Día 3: Tour de Force por Tokyo

Hola a todos. Ha sido un día muy intenso en Tokyo, con mucho calor y algo, muy poquito de lluvia. Hemos llegado a la conclusión de que esta ciudad no es para todo el mundo. Si buscas monumentos, mejor vete a Kyoto. O a Florencia. O a Sevilla, pero no a Tokyo. Es el ambientillo de la ciudad, su gente y su caos controlado lo que la hace única. Hoy hemos dividido el día en tres bloques - mañana en el mercado de pescado de Tsukiji, tarde en el caótico despiporre consumista del barrio de Shinjuku y noche buscando - y encontrando - una hamburguesería de carne de Kobe que ha hecho honor a la alta fama que le precedía. En medio de todo eso, sudor, calor, vueltas y más vueltas. Insisto, el cabrón que ha inventado el Google Maps no se ha dado una vuelta por aquí. En el momento en que lo reconozcan seguro que lo crujen. Valiente mierda de programa, por muy bien que vaya en Barcelona.Hay que estar muy activo si se quiere ver todo lo que ofrece esta ciudad, que es mucho y muy bueno.

Por partes, que diría nuestro buen amigo Jack el Destripador. Hemos cogido el metro hasta el mercado de Tsukiji, que no está muy lejos del hotel. Parece que el viernes no es el día de mayor actividad, pero había algunos puestos abiertos y hemos hecho algunas fotos chulas. De todos modos nosotros estábamos allí para comer, para qué os vamos a mentir. Los restaurantes dentro del mercado tienen fama de servir parte del mejor sushi del mundo. Hemos decidido optar por un restaurante que tenía una cola muy larga llamado Sushizanmai. El pavo que lleva el negocio debe ser famoso porque los locales se hacían foto con un poster gigante suyo con un atún. Hemos aguantado media hora bajo el sol pero ha merecido la pena - nos han sentado en la barra, cerca de un camarero muy simpático. Los camareros gritan todos al unísono cuando entra o sale alguien, y también un poco cuando les sale de los huevos, como se puede ver en los dos siguientes vídeos.







El ambiente es festivo, parece Las Columnas en Sevilla, un sitio bastante amable. Y el sushi... oh, el sushi. Qué pasada. Definitivamente, si a alguno de vosotros se os ocurre venir a Tokyo, tenéis que venir a uno de estos restaurantes cerca del mercado. Es el mejor sushi que nos hemos comido en nuestra vida.

Sin solución de continuidad y sin pasar por el hotel, hemos decidido ir al centro del barrio de Shinjuku, que nos ha sorprendido positivamente. Tiene el mismo rollo que las zonas comerciales de Hong Kong o Taipei - muchas tiendas en muy poco espacio de tiempo. Hemos decidido separarnos durante tres horas - Belén ha optado por ir a una tienda de todo a 100 yenes muy famosa llamada The Daiso. Decidimos utilizarla como punto de quedada tres horas después. No contábamos con el hecho de que el Daiso estaba en la planta -2 de un edificio enorme con infinidad de tiendas. Hijos de puta. Hemos dado vueltas por la calle, por la planta -1, por la -2, por el barrio y por el coño de su prima hasta que por fin hemos encontrado la tienda que, por cierto, no es el superstore que imaginábamos. Hay un Daiso más grande e iremos un día de estos. Belén también ha grabado este vídeo, con mucha guasa.




Por mi parte, he ido a tiro hecho. Sabía que Disk Union es una de las mejores tiendas de discos del mundo y no me ha decepcionado ni un poquito. Ocho plantas llenas de discos, ediciones japonesas limitadas, singles descatalogados... hay una pared entera de discos de los Beatles. Cada disco que editaron lo tienen disponible en versión británica, europea, americana y japonesa. Tienen los vinilos de The Smiths en un formato raro de 10 pulgadas. Podría haberme quedado todo el mes y gastarme un millón de yenes, pero al final habré comprado unos 20 discos por más o menos 11,000 yenes - al cambio, poco más de 80 EUR. Todos difíciles de encontrar en España y menos a ese precio, vaya. 

Tras el feliz reencuentro hicimos el Reto de Bebidas Japonesas, que hoy no ha salido muy bien...




...y paseando por la zona más extravagante, bizarra y divertida de Shinjuku nos hemos encontrado con el Robot Restaurant, al que iremos dentro de unos días. La cosa promete, y mucho.




Hemos terminado el día con dos visitas cortas. Aprovechando que estaba a 20 minutos andando - que gracias al hijoputa maloliente del Google Maps han sido 40 -, hemos ido al Park Hyatt, donde se rodó Lost in Translation. Hemos subido al piso 52 para hacer unas fotos - las bebidas son realmente caras y hemos decidido no quedarnos, aunque el hecho de que me prohibiesen la entrada por ir en pantalones cortos y sudando más que Falete corriendo una media maratón ha ayudado bastante a nuestra decisión. Que no me han dejado entrar, vaya. A mí, con la clase que yo tengo, con lo educado que soy. Malas pécoras, ojalá vuelva Bill Murray en calzoncillos con un huevo colgando y no os queden más cojones (nunca mejor dicho!) que dejarlo entrar.

Eso sí, las vistas son espectaculares. 

Finalmente, y cogiendo dos autobuses - Belén es una CRACK con los autobuses y las paradas, no falla nunca - hemos llegado a BLACOWS, el sitio que nos decían de hamburguesas, cuya carne tiene la nota A-5, que es la máxima para la carne aquí. No es el buey de Kobe por el que pagas 80 EUR el entrecot, pero ha merecido la pena. Puedo decir que el bacon cheeseburger con aguacate que he probado es la mejor hamburguesa que he comido en mi vida. Y solo hay que echar un ojo a mi ovalado volumen para darse cuenta que he comido muchas. 

Mañana tenemos un concierto pero intentaremos bloguear antes. Tras dos días a tope, seguramente nos lo tomaremos con más calma...

Javi