jueves, 20 de agosto de 2015

Día 10: Mercados, tiendas y templos en Takayama



Hola a todos aún desde Takayama. Lo primero, noticias. A ver, que solo estoy un poco malo, nada más, de hecho hoy me encuentro mucho mejor. Lo que me ha pasado es que de tanto sudar - y sudar, y sudar, y sudar - y dada la potencia de los aires acondicionados en Tokyo - hay lagos en Finlandia en Diciembre que están a más temperatura que según qué habitaciones en la capital - y las temperaturas extremas fuera, pues he pillado un poco de fiebre, pero que me ha durado un día. Nada tiene que ver mi condición médica con el Reto de Bebidas Japonesas, que la gente se hace unas películas acojonantes. "Claro, como Javi está bebiendo mogollón de mierdas, se ha puesto malo". Me podría beber 100 movidas de estas seguidas y no tendría fiebre. A ver, seguramente me tendrían que hacer un lavado de estómago. Pero sin fiebre. 





De hecho, y para demostrar que no una cosa no tiene nada que ver con la otra, hoy tenemos doble Reto de Bebidas Japonesas. El segundo no tiene desperdicio. Bueno, sí, el interior de la lata es completamente desperdiciable.







Debo decir que Takayama merece la pena. Hoy ha sido un día muy distinto, al empezarlo desde aquí. En esta ciudad los comercios locales cierran muy pronto y ha sido hoy cuando hemos visto la ciudad a pleno rendimiento. El Mercado Matutino, que es una calle al lado del río, estaba lleno de agricultores locales intentando colocar su mercancía. Le hemos comprado un melocotón a una señora que muy amablemente nos lo ha pelado con un cuchillo, viendo que somos dos pobres guiris que salen de casa sin un cuchillo y sin excesivas ganas de matar, así en general. Su amabilidad ha sido recompensada con el tercer abanico de Ming, ya saben, ese Ming, el líder del comercio local del Eixample, el terror de las nenas, el chino más enrollado de toda Barcelona. 












Mucho bullicio en Takayama - calles con casas muy antiguas repletas de tiendas, sobre todo de artesanía y comida. Se ve que el Sake aquí es religión y es prácticamente imposible comprar otro tipo de alcohol. Cafeterías increíbles, alguna al lado del río. Hemos entrado en una justo pegada al río que servían un café cojonudo y un pastel de queso digno del mismo Jehová. 




Belén se ha aventurado por el lado salvaje de la comida para dictaminar si una brocheta que vendía una anciana al lado del río por menos de 1 EUR era dulce o salado. Belén decía que era dulce, yo que era salado. Al final era arroz, que ni fu ni fa, así que nadie ha acertado, verdaderamente.



Aquí van unas fotos de algunas de las cosas que había la venta: 












Antes de comer hemos ido a una ruta de Templos que hay al norte de Takayama. Bueno, igual no era el norte geográfico, pero había que subir una cuesta y servidor de ustedes ha ido todo el día en manga larga, así que para mí era el norte. Son 13 templos, uno detrás de otro, a cada cual más bonito, y hay un camino estrecho para ir de uno a otro. Lo que más nos ha sorprendido es que no había turistas. Estarían comprando en las tiendas, o de excursión por la montaña, o tocándose en el hotel, pero en los templos no estaban. Es claramente lo más turístico de la ciudad, pero no había nadie. Bueno, mejor para nosotros, supongo.












Hemos ido a comer a un sitio de sopas. Tenían seis platos en la carta y cuatro de ellos eran sopas. Me había llamado la atención desde ayer y como la sopa lo cura todo y mata todos los bichos, hemos ido allí y ha sido un acierto bárbaro. A ver, no hemos comido como ayer porque la ternera de Hida es difícilmente superable - dudo que comamos mejor en bastante tiempo -, pero sí que hemos comido bien. Mi sopa era lo más potente que me he comido en tiempo, más bestia que un cubata de amoniaco, más intenso que un concursante de Gran Hermano hipocondríaco, pero sabrosa, sabrosa. Belén ha optado por un plato de ternera con carne que también tenía su platito de sopa potente. Es clave comer gastronomía local en los viajes, siempre. Es cultura local y nadie cocina mal queriendo. 



Hemos rematado el día en el hotel haciendo una visita al onsen privado. Es un sitio con grandes vistas, agua muy caliente - a 42 grados, exactamente - donde te dejan estar media hora al día. Hemos hecho un vídeo porque es la mejor forma de explicarlo. Antes de entrar, claro, no creo que ciertas cosas deban salir en YouTube...



Como extra, alguna foto haciendo el chorra - pero vaya, que estas cosas están plantadas en la calle para eso - y alguna foto curiosa del día. Ha sido muy completo, vaya. 









Mañana nos vamos a Kyoto. Hemos tenido la precaución de sacar los billetes un día antes para evitar aglomeraciones, así que sabemos que nos iremos exactamente, con una gran puntualidad, a las nueve y pico. Coño, que no sé qué hora es, pero por ahí, vaya. Total, la estación está aquí al lado. Saliendo de la estación hemos querido hacer un vídeo para explicaron qué son las Capsule Stations, que es algo a lo que los locales están totalmente enganchados. Y lo peor es que podemos entender por qué...




¡Nos vemos... en Kyoto! 

PD: Belén se ha comprado un kimono... ¡Y le queda de maravilla! 

2 comentarios:

  1. Hola Belén y Javi. En el reto de bebidas, Belén no tengas mala leche , hay una q se agita y es café con leche q agitándolo se vuelve caliente. Un puntazo. Como me he reído con el segundo reto de hoy. Ha sido brillante. Este blog engancha una barbaridad. Os lo estoy promocionando. El domingo salimos "pallí". Hasta pronto. Besos.

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  2. (Javi) David, dudo mucho que algo así me toque q mí. Gracias por los buenos deseos y la promoción. Llevamos cinco entradas seguidas en la que cada entrada tiene menos visitas que la anterior... Nos vemos muy pronto! En Tokyo!

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