Día 8: En la Zona Desmilitarizada de Corea

Hola a todos. Seguimos en Seúl, aunque hoy hemos pasado la mayor parte del día fuera de la ciudad. Hemos estado en la zona desmilitarizada, frontera entre las dos Coreas - Norte y Sur - que es cualquier cosa menos desmilitarizada, pero en fin. Todo a su tiempo, reflexiones incluidas. Ayer os dejamos a punto de irnos al Mercado Nocturno de Dongdaemun y debo decir que fue una experiencia interesante. Es mucho más que el típico mercadillo callejero donde te venden toda clase de mierdas. Aprovechando el libre mercado, muchos grandes almacenes de la zona, sobre todo aquellos con marcas locales, abren toda la noche y puedes comprar en ellos. No he visto nada más consumista en mi vida, os lo juro. Martes, medianoche, señoras revolviendo entre montones buscando la ganga más grande, chicas jóvenes con maletas para llevar todo lo que habían comprado. Hasta bolsas sorpresas en la tienda, rollo, lo que hay aquí es de talla L y tiene un 75% de descuento, pero no se sabe lo que hay dentro.

Aprovechamos la coyuntura para comprar una maleta de mano que alivie un poco nuestros crecientes problemas de equipaje. Sí, yo voy desechando camisetas - no hay día que no sude como un esquimal en el Sáhara (concretamente donde está la H intercalada en el mapa) y Belén va economizando espacios pero no es suficiente ni de broma. Encontramos esta maleta que no es nada del otro mundo pero tiene seis ruedas, pesa poco y ha costado 25 EUR más o menos, unos 30,000 won. Solo estaban abiertos algunos de los centros comerciales así que, aprovechando que el final de la excursión de hoy era cercano al mercado, decidimos volver hoy a ver los que nos faltaban. Sí, hemos abrazado el consumismo con ambos brazos, amigos. Viva el mal, viva el capital, que diría la Bruja Avería.

Por la mañana, tras un desayuno accidentado en el que yo no me enteraba de nada, confundiendo a todo el mundo en el proceso... vino nuestra guía Sadie (como Sexy Sadie, el famoso grupo mallorquín) a recogernos en el lobby. El día anterior habíamos tenido un pollo morrocotudo con la agencia organizadora del viaje porque decía que había dos reservas a nuestro nombre. Resultó que había dos Javier en el hotel y los dos íbamos el mismo día a la zona desmilitarizada (DMZ a partir de ahora). La cosa acabó con un tipo preguntándome al teléfono si estaba seguro que no me llamo Javier Agustín Fernández Caro. TIENE COJONES LA COSA. Sadie rápidamente nos presentó a nuestro conductor, Lee E. Fittipaldi.

- Oh, como el famoso piloto de Fórmula 1 - le dije.

+ Efectivamente, calvichi.

- Habla usted muy bien español para ser un conductor de autobús tirando a mierdoso. ¿A qué se debe esta circunstancia?

+ Tú sube, que te vas a cagar.







Efectivamente, Lee E. Fittipaldi fue a toda hostia a recoger al resto de la expedición, una familia estonia que se puso muy contenta de saber que habíamos estado en su país pero con los que no hablamos mucho más, y un inglés bastante lerdo que vivía en Macao. Llevábamos retraso pero Lee E. Fittipaldi se encargó de que llegásemos al punto de encuentro con unos minutos de adelanto, suficientes como para comer algo. En el camino de ida Sadie nos explicó que Corea se dividió en dos tras la Segunda Guerra Mundial, en 1945, y en tan solo cinco años, de 1950 a 1954, estalló la Guerra de Corea en la que Corea del Norte, con el apoyo de la Unión Soviética y China, cargó contra Corea del Sur, apoyada por los Estados Unidos. Tras la guerra se estableció la DMZ pero los norcoreanos siguen intentando joder a sus vecinos sureños, construyendo túneles kilométricos y lanzando bombas de vez en cuando. Corea del Sur progresó como potencia capitalista a la vanguardia de la tecnología y Corea de Norte se quedó estancada por su desconexión con el mundo y la megalomanía primero de Kim Jong-Il y ahora de Kim-Jong Un.

A ver, todo esto lo escuché luego porque en el viaje de ida me quedé sobado en medio de la explicación de Sadie,pero en su puta cara, a menos de medio metro. Y Belén también. Los demás escuchaban con un ojo en Lee E. Fittipaldi, claro, que iba a toda hostia adelantando a todo bicho viviente. Total, que cambiamos de autobús y fuimos a la DMZ. La excursión ha constado de cuatro partes, dos bastante buenas y otras dos que han sido una mierda, a saber:

1) Llegada al observatorio de Dora. Nada que ver con Dora La Exploradora, claro. Es un punto donde, con unos prismáticos gigantes, puedes ver Corea del Norte. Aparentemente los pueblos que se ven son de pega, para que se crea la gente que les va de puta madre. El caso es que con el zoom de la cámara pude pillar la enorme bandera de Corea del Norte y hacer un vídeo de uno de los pueblos. Es un documento interesante, merece la pena verlo. También había un aro de baloncesto con un lema detrás del mismo, Happy Together. Los cojones, esta gente se odia. Hacen ver que se llevan bien, pero se odian.

2) Llegada a la DMZ, con la posibilidad de bajar a un túnel que nos vendían como una colaboración entre las dos Coreas. Realmente Corea del Norte hizo el túnel para joder a Corea del Sur, y estos lo taparon para que dejaran de joderles. Es como si yo te robo 200 EUR, me pego un cenorrio de puta madre y digo que hemos cenado los dos. Pues no, joder. Valientemente decidimos no bajar al túnel y parece que fue una buena decisión porque la gente salía de allí como si hubiese corrido la Maratón de las Arenas. Como teníamos tiempo, Belén me plantó por delante un Reto de Bebidas Asiáticas. Y tuvimos tiempo para reflexionar sobre la situación coreana.

3) Visita a la estación de Dongdan. Hay un proyecto para conectar Europa y Asia enteras en tren, pero las vías pasan por Corea del Norte. Probaron con un cargo entre Pyeongyang y Seúl en 2007, pero en 2008 cortaron las comunicaciones porque no se pueden ni ver. Total, que la estación está semiabandonada, esperando a que se arreglen las cosas, si es que se arreglan. Una auténtica pérdida de tiempo.




4) Visita a una especie de supermercado con productos norcoreanos. A ver, si están las fronteras cortadas, ¿cómo coño llega el vino norcoreano al supermercado surcoreano? ¿Qué clase de milonga es esa? Hay que decir que había una tienda de productos norcoreanos en el punto de entrada a la DMZ y entre otras cosas vendían un kilo de tierra norcoreana por 20 EUR. Es probablemente el mayor timo de todos los tiempos. Valiente caradura.

En el Supermercado estuvo el segundo reto de bebidas del día...




Total, que salimos de la DMZ y cambiamos de autobús, volviendo con Lee E. Fittipaldi. Eran las 15:45 y calcularon que llegaríamos a las 17:00 pero por supuesto, a las 16:38 ya estábamos en el punto final de la excursión. Qué cabrón, Lee, como le das a la zapatilla, has acojonado a una familia de estonios de por vida. Lo dicho, decidimos ir al mercado de Dongdaemun y nos pasó una cosa muy curiosa en el metro. De repente, un señor de 65 años se puso a gritar como si estuviese poseído y le soltó dos sopapos con un periódico a una señora de su misma edad. Todo el mundo acojonado, sin saber qué pasaba. Empezamos a hacer hipótesis para defender al tío.

- A ver, es un hijoputa casi seguro, un machista y un mierda, pero igual le ha intentado robar.

+ O igual la vieja se ha propasado con él y es un tío fiel a su mujer.

- Igual se iba a sentar y se ha metido la vieja debajo y el hombre se ha sentado en su regazo.

+ Y la vieja tenía el índice levantado y le ha metido el dedo en el culo.

Los dos muertos de risa en el metro mientras la situación seguía tensa. No hay mucho más que contar hoy: compramos varias cosas en el mercado, volvimos al barrio del hotel y acabamos tomando una cerveza en un lugar llamado Shakesbeer, como Shakespeare pero en birra. Tenían cervezas artesanas y picamos algo antes de cenar jamón serrano en el hotel, que para eso lo hemos traído: para momentos así.




Mañana es nuestro último día en Seúl - palacios, barrios típicos y un restaurante muy especial. Permanezcan atentos.




PS: Hoy ha habido toma falsa....




PS2: Y también esta chorrada, que nos ha hecho mucha gracia.

PS3:
PASOS: 16,573
KILÓMETROS (hoy): 13,13 Km
KILÓMETROS (total): 74,76 Km
DESDE CUENCA: hasta El Peral