viernes, 20 de julio de 2018

Día 3: La Ciudad Prohibida y el Fin del Capitalismo



Hola a todos desde Pekín. Estamos agotados - en el momento de escribir estas líneas, estamos en la habitación del hotel tras nueve horas dando vueltas por Pekín, la mayoría del día a 35 grados, sin sombra y sudando la gota gorda. Yo mismo he escurrido mi camiseta tres veces porque estaba completamente empapada en sudor. Así las cosas, y dado que mañana tendremos más de lo mismo (o peor) en la Muralla China, hemos decidido tomarnos el resto del día con tranquilidad. Lo hemos pasado muy bien, Pekín nos ha sorprendido positivamente. A ver, no es un sitio ideal para vivir, pero está mejor de lo que parece.







Tras un buen desayuno en el hotel nos hemos dirigido hacia el metro. Habíamos escuchado barbaridades del Metro de Pekín y lo difícil que es orientarse, pero todo eso es mentira. Admito que no somos viajeros primerizos y que ya hemos lidiado con máquinas de metro en medio mundo, pero la verdad es que el proceso es bastante sencillo. Llegar a la parada, buscar la máquina expendedora, poner la opción de inglés, señalar la línea de metro de destino y en ella, la parada del destino. Pagar y ya está, tienes tu ticket. El metro está bastante bien indicado y si pones atención, es realmente difícil perderse. Hemos llegado a la estación de Tiananmén en unos 20 minutos.




Teníamos dos opciones, completamente aleatorias: o veíamos primero la plaza y luego la Ciudad Prohibida, o todo lo contrario. Nosotros decidimos ver primero la Ciudad Prohibida - lo cual veréis, con el tiempo, que es un error tremendo. Total, pasamos tres o cuatro controles y llegamos a una entrada que ponía "ticket check". Claro, si te comprueban el ticket es que llevas el billete en la mano, ¿no? Pero allí nadie llevaba un carajo. En un alarde de deducción rápida por nuestra parte, pensamos que los chinos entraban gratis y eran los guiris los que pagaban. Miramos alrededor y había unas taquillas. Efectivamente, pagabas, te registraban el pasaporte y el propio pasaporte hacía las veces de billete. Nota importante: es necesario llevar el pasaporte a todas partes. Nosotros no lo sabíamos y hemos acertado de intuición y pura potra.







La entrada a la Ciudad Prohibida son 60 Yuan, unos ocho euros. Hay que pagar 10 Yuan extras para una exposición de relojes bastante chula y otros 10 para una especie de tesoro que es una mierda. Hay muchos templos y lugares de interés, es una construcción magnífica... pero a 35 grados y con una humedad por encima del 80% ningún paseo es agradable, y ahí no hay más cojones que andar, andar y andar. Estuvimos más de tres horas dando vueltas y cuando decidimos irnos llegó el principal problema del día: salir de la Ciudad Prohibida no es fácil. Es un sitio espectacular, las palabras no le hacen justicia, pero salir de allí... es una odisea.






Básicamente, no puedes salir por donde has entrado. No sé por qué, pero no te dejan, quizás sea por logística o quizás por puro sadismo. Te mandan a una puerta Este que no es fácil de encontrar. De hecho, en la zona del tesoro preguntamos a un guardia chino que no nos ayudó mucho.

- Pepe, ¿por dónde salgo de aquí?

+ Uh. Para allá

- Que cómo me voy de aquí, que me quiero ir, que hace calor.

+ Para allá.

- ¿Y alguien que hable inglés?

+ Para allá

- ¿Y la fuente de la eterna juventud también está para allá, gilipollas?

+ Pues no, guiri de mierda. Está detrás de este edificio, has pagado 10 Yuan extra para visitarla, soplapollas europeo.

Efectivamente, en el mapa de la zona del tesoro ponía "Happiness Longevity Hall". Qué cabrón el chino, me la había metido doblá. El caso es que queríamos irnos y por fin, tras preguntar a media Ciudad Prohibida, encontramos la puerta de salida. Había un kilómetro y medio hasta la Plaza de Tiananmén y vimos que había un trolebús que valía 2 Yuan (menos de 30 céntimos) y que daba la vuelta al edificio. Cojonudo, pensamos, con poco que recortemos, ya va bien. El trolebús nos dejaba exactamente en la parte opuesta de la Ciudad Prohibida. Tuvimos que volverlo a coger y andar el kilómetro y medio (haciendo un pit stop para tomar una cerveza) hasta la Plaza. Tuvimos que volver a pasar el control, bajar por un subterráneo, preguntar a un chico bajo una pancarta que ponía "TIANANMÉN VOLUNTEER" que dónde estaba la plaza y nos dijo que ni puta idea, equivocarnos por su culpa, volver y tachán, la Plaza de Tiananmén, donde está en Museo de China, la tumba de Mao y donde en 1989 hubo una masacre sin precedentes en contra de la libertad de expresiòn.




El sitio daba muy mal rollo y solo hicimos unas cuantas fotos. Tampoco teníamos tiempo y ganas de meternos en un museo, así que nos fuimos a una calle comercial cercana, a una parada de metro, a comer y hacer un poco el chorra. Mi condición física era precaria y comimos en el primer sitio medio decente que vimos, un dim sum en la sexta planta de un centro comercial. No es el ideal de estilo, pero la comida estaba buena y entre los dos pagamos 105 Yuan, esto es, unos 7 EUR por cabeza.




Poco después llegó lo que nadie esperaba: el fin del capitalismo tal y como lo conocemos. Todo lo que creéis haber visto es mentira y lo podemos probar. En el centro comercial había una tienda de Adidas Originals y sorprendentemente había una camiseta muy chula de mi talla. Lo último que podía esperar. Fuimos a pagar y la chica nos llevó a otra tienda. Bueno, había una tienda de Adidas normal al lado pero no, teníamos que pagar la camiseta Adidas... en una tienda de Nike. Cuando pusimos el pie en la tienda Nike empezamos a gritar "nooooo", "no puede serrrrr", "hooostiiaaaaaa". Tenemos la prueba en la foto siguiente: el capitalismo es mentira.


















Estuvimos andando por la calle comercial y cogimos una bocacalle con muchos pequeños restaurantes. El vídeo habla por sí mismo: escorpiones fritos, larvas, incluso serpientes y pequeños dragones, todo para comer en el acto. Sin relación con estos bichos asquerosos, Belén optó por hacer el segundo reto de bebidas. Intentamos volver en taxi, pero cinco de ellos nos mandaron a la mierda, así que volvimos en metro, que es más barato. Esta noche creo que volveremos al sitio del pato, pero nos dejaremos aconsejar.

PS1: Me hace mucha gracia que en el andén de metro hay entradas para discapacitados, pero para llegar a dicho andén hay que pasar por escaleras convencionales de todo tipo. Si eres discapacitado y tienes cojones de llegar ahí sin ascensores ni escaleras mecánicas ya no es que tengas acceso preferente, es que eres un héroe, directamente. 

PS2: 
PASOS:: 19,426
KILÓMETROS:: 15,34 Km
KILÓMETROS TOTALES: 20.63 Km
DESDE CUENCA: hasta Fuentes

9 comentarios:

  1. Como me gusta leeros... informad de todo que el año que viene vou a hacer el mismo viaje

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    1. Gracias, Bob. El mismo viaje? Bueno, se pueden añadir variantes y que sea mejor...

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  2. Que jaleo se oye en las calles continuamente. Tiene que ser tremendo el bullicio!!

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    1. Pekín es como un juego de Spectrum trucado: tiene vidas infinitas. :)

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    2. jajajajaja. La imagen de la cola de la Ciudad Prohibida lo dice todo...menudo reguero..

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  3. Por cierto Belén, genial el traveling con el reto de bebida!!!👏🏼👏🏼👏🏼

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  4. Impresionante la ciudad prohibida, si alguna vez tengo voy a China la pongo en la lista de sitios a visitar

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    1. Sin duda Mikel! Piensa que ha wstest cerrado al público durante siglos!! Es para no perderselo

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