jueves, 10 de diciembre de 2015

Un viaje en imágenes: The Instagram Post

Como siempre escribo mucho y no a todo el mundo le gusta mi estilo desenfadado y lleno de palabrotas innecesarias, este post es para vosotros. El resumen del viaje según mi cuenta de Instagram. La de Belén está bloqueada, pero la podéis buscar, que os acepte y podréis ver las suyas, que probablemente son mejores que esta. O por lo menos, complementarias.

Enjoy!

Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el




Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el




Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Una foto publicada por Javier Gancedo (@ganchetto) el


Cinco cosas esenciales en Japón

Hola a todos. Coño, cómo pasa el tiempo. Hace más de tres meses desde que volvimos de Japón y prometimos cerrar el blog con un par de especiales. La verdad es que lo echamos mucho de menos. Primero, porque estábamos de vacaciones y ahora, obviamente, no. A ver si os creéis que estos paseos por el mundo nos lo regalan. Llevamos un ritmo infernal en el curro, pero la buena noticia es que probablemente podamos saltar turno y en vez de irnos de Aventura en 2017 lo hagamos el año que viene. Segundo, porque Japón nos ha fascinado. Muchas vivencias en muy poco tiempo, gente estupenda y un país que hay que conocer. No descartamos volver pronto, pero ya veremos qué hacemos.

De momento, y con la ilusión de que al menos una persona lea esto y le sirva de algo si algún día va a Japón, aquí llega nuestro primer especial sobre el país. Cinco cosas esenciales que necesitas para ir a Japón. A ver, a Japón se puede ir igual, pero estas cinco cosas harán que gastes menos dinero, disfrutes mucho más, no se te escape nada y tu vida en general sea más cómoda y práctica en este magnífico país. Al final los pequeños detalles son los que marcan la diferencia, claro.



1.- JAPAN RAIL PASS

Es fundamental solo si se quiere viajar por el país. Es un pase de tren que dura entre una y tres semanas para coger casi todos los trenes de la red Shinkasen. Los trenes japoneses funcionan mejor que en ningún otro país - cómodos, puntuales y muy rápidos. El Japan Rail Pass es solo para extranjeros y se tiene que comprar online - o en alguna agencia de viajes, pero mayormente en Internet - antes de viajar. Te lo mandarán a tu casa y tendrás que viajar con él para validarlo allí. Es importante validarlo el día que vayas a coger el primer tren para no perder días. También es importante no ser gilipollas y que se te olvide en casa, como le pasó a un amigo mío, qué huevos los suyos. Personalmente, recomiendo estar unos días en la ciudad a la que llegues en avión - Tokyo u Osaka, según el vuelo - para superar el jet lag y tener una primera visión del país, y activar el Japan Rail Pass pasados esos días para viajar por todo el país. El ahorro es brutal, el pase vale lo mismo que pagar el billete completo de un par de trayectos largos.

Hay dos tipos: el normal y el verde. La única diferencia es que el verde es más caro, pero tienes asientos más cómodos y te garantizas espacio en todos los trenes, porque el vagón verde nunca va lleno. Nosotros lo pillamos y la verdad es que se nota, aunque sea más caro. Merece la pena privarse de algunas cosas para pagar el extra del Japan Rail Pass verde. Otra cosa importante: conviene sacar el billete para el siguiente trayecto según llegas a la estación. Por ejemplo, si llegas a Kobe y tres días después vas a Kumamoto, merece la pena ir a la oficina JR de Kobe directamente, decirle que quieres un billete para Kumamoto tres días después y llevártelo, sabiendo a qué hora sale. En este sentido, y relacionado con el Japan Rail Pass, hay una web llamada Hyperdia con los horarios de TODOS los trenes y muy fácil de usar. ¡Cuidado! No todos los trenes entran en el Japan Rail Pass.



2.- LA TARJETA PASMO

Es mucho más que una tarjeta de metro, aunque se usa fundamentalmente para eso. La Pasmo es una tarjeta prepago parecida a la Oyster Card en Londres - metes dinero, lo vas usando y cuando se te acaba, pones más. Lo cojonudo de la tarjeta Pasmo es que se puede utilizar en máquinas de vending, pequeños comercios tipo 7 Eleven o Family Mart y en algún otro sitio más. Se obtiene nada más llegar en el aeropuerto o en cualquier estación de metro, en las máquinas expendedoras de billetes. En Tokyo se puede pagar con la Pasmo en prácticamente cada comercio, así que se puede ir sin dinero por la calle - aunque Japón es el país más seguro del mundo y nadie te va a atracar, vaya. Fuera de Tokyo es más difícil usarla pero también se puede. Te ahorras llevar muchísimas monedas y saber que puedes utilizar cualquier máquina de vending rápidamente para saciar tu sed, hacer un Reto de Bebidas Japonesas o lo que te venga en gana.



3.- YAMATO Y EL EQUIPAJE

La historia fue que un catalán que nos encontramos no sé muy bien dónde nos dijo que había una empresa que te mandaba las maletas de hotel a hotel por 25 EUR las dos. La empresa en sí se llama Yamato Transport Co Ltd y tiene un logo con un par de gatos negros en un fondo amarillo, así que para nosotros siempre fue "la empresa del gatete". El caso es que el cierto, el gatete tiene sucursal en todos los hoteles grandes y medianos de Japón, e incluso puedes rellenar el albarán en la propia habitación. Está socialmente aceptado que como el gatete manda las maletas tan barato punto a punto, la gente lo usa a saco. Si estás en Kumamoto y vas a ir a Hiroshima, Miyajima y Tokyo, puedes mandar las maletas a tu hotel de Tokyo, coger una mochila con lo más básico, estar dos días sin cargar peso y cuando llegas, la maleta no es que esté en el hotel, es que te la han subido a la habitación. Es cojonudo, seguro y muy recomendable, especialmente si vas comprando cosas y, a la larga, la maleta pesa como tu tía abuela.



4.- JAPONISMO

Para nosotros Japonismo ha sido fundamental en nuestro viaje y solo tenemos palabras de agradecimiento. Es una web - http://japonismo.com/ - con consejos de qué ver en las ciudades, dónde ir a comer, qué hacer y cómo moverse. Todo Japón esta en esta web, en castellano y con explicaciones al detalle. Gracias a Japonismo, por ejemplo, comimos la mejor carne de Kobe posible o las mejores hamburguesas de Japón - oh, el Blacows, ¡cómo lo echamos de menos!), descartamos ir al Monte Fuji en un día nuboso y sobre todo, aprendimos muchas cosas de la cultura japones antes de ir de forma muy sencilla y rápida. Merece la pena pasar los ratos muertos leyendo Japonismo - cuando llegas allí y recuerdas lo que has leído, lo disfrutas mucho más. No siempre aciertan, pero sí el 95% de las veces. A lo mejor una de cada 15-20 veces discrepas con ellos, pero en general aciertan muchísimo y consideramos que es fundamental para que tu viaje a Japón sea mucho mejor.



5.- LA TARJETA SIM DESECHABLE

Bien, ya lo decían No Me Pises Que Llevo Chanclas. Japón está lejos. Muy lejos. Por tanto, las hostias que te pueden dar si utilizas tu teléfono español pueden ser de cientos de euros, literalmente. Pensando un poco, se me ocurrió una idea - comprar una tarjeta SIM japonesa y llevarme un teléfono liberado para tener Internet allí. La que yo compré fue en https://www.econnectjapan.com/ y por 4,500 Yenes - unos 34 EUR - resolví el problema. Te la mandan a tu hotel en Japón y la activas cuando llegas allí, muy bien, muy fácil. A ver, puede ser que la pantalla te salga en japonés, pero con ir a recepción con cara de pena y decirte que lo pongan en inglés o castellano, está solucionado. Teníamos 100 Mb al día, más que suficiente para utilizar el Google Maps, mirar Hyperdia y petardear un poco en Internet con Instagram, Twitter y demás. Sí, hay wifi en prácticamente todas partes, pero es bueno poder estar siempre conectado. Aviso: Google Maps no funciona muy bien por allí - sí que lo hace para decirte qué metro, autobús o trenes coger, pero no para callejear. Estáis avisados....

Nos queda un especial más - cinco cosas que hacer en Tokyo gratis o por muy poco dinero. Cuando tenga un rato, ¡os lo contaré!

Javi

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Día 23: Hasta pronto, Japón




Bien, se acabó lo que se daba. Nuestras vacaciones llegan a su fin tras un poco más de tres semanas de aventura por Japón. Puedo decir que es el mejor viaje que hemos hecho, y lo es gracias a la gente de este país, educada, respetuosa, entregada y muy generosa. Han hecho un gran trabajo en según qué valores en este país, y está claro que el sistema educativo funciona. Nadie se mete contigo si tú no empiezas, nadie te molesta si tú no lo has hecho antes, y responden a cualquier gesto de ayuda, simpatía o integración por tu parte con una gran sonrisa y una gran cantidad de buenas palabras que no entendemos en su mayoría. Mañana nos levantamos a las 06:30 para coger un autobús a las 07:00. Una vez en el aeropuerto de Narita, tocará avión a Barcelona via Moscú. Vamos a intentar no dormirnos... pero va a ser difícil.






Hemos dedicado el día de hoy a darnos un homenaje en Tokyo y repetir todas las cosas que nos han gustado de esta ciudad, incluído interactuar con vosotros, claro, nuestros amigos y familiares. Belén compró unas cartulinas muy grandes y escribió HOLA en ellas para pasar por el cruce de Shibuya - retransmitido en YouTube las 24 horas - y que así nos pudiéseis ver el directo. Y así ha sido - seguro que hemos sacado una sonrisa a algunos de vosotros, que era el objetivo de todo esto. Hemos sido la sensación del minuto en Shibuya, con algunos españoles pidiéndonos prestados los carteles para hacer lo mismo y algunos locales pidiéndonos una foto. Gracias a todos los que nos habéis mandado fotos y vídeos para inmortalizar el momento. ¡Os queremos!







El día ha empezado tarde porque a las 12 teníamos que estar delante de un ordenador para sacar la tarjeta de embarque y coger unos asientos que nos gustasen. Particularmente en el vuelo hasta Moscú, la distribución de asientos es dos a la izquierda, cuatro en el centro, dos a la derecha y francamente, queremos ir solo y no que se nos siente Boris el hijoputa al lado. De hecho, el asiento de al lado de Boris el hijoputa seguramente sea el último en elegirse, por motivos obvios. Hemos ido directamente al mercado de Tsukiji para volver a probar el mejor sushi que jamás hemos comido. Los camareros no estaban tan chisposos como la última vez pero eh, no había cola y hemos comido muy bien.


















Y ya puestos, cómo no, hemos acabado el Reto de Bebidas Japonesas en el Mercado de Tsukiji. No, no encontramos la mítica botella de sopa de pez volador con el bicho dentro - existe, pero no está aquí - y tampoco nos dio por la gelatina - hay otra de la misma marca, naranja. Veréis que nos quedan cuentas pendientes para el futuro... 



Hemos dado una última vuelta por Shinjuku porque teníamos una cuenta pendiente - Gizmo. Se cumplen 30 años del estreno de Gremlins, la película ochentera, y han sacado unos muñecos de gizmo edición limitada y numerada. Quedaban tres, pero uno de ellos era el 110, que es el número de nuestro piso en Barcelona, así que Gizmo se viene con nosotros. Hemos hecho un poco más de shopping antes de ir a Shibuya a hacer el gamba, que es lo que hemos hecho, con un resultado muy satisfactorio. Nuestra última cena, al menos por ahora, en Tokyo ha sido en el Blacows, el lugar donde sirven las mejores hamburguesas que hemos comido. El listón estaba muy alto pero esta vez estaban hasta mejores. Un 10, recomendadísimo.






Por cierto, en el Hotel Ryumeikan son todos muy amables y tienen multitud de servicios. Uno de ellos es bastante curioso - te ofrecen, por 700 yenes (unos 5 EUR y pico) mandarte una carta escrita por ti estos días, pero dentro de cinco años, en 2020. Curiosamente, la carta llegaría durante los Juegos Olímpicos de Tokyo ese año, pero hemos decidido no hacerlo. Estas cosas las carga el diablo. Si quiero ver algo que escribí hace cinco años en 2020, ya leeré este blog y descubriré con gran sorpresa que me estoy cagando en mis propias putas muelas - ¡jaja, Javi, jódete!




Total, que volvemos a Barcelona con nuestros cerebros llenos de recuerdos, nuestros corazones llenos por las emociones vividas y nuestras cuentas bancarias vacías, esperando la próxima oportunidad. Creo que estas tres semanas nos han enseñado mucho sobre Japón, pero también sobre nosotros mismos - a ser más respetuosos con el otro, a saber que sí que hay gente que no desconfía de ti por adelantado y que quizás deberíamos hacer lo mismo... A intentar vivir de otra manera, en definitiva. La verdadera cultura se inspira en los libros y textos en Internet, donde puedes aprender cosas sobre un país, sus virtudes y su historia, pero al final, la cultura se APRENDE viajando - conociendo lugares, a sus gentes, viendo cómo se comportan, cómo tratan ellos a su propia historia... si eres curioso, absorbes todo lo bueno que aprendes, lo asimilas y tratas de usarlo en tu vida. Y además, conoces mundo y ves que hay gente que vive de forma radicalmente distinta a la tuya, pero que también pueden llegar a ser igual o más felices que tú.






Nadie nos va a quitar lo vivido - aquella tarde viendo las montañas en todo lo alto de Miyajima con una nube negra encima, pensando que aquello era el fin del mundo. Aquella noche que entramos en el Santuario Yasaka de Kyoto por una puerta de atrás y cada cosa que veíamos era más impresionante que la anterior. La visita al museo de la paz en Hiroshima en aquel día tan gris. El momento en el que Belén tiró la comida de ciervos cuando uno de ellos le mordió el culo. La fiebre por Kumamón y aquella noche tan divertida en Kumamoto. Los castillos de Osaka y Kumamoto, todo lo bueno de Tokyo - el Robot Restaurant, el concierto en el quinto coño, el parque de Shinjuku, el cruce de Shibuya. La carne de Kobe, oh Dios mío, qué palo nos pegaron pero qué buena estaba. Las mejores tiendas de discos - y de tantas y tantas cosas: ordenadores, manga, anime, juguetes... - que uno pueda imaginar. La jungla de asfalto que es Osaka, la tranquilidad de Takayama y sus tiendas en casas de muchos siglos, mil cosas más...




...y Belén. Siempre Belén y sobre todo Belén. Siempre lo mejor de cada viaje.

Volveremos ya desde Barcelona. Tenemos un par de ideas para cerrar la temporada en el blog. Espero que no sea lo típico que digo y luego no hago, como en los últimos dos viajes. No olvidéis dejar vuestros comentarios al final de estas líneas, que leeremos con mucho gusto al llegar a Barcelona. ¡Seguiremos viajando muy pronto! Y por supuesto, vamos a volver a Japón. Esto no es un sayonara, baby... 

martes, 1 de septiembre de 2015

Día 22: Museos, mercados y karaokes en Tokyo



Hola a todos aún desde Tokyo. Nos queda un día por aquí - realmente el jueves no cuenta porque planeamos coger el autobús al aeropuerto de Narita a las 07:00 para evitar imprevistos. Más vale estar dos horas en un aeropuerto haciendo el monguer que perder un avión que te pueda salir la broma por 2,000 EUR por persona. Ha sido un día muy divertido, con muchas cosas que hacer.




Antes de que se me olvide.... todos atentos mañana a las 10:00 hora española porque vamos a volver a pasar por el cruce de Shibuya, esta vez con carteles gigantes que pongan HOLA. Hay un vídeo en YouTube - el que podéis ver justo encima de este párrafo - que retransmite el cruce de Shibuya 24 horas al día, siete días a la semana. Marcad vuestros calendarios porque mañana a las 10:00 estaremos por allí, y agradeceremos que hagáis capturas de pantalla para que nos veamos luego. Pasaremos varias veces entre 10:00 y 10:05. Avisaremos en Twitter, también.




Nos hemos levantado temprano para hacer unos trámites burocráticos que han resultado ser un sonoro y contundente fracaso. Primero, el autobús a Narita no se puede reservar por anticipado si no es tres días antes. Segundo, el día anterior me olvidé tres paraguas de plástico en el tren. El valor residual de los paraguas es mínimo, menos de 15 EUR entre los tres, pero es que los paraguas de plástico transparente son de puta madre. Puedes andar bajo la lluvia y ver a la gente a través del mismo. El día que alguien haga un paraguas de plástico transparente con estructura reforzada - ver la entrada de blog de Hiroshima -, ese hijoputa avaricioso se va a forrar. En fin, que hemos ido a objetos perdidos. La conversación (no) ha sido (del todo) así:

- Buenos días, estimado agente de objetos perdidos.
+ Joder, otro guiri que pierde algo. Me cago en todo. Cualquier día olvidáis hasta de qué país sois, gilipollas.
- Gracias. El caso es que el otro día nos dejamos olvidados unos paraguas en el tren. Era este tren, este asiento, llegamos a esta hora y confiamos en la honestidad y la eficiencia de su compañía para que nos lo devuelvan.
+ Cara?
- Qué coño cara, eran baratísimos, joder.
+ What cara? (queriendo decir what colour, qué color)
- Ah, joder, a ver si aprendéis a hablar inglés de una puta vez - de plástico de esos de mierda.
+ Y habéis venido hasta aquí para recuperar tres paraguas de esos? Joder, qué miserables sois... (pasan 10 minutos) Que no, que no hay nada. Que he llamado a todo Dios y no hay nada.
- Cómo se nota que nos ha caducado el Japan Rail Pass, hijos de puta. Un día somos amiguitos y el día siguiente pasáis de nosotros. Ojalá vayáis al infierno, que allí con las llamas los paraguas no os van a durar ni dos segundos.
+ Vale, bien... bien. Alguna otra cosa, estimado cliente?
- No, la verdad es que no.
+ Pues fuera de mi vista, guiri de mierda. Hala, a pastar.
- No habla usted demasiado bien español, con expresiones rebuscadas, para lo rematadamente mal que habla inglés?
+ Aunque está basado en hechos reales, esta conversación es producto de tu enferma imaginación. Ve a que te vea un médico, mamonaco.










Total, que hemos comprado unos paraguas nuevos y nos hemos ido a ver dos museos en el Parque de Ueno. Los dos buenos - el Museo de Ciencia y Naturaleza y el Museo Nacional de Tokyo. Por el segundo hemos pasado casi de puntillas, porque queríamos ver el cuadro de la famosa ola japonesa - ver foto antes de este párrafo - pero justo ese pabellón está siendo reformado y nos hemos quedado con las ganas. Al Museo de Ciencia y Naturaleza sí que le hemos metido un buen meneo. Lo bueno es que hay un pabellón pequeño, que vimos primero, y uno grande, que dejamos para el final y que era mucho mejor. Vamos, que nuestra primera sensación fue que el museo era una chorrada, una puta estafa y que había que quemar los pocos fósiles que había, y hemos acabado pensando que es un buen museo, con muchos esqueletos de dinosaurios, muy interactivo y que merece la pena visitar. Hemos hecho este vídeo sobre el Homo Monguer para que os riáis un rato. Representa la involución del ser humano.












Ah sí, también hemos comido de puta madre y superbarato dentro del museo. Recomendado. Otra cosa que me ha sorprendido es que había muchos abuelos en labores de voluntariado en el museo. A ver, no le he preguntado a ninguno porque nos gusta ver los museos a nuestra bola. Coño, no nos cogemos una audioguía, pues no vamos a aguantar la chapa de un abuelo en japonés sobre los fósiles de los peces tropicales. Pero vaya, que están bien que estén allí, informando a la gente en vez de estar mirando obras o jugando al pachinko. En el Parque Ueno hemos hecho el penúltimo reto de bebidas japonesas. Esta vez, con un oso panda y una ciruela. Tiene cojones, las cosas que venden aquí.










Hemos dado una vuelta por el Parque de Ueno. Esperábamos ver un lago y, efectivamente, lo hay... pero plagado de nenúfares. Ha sido un poco raro. Justo cuando nos íbamos, hemos visto una calle con mucho bullicio y allí que nos hemos metido. Se llama Ameyayokocho y es genial - principalmente es un mercado de pescado, pero había tiendas de deportes con camisetas de primeras marcas metidas en caja, tiendas de marroquinería y mamonadas en general, todo muy desordenado y caótico. Además, tenían las únicas camisetas XXL que he visto en todo el viaje, eso sí, a precio de oro. Hemos dado una vuelta bastante guapa antes de hacer una breve parada en el hotel.






Hoy tocaba quedar con David y Sani, una pareja de buenos amigos que viajaban con sus dos hijos y una sobrina de 20 años. Les admiro por ello, porque mover a cinco personas no es lo mismo que movernos dos, y en bastante buena sintonía. Hemos ido a cenar en un restaurante de carne en el que tú te cocinabas en un horno delante tuya y creo que ha estado bastante bien. Después hemos ido a un karaoke a liarla parda durante dos horas (hemos colgado un par de vídeos) y poco después Belén ha acompañado a las chicas a hacerse unas fotos en unos fotomatones muy curiosos que te cambian los ojos y los labios rollo manga y que te dejan poner todo tipo de efectos. La sesión vale solo 400 yenes y son muy populares aquí. Es una chorrada como un piano, pero ya nos hemos hecho tres porque se pasa bien por muy poco dinero. David, Sani y su gente han pasado un buen rato con nosotros y, desde luego, nosotros lo hemos pasado mejor que bien.







Mañana es nuestro último día en la ciudad y tenemos algunos planes. Recordad, nos vemos - bueno, nos veréis - en el cruce de Shibuya a las 10:00. ¡Pronto estaremos en Barcelona!

lunes, 31 de agosto de 2015

Día 21: Vuelta a Tokyo y al bullicio de Akihabara



Hola a todos desde Tokyo. Sí, hemos vuelto, un poco contra nuestra voluntad... porque es la etapa final de nuestro viaje. Mañana daremos datos de cuándo y cómo nos podréis ver por aquí. Vamos a repetir aquello de pasar por el cruce de Shibuya - que se retransmite 24 horas al día - el miércoles, y nos aseguraremos de que todos nos reconozcáis. Por partes, empezando con el inicio del día en el Super Hotel Lohas de Nara. No lo digo yo, el hotel se llama sí y es propiedad de Japanese Rail. El cabrón de JR está por todas partes y mueve muchos duros, claramente. La verdad es que el hotel está bastante bien, aunque lo de Super Hotel le venga grande. Eso sí, desayuno incluido, oscuridad total de noche, variedad de almohadas y mucho más que hemos resumido en un vídeo calcado a una de nuestras escenas favoritas de la gran película La Vida de Brian.







El personal de recepción ha sido tremendamente amable. La chica de recepción nos sentó en un sofá y se puso de rodillas para... Joder, para eso no, es un Super Hotel, no un Super Puticlub. Fue para explicarnos las cosas que podíamos hacer en el hotel - onsen, lavandería, incluso darle un pequeño regalo a Belén. Hemos correspondido a dicho regalo entregando a las chicas de recepción un abanico de Ming. Había un vídeo - digo bien, había, porque borrando una toma falsa de otra cosa me lo he cargado. Ayer también borré el mejor vídeo de Belén contra los ciervos. Estoy que lo tiro, vaya, saboteando nuestro propio blog. Cago en todo. En fin, hay material para dar y regalar, qué coño.











El trayecto en tren ha sido fácil - tren regional hasta Kyoto y de allí, Shinkansen hasta Tokyo. Hemos salido por la salida correcta y en siete minutos exactos estábamos en el Hotel Ryumenkan, que será nuestra casa en los próximos tres días. Hemos aprovechado el tiempo entre trenes para hacer el Reto de Bebidas Japonesas. Es un clásico de este viaje - aprovechar la pausa en la estación para darme a las bebidas repugnantes. Volviendo al tema del Ryumenkan Tokyo, la particularidad del hotel es que tiene 15 plantas y la recepción está arriba del todo, en la planta 15. No lo había visto nunca. Siempre pongo al reservar una habitación en Booking.com que somos una pareja felizmente casada y que nos den una cama de matrimonio. No es la primera vez que nos pasa que me malentienden y se piensan que estamos de luna de miel, así que nos han regalado una pequeña botella de vino espumoso a nuestra llegada. "Felicidades", nos han dicho. "Gracias, gracias, somos tremendamente felices", respondí. A ver, tampoco estoy diciendo nada que no sea verdad, los que se han equivocado son ellos.









Estamos un piso por debajo de la recepción. Esto, en España, sería estar en un sótano oscuro y pululento lleno de a saber qué bichos, pero aquí, estando la recepción en la planta 15, es bastante guay. Las vistas son excelentes - a la estación y a una calle larga llena de neones y luces, Tokyo style. Belén ha hecho una foto espectacular hace unos minutos que va encima de este párrafo. Mientras escribo este blog estamos haciendo la colada - hay que ser interactivo y decir las cosas como son. Hay una lavadora y una secadora que va con monedas y hemos metido ropa para vestir a siete colegios de primaria. Espero que el detergente sea potente porque hemos pasado por algo así como 8 ciudades antes de tener la oportunidad de volver a lavar la ropa. En fin, en esas andamos.

(pausa para ir a cargar la secadora) (pausa porque tengo que volver a por la botella de agua que se me ha olvidado - Javi, hijo mío, si no existiera el escroto habrías perdido los huevos antes de llegar a la adolescencia)








Tras atracar un menú buffet en la estación, comiendo como si hubiésemos llegado andando desde la Antártida, hemos decidido pasar el día en Akihabara, el barrio tecnológico de Tokyo, por multiud de razones. Primera, solo estuvimos unas horas en nuestra primera semana aquí y nos gustó bastante. Segundo, teníamos que comprar nuestra nueva cámara de fotos, con un presupuesto exactamente igual a la cuenta del restaurante de Kobe. Creo que hemos hecho una buena compra, y sin pasarnos de la cifra tope. Además, es un buen sitio para petardear, perderse y ver cosas que no ves habitualmente en España. Tiendas de manga y anime de varias plantas, librerías gigantescas y en nuestro caso, tiendas de juguetes antiguos impresionantes, espectaculares. Daban ganas de comprar la mitad de la tienda pero no tenemos ni dinero ni espacio en la maleta - estamos justo al límite, que son 46 kilos entre los dos.















Teníamos muchas ganas de volver a Tokyo, estamos muy cómodos aquí, y Akihabara es uno de nuestros barrios favoritos. El bullicio, la cantidad de gente, la posibilidad de comprar casi cualquier cosa, la sorprendente oferta que generan artículos que en España serían inservibles. Cafés que te sirven chicas vestidas de colegialas, tiendas tecnológicas en la que el género está casi por el suelo... todo menos artículos de Shin Chan. Os explico - el tipo que dobla en España al padre de Shin Chan es un gran amigo nuestro, Corti. Otra amiga de los tres, Keltse, nos dio la idea de encontrarle algún muñeco, camiseta, algo del padre de Shin Chan para él. Hemos preguntado en docenas de tiendas durante tres semanas y por fin hemos encontrado algo: una máquina de monedas que, echando 300 yenes, sacaba figuras de Shin Chan, entre ellos el padre. Hemos decidido echar nueve monedas para tener tres tiros y este es el resultado. ¿Lo conseguiremos?







Mañana visitaremos el Museo Nacional de Tokyo, el de Historia Natural y el parque de Ueno. Hemos quedado con unos amigos por la tarde para ir a un karaoke. David regenta uno de esos restaurantes, el Piccata, que es parte de nuestra familia en Barcelona, así que verle en Tokyo será una pasada. Solo quedan dos días, pero esto aún está lejos de acabarse. ¡Mañana más!




PD: He pasado por Hamamatsu y me ha hecho mucha ilusión. En 2006, comenté en televisión junto a Lluis Izquierdo el grupo entero del Mundial de Baloncesto que se jugó en esta ciudad. Fue en la Sexta y por supuesto, España ganó el Mundial. Pasar por ahí aunque fuesen unos segundos me ha devuelto muchos recuerdos de esos fantásticos días. La verdad es que echo de menos mi faceta de comentarista, pero hay muchos candidatos... y muy pocos puestos.