sábado, 21 de julio de 2018

Día 4: Rematando Pekín con la Gran Muralla



Hola a todos aún desde Pekín. La temperatura es sofocante y hoy ha salido el sol, lo cual ha hecho que hubiese mas calor incluso que ayer. El día parecía darnos una tregua al principio de la mañana. Nos hemos levantado a las 5:52 hora local, cuando todavía era viernes en España. Por algún motivo que desconozco, no tenemos jet lag y estamos aguantando bien el tirón. Hemos cogido el metro porque a las 7:00 teníamos que salir hacia la Gran Muralla. Ya lo he dicho antes, pero lo diré otra vez: el metro de Pekín es realmente eficiente, con carteles por todos lados, cero esperas, muy barato y llega a todos lados. Nos estamos planteando irnos al aeropuerto mañana en metro, porque aquí los taxistas son unos putos cabrones engreídos que no nos cogen ni aunque vayamos con el puto Jackie Chan.





Llegamos sin ningún problema al hotel Sunworld, nuestro punto de encuentro. Nuestros amigos del hotel, el Beijing 161 Lama Temple Courtyard nos hicieron una bolsa de picnic con un sandwich y un plátano. Solo le veo dos problemas al hotel y son de pequeña entidad: a) el desayuno va de 7 a 9 y b) acertar con la temperatura del agua de la ducha es como acertar cuatro en la primitiva: es posible, pero muy improbable. Allí nos esperaba nuestra guía Emma, local, con un nivel de inglés muy bueno y el conductor local, Pepiño, asiático descendiente de gallegos que se limitaba a conducir por atajos imposibles, adelantar en línea contínua y poner en riesgo nuestra vida cada dos o tres minutos. Con nosotros venía Dan, un inglés de Portishead que estaba en China por curro - trabaja con unas máquinas que sirven para tratar el cáncer, así que si tiene éxito en su misión hará de este mundo un lugar mejor, al contrario que nosotros, que somos unos bandarras.




Había dos horas de camino hasta la Gran Muralla China así que Emma nos dio una cantidad de información tremenda. Por ejemplo, en Pekín hay un límite de 6.5 millones de coches y ya se ha llegado a ese límite, así que no se tramitan coches nuevos. Habló de lo bueno que es el transporte público, de cómo la ciudad cambió con las Olimpiadas de 2008, de temas más espinosos como las restricciones en Internet... Claro, a medida que avanzábamos hacia la China rural todo iba a peor. Los sitios por los que pasábamos eran más cochambrosos, a Emma se le acababan los temas de conversación y acabó hablando del horóscopo chino, las restricciones a la hora de tener hijos y cosas así... y Pepiño se iba creciendo, quitándole las pegatinas a todos los coches que adelantaba mientras le mirábamos con horror.















Llegamos a la Gran Muralla. Qué temperatura más agradable, pensé. Los cojones, por supuesto. La temperatura fue aumentando a lo largo el día hasta al alcanzar niveles insospechables. Puedo decir que he dejado mi ADN en la muralla china, porque me tuve que quitar la camiseta completamente empapada, escurrirla y que saliese como un litro de agua. Y lo he hecho tres veces. Al principio había niebla y no se veía un carajo. Rápidamente tomamos la sabia, responsable, lógica y cobarde decisión de hacer el tramo más fácil de ese trozo de Muralla, a saber: subir en un telesilla, ver nueve de las 20 torres que había, casi siempre bajando escalones en vez de subirlos, y bajar al punto de partida en un divertido tobogán. Todo lo que no fuese hacer esto era el infierno sobre la tierra, y había mucha gente haciéndolo. Cada vez que me cruzaba con alguien en sentido contrario, subiendo con dificultad pensaba con cierta pena... "jejeje, pobres mamones, no tienen ni puta idea".










Aún así fue bastante duro. Tuvimos que parar en la torre 10 - íbamos de la 14 a la 6 - para beber agua. Valor nominal de la botella, 2 Yuan. Nos cobraron 60. "Es que las tengo que subir cada día hasta aquí", decia la tía. Estuve por sacar un euro y decirle, hey, que este euro no es un euro normal, lo he traído yo mismo desde España, pero accedí al timo porque ME ESTABA MURIENDO DE SED. El tramo final fue el más duro pero fue compensado por el buen rato que pasamos bajando por el tobogán. Al principio iba con mucha prudencia pero luego arranqué y hasta alcancé a los de delante. Belén, claro, lo hizo bastante mejor que yo, solo hay que ver el vídeo.













Volvimos con Dan, Emma y Pepiño (a ver, realmente no era descendiente de gallegos, pero tenía pinta de haberse puesto de orujo hasta el culo) y fuimos a comer para recuperar un poco. Nos llevaron a un restaurante chino tradicional en el medio de la cama y para impresionarles sacamos un poco de jamón del bueno. Resultó que la comida fue excelente, sana y rica, y el jamón pasó más bien desapercibido, aunque Pepiño repitió, el muy hijoputa. Volvimos rápidamente al punto de partida. El resumen es que la Gran Muralla China es una pasada, verdadera historia viva. Puedes imaginarte a los soldados protegiendo el país ante tanto hijoputa mongol intentando joderles. Recomiendo completamente la visita, y si puede ser en el mismo tramo que nosotros, Mutianyu, mejor que mejor. Eso sí, no vayáis en verano y tampoco si os pesa el culo. La combinación de ambas cosas da como resultado ser un medio-hombre hecho una mierda como lo soy yo ahora mismo. Socoooorrooo....







Antes de volver al hotel Belén tuvo la genial idea de hacer un cruel y despiadado Reto de Bebidas. QUÉ COSA MÁS MALA, HOSTIA.












Íbamos a reposar un poco pero al final decidimos que, siendo nuestro último día en Pekín, había que ver algo más: el Lama Temple, a escasos cinco minutos andando de nuestro hotel. Pensábamos que sería el típico templo budista que hay en todas las ciudades asiáticas, pero no. Aquello es como un palacio. Son seis espacios en los que hay un gran culto a Buda. Destaca una estatua gigante de Maitreya, o sea, el Buda futuro, el que tiene que venir, que nacerá en la tierra para lograr la completa iluminación de un Buda y enseñar el dharma, o sea, las cosas como son. Como veis, en casi todas las religiones hay una figura de un jambo que ha de volver a la Tierra - o nacer en ella - para sacar a la humanidad de sus propias mierdas. En fin, que el Lama Temple es una pasada y tenéis que ir.




PS: Al lado del hotel está la tienda de Yao Ming. El vídeo es autoexplicativo.

PS2: 
PASOS: 13,789 
KILÓMETROS (hoy): 10.89 
KILÓMETROS (total): 31.52 
DESDE CUENCA: Hasta Valdecañas





PS3: Ayer cenamos en un sitio supercurioso, típico de aquí. Barbacoa china, te traen los ingredientes y hay una parrilla para hacerlo a tu gusto. Había unos guiris gritones, unos cuantos locales y nosotros, que somos discretos e intentamos adaptarnos al medio. Caímos bien a los locales en contraposición a los otros guiris. Comimos muy bien por unos 13 EUR por cabeza, hasta el culo de carne a la plancha. Tuvo su gracia... Hoy cenaremos en la calle del Hua's para despedirnos. Próxima parada, Seúl!

4 comentarios:

  1. Ockahoma's...y eso22 de julio de 2018, 3:05

    Viendo esas escaleras ahora entendéis lo de mi insistencia con la teletransportación!!!!! Ya me veía en el suelo espatarrada con el helicóptero del RACC remolcándome!!!!! Me encanta el cuentakilómetros, cada año superándoos!!!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también busqué a ver si venia el helicóptero del RACC a buscarme!!! La bajada en tobogán es genial!!!

      Eliminar
  2. Ostras que pasada la Muralla china y ese mega tobogán!!!!yo quieeroooo y la tiendita de tu amigui Belén es lo más!!!.
    Vamossss a Seúl!.
    Buen viajeeee amigos!!!.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi amigo se ha montado un negocio en su pequeña ventana. De verdad que esto es otro mundo!!!

      Eliminar