evitarlo - al revés, nos apuntamos al carro.

La humanidad se está acarajotando a pasos agigantados. Adjuntamos un vídeo nuestro de 2011 con el show completo para que comparen.











Había movida en el Grand Hotel - domingo por la tarde, la gente se pira y el personal va a tope. Y aquí llegamos nosotros, dispuestos a tomar el té y una ensalada. Tardaron media hora en servirnos y estábamos a punto de montar un chocho bastante importante, con reclamaciones y demás, pero al final estamos de vacaciones, en el Grand Hotel se estaba fresquito y es un sitio chulo, así que pa qué. Hicimos fotos del exterior del edificio, una pagoda roja gigantesca que roza la perfección y nos cogimos un autobús hasta Shandao Temple. Tiene su qué, oigan - 220 días en esta ciudad repartidos en dos décadas y nunca había cogido el puto autobús. Era un tipo pudiente por aquel entonces, supongo.







Tras una breve visita de minuto y medio a mi antiguo hotel que me hizo sentir como si me fuesen a encarcelar por allanamiento de morada, Belén decidió plantearme un Reto de Bebidas. Fuimos a un 7-Eleven, compramos tres bebidas - una para mí, otra para ella y la otra para el reto - y ahí es donde el karma atacó con gran violencia. No solo la bebida que me dio estaba buena... la que compró Belén para ella tenía mocos. Imperdible documento si habéis seguido el Reto de Bebidas Asiáticas hasta ahora. Aparte, lo del descuento del 7-Eleven es muy gracioso.







Tras el incidente con su bebida, Belén se fue a hacerse un masaje de pies. No encontramos a Peter pero en el mismo sitio hay un salón de masajes (joder, dicho así parece que haya ido a hacer otra cosa) y allí se quedó. Mientras tanto me fui a Chia Chia Records, la mejor tienda de discos de Taipei. Originalmente - y en 2011 - estaba al lado del antro tocapinreles de Belén, pero han cambiado de ubicación y ahora está al carajo. Tenía 50 minutos y me dio tiempo de ir para allá andando, trincar un disco de Snow Patrol, mirar cinco minutos y volver. Al menos mereció la pena y mejor, porque tengo un problema hasta ahora inconfesable, pero ya me da igual, os lo cuento: me entran ganas de cagar en las tiendas de discos. Me relajo y siempre me pasa. Si alguna vez estáis en una tienda de discos y hueles mal, no le eches la culpa a otro: he sido yo con un 90% de probabilidades.






Terminamos la noche en un karaoke llamado PartyWorld. Salió bastante caro, porque éramos dos y pedimos una sala privada y un montón de comida, por cierto, malísima de la muerte. Estuvimos dos horas comiendo y cantando por unos 80 EUR - claro, si hubiésemos sido ocho habría salido muy bien de precio, pero en fin. El tablón estaba en chino y la chica que nos llevó a la sala nos dio unas instrucciones mínimas, pero fuimos capaces de encontrar las canciones en inglés. Eran pocas pero había alguna sorpresa, como Black is Black de Los Bravos. Menos mal que no cantamos en público porque el nivel de berreo fue, a ratos, lamentable. Hicimos un par de vídeos, eso sí, que no nos dejan muy mal y para nada reflejan la realidad.







No os creáis todo lo que os cuenta la gente, menos aquí, por supuesto, su blog favorito. Llevamos dos entradas sin comentarios, y podéis dejar el vuestro justo debajo de estas líneas. Belén está haciendo un trabajo fino en Instagram, en la cuenta aventura_global y yo estoy de vacaciones en mi cuenta de Twitter habitual para dedicarme a @aventura_global siempre que tenga wifi. Seguimos disfrutando, ¡dos días más en Taipei! 

PS1: Ayer hubo una toma falsa. Digo yo que a alguien le hará gracia esta mierda, porque si no, pa qué coño lo linko.




PS2:
PASOS: 16,449
KILÓMETROS (hoy): 12.99 Km
KILÓMETROS (total): 121.39Km
DESDE CUENCA: hasta Belmonte de Tajo

PS3: Ya que has llegado hasta aquí, un poco de cachondeo taiwanés para acabar esta entrada de blog...