domingo, 6 de agosto de 2017

Día 6: Tour de Force por la sorprendente Zagreb



BAD NEWS! BAD NEWS! Hoy le vamos a dar "chance" al Sr. Ganchetto y va a escribir la Doña (Belén para los amigos).

Cabrón, mamonazo, piltrafa humana, basura, mojón con pelos, rata de dos patas, deshecho humano... vale, una vez que hemos cubierto el cupo de palabras malsonantes continúo explicando nuestra aventura.

Hoy hemos amanecido en la bonita localidad de Cakovec, nombre que no me sale pronunciar a la primera ni aunque me paguen. El hecho de ir a ver a Marco Popovic allí ha revalorizado nuestro viaje, ya que hemos pasado una velada la mar de agradable, sin duda mucho mejor que en Karlovac, sitio un poco mugriento, todo sea dicho.




Nos fuimos a cenar a una trattoría en la que nos hablaban italiano y llenamos nuestros estómagos de una pasta sensacional y, por supuesto, no dejamos pasar el reto de bebidas, en el que, en esta ocasión ganó Javi, ya que estaba realmente bueno, la pena es que no le dí a grabar al vídeo, pero qué coño, mi chico disfrutó de un chupito que estaba la mar de bueno, olé por él.

Muy temprano hemos cogido nuestro equipaje para venirnos sin problemas hasta Zagreb, no sin antes soportar una eterna despedida de la amable señorita del hotel, la cual nos ha pegado una chapa matutina digna de una tarde en el congreso, menuda plasta oiga, muy amable, pero muy plasta.






El trayecto ha sido fácil-fácil, ni un atasco, ni un pero, ni un porqué, así que, valientemente nos hemos plantado en Zagreb para dejar las maletas y devolver el coche.







Una vez liberados de todo y, aprovechando que hoy hace más fresquito que los últimos días, nos ha dado por patear Zagreb, empezando por el memorial de Drazen Petrovic, en el cual Javi estaba como un niño con zapatos nuevos. La zona es lo que uno se imagina de un barrio industrial ex-yugoslavo, vaya, glammour, menos mil millones, pero también tiene su gracia. Nos hemos encontrado un lavadero de coches que ofrecía diversión y clase infinita, os adjuntamos foto, porque la ocasión lo merece.








Una vez hecha la procesión de recordatorio de Petrovic nos hemos ido al casco antiguo, a pata, vaya, con el coche de San Fernando, un ratito a pie y otro caminando, pero así es como uno conoce las ciudades, dándole marcha a las piernas y abriendo mucho los ojos. Hay un funicular que te sube hasta arriba y, sin exagerar, el trayecto dura un minuto escaso, pero es algo que hay que hacer en esta ruta, en la que vamos a ir en avión, coche, autobús, barco y, por qué no, funicular.




Una vez arriba era todo espléndido, casas señoriales, iglesias majestuosas, calles de adoquines que invitan al paseo y, encima, un grupo de soldados vestidos de bolcheviques sexys, dándonos un festival de posturas y tambores, una maravilla oiga.










Calle para arriba, calle para abajo, nos hemos dado un paseo increíble. Esta ciudad nos ha sorprendido mucho, por todo, sin olvidarnos de una capilla situada en una curva, con banquitos y todo, pero en una curva de una calle, así tal cual, esto ni en Sevila oiga, en donde plantan una capillita en cualquier rincón.




Soreprendente también el museo de las relaciones rotas.. mal vamos si tenemos que tener un museo para recordar que la cagamos emocionalmente, pero bueno, cualquier forma de ver y entender el arte es bienvenida.




Después de tanto patear nos ha entrado hambre y hemos hecho caso a nuestro amigo tripadvisor para ir a un coqueto local en el que no caben más de ocho personas y sirven productos gourmet croatas realmente deliciosos. El moménto álgido en el local ha sido cuando a Javi se le ha puesto en el cogote un saltamontes verde como una planta de hierbabuena y del tamaño de una salchicha de franfurt, LA VIRGEN SANTA! Todos los bichos se acercan a Javi como si fuera un imán!! A lo mejor por eso me tiene a mí tan hipnotizada! Bueno, la cosa está en que ninguno de los dos ha entrado en pánico y, amablemente, Javi la ha rescatado y le ha invitado a irse a la calle, lejos, muy lejos de su cogote. Post-comida sí que ha habido reto de bebidas filmado (después de un primer intento) y aquí está la muestra:




Después de comer, del madrugón y la pateada, lo único que nos pedía el cuerpo era posición horizontal y vaya si la hemos tenido... una siesta de esas gustosas, de más de dos horas, que te dan fuerza para conquistar Polonia si fuera necesario, un placer.





Descansados y relajados nos hemos ido a una zona muy chula de la ciudad llamada Tkalciceva, que era en donde pasaba el antiguo río y separaba la ciudad en dos partes, mucho antes de la unificación de la ciudad. Ahora es un barrio precioso, lleno de bares, restaurantes y locales, en donde hemos degustado unas buenas cervezas artesanas y en donde hemos aprovechado para cenar más comida local que, todo sea dicho de paso, está buenísima.




Más paseo, más bailarnos encima en cualquier esquina, más hablar de lo humano y lo divino, que siempre mola y más compartir buenos momentos lejos de nuestro hogar... ¡vivan las vacaciones! Creo que fué ayer mismo cuando uno de los dos dijo: ¿qué día de la semana es hoy?... ayyyys, ahí es cuando uno nota que está de vacaciones amigo...

Mañana nos toca madrugón de nuevo para irnos en bus a Bled (Eslovenia), pero, como nuestro hotel (Allegra Arcotel) es de lo más confortable, seguro que daremos buena cuenta de nuestras camitas.

P.D.: Cuqui, te echo mucho de menos, pero, cada vez que escucho campanas sé que eres tú queriéndome dar un besito.

5 comentarios:

  1. Qué jodida la vida del turista. Todo el día de acá para allá!!

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  2. Cansa mucho, oiga. No crea usted.

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  3. oklahoma's monster sister7 de agosto de 2017, 12:09

    ¿Seguro que el saltamontes no era proteína de tu plato?¿La vírgen de la curva no es la misma que la muerta de la curva de ingónito?
    Yo también Belén, besitos

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  4. Hermanita, me parto y me mondo contigo. Te quiero

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  5. A ver, a ver... Que yo me entere: ¿No te has comprado una camiseta de Drazen? Seriously?

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