Buenas. Hoy el blog tendrá dos partes. En la primera Belén os contará las sensaciones que ha tenido en Kuala Lumpur y en la segunda, servidor de ustedes os contará la actualidad del día. Sin más, os dejo un rato con la jefa.
Kuala Lumpur tuvo en su día pretensión de ser la capital de Asia, pero no sé si fue por culpa de su gobierno o de su increíble obsesión por el Brilli Brilli, las lucecitas de Navidad y el espumillón fuera de temporada, pero se quedó por el camino.
Esta no es una ciudad hecha para caminar, ni pasear, es un Xcalectric con edificios enormes y un caos generalizado. La primera vez que vinimos fue hace 5 años procedentes de Hanoi y… cualquier lugar post Hanoi te parece lo más limpio y organizado, ya que si hay un sitio sucio y pestoso eso es Vietnam. Yo que quieres que te diga, si me tengo que quedar con Asia me quedo con mi Japón, con Bali o con Taiwán, el resto de sitios que conozco son bastante guarretes y caóticos.
Me ha sorprendido la cantidad de chicas vestidas de negro con velo y la cara cubierta, eso si, con bolsos de marca y cargadas de oro, pero dos pasos por detrás del marido y bajando la mirada. No se, yo no tengo un Dios, pero si lo tuviera no me pediría que me ocultara detrás de un velo o máscara, yo no recordaba haber visto tantas hace 5 años...
Pero KL también tiene cosas que me gustan! Para empezar nuestro hotel es increíble y los masajes malayos son ESPECTACULARES. He probado masajes en todo Asia y de momento ganan estos, brutales de verdad, además, ver a Javi con el gallumbo ese de papel que te dan en los spa no tiene precio. Mientras nos cambiábamos me ha dado un ataque de risa descomunal... ese cojoncillo travieso que se resistió al gallumbo de papel casi hace que me atragante.
La moda malaya me gusta. Es tan fea y hortera que me tiene hipnotizada. A esta gente le gusta más un brillo que a mí y eso es decir mucho.
La comida asiática es música para mis oídos. Me encanta su sorprendente sabor y aquí tienes millones de opciones. Me gustan las torres petronas y las tenemos justo enfrente del hotel. Son espectaculares las mires de donde las mires.
Me gusta su gente. Lo de callo malayo es así, me pasa con ellos como con su ropa, me hipnotizan.
La cuestión es que nos lo estamos pasando muy bien, con muchas risas y hemos conseguido poner la mente en modo vacaciones y esto no ha hecho más que empezar. Seguramente no viviría aquí, pero que quiten lo viajado.
P.D.: Cuqui no sufras por Javi que si no le gusta escupe la bebida :)
Pues iba a ser un día de los más tranqui pero al final se ha animado. Hemos decidido acercarnos a un parque enorme que hay en Kuala Lumpur, con el pintoresco nombre de Perdana Botanical Gardens. Hemos ido en taxi hasta un jardín lleno de mariposas. El taxista era un pirata total, pero vaya, como cualquier taxista al este de Estambul… y la mayoría al oeste, también. El jardín de mariposas nos ha encantado, aunque dentro, al estar tapado con mosquiteras para que las mariposas no se piren, hacía un calor acojonante, con el 150% de humedad por lo menos. Para mí la mejor parte ha sido una exposición que había de insectos tanto vivos como disecados. Podías comprar cuadros de mariposas reales, disecadas, preciosas pero a) vamos a Australia y allí las aduanas son brutales y b) quién coño quiere un bicho muerto en la pared de su casa, por bonito que sea.
De ahí hemos ido camino a un Jardín de Orquídeas que ha resultado ser un completo fiasco. Unas flechas ponían para un lado, otras para otro lado completamente opuesto, hemos dado una vuelta impresionante para no ver nada así que al final le han dado por culo a las orquídeas, al jardín y a su puta madre. Hemos visto un taxi y nos hemos ido al hotel, y se estaba fresquiiitoooo fresquiiiitoooo.
Por la tarde teníamos la famosa excursión a las Cuevas de Batu – hay que subir 272 escalones con 30 grados, casi 100% de humedad y rodeado de monos que te roban la comida, la bebida y se mean en los escalones. Y se cagan. Nuestro guía, que se llama Ai como diminutivo de Chenai, nos llevo primero a Little India, que está superlimpio, nada que ver con Big India, el país. Belén ha comprado unas cosas rápidamente y nos hemos ido dirección a las Batu Caves, con breve parada en la puerta del Palacio Real, finalizado en 2012 y que mola mucho. Una vez en las cuevas… pues tjocaba subir escalones como un par de pendejos, aunque para pendejo, un pobre mamón que iba con dos cajas de botellas de agua en la cabeza. Siempre hay gente que lo lleva peor que tú, claro. Los monos no hacían nada y hemos tardado 5 minutos o así en subir.
Una vez arriba, sí, había templos, pero también suciedad por un tubo. Sería impensable que una iglesia de alto copete estuviera así en España. Hay un tragaluz en lo alto de la cueva que es lo más espectacular de la visita, así que he aprovechado para inventarme una mierda de historia y soltársela a Belén a ver si colaba.
Finalmente para rematar la visita nos han llevado a una tienda de Batik, que es una técnica de pintar tejidos, generalmente en seda o algodón. Al estar hechos a mano no hay dos trajes iguales. En realidad es la típica parada técnica en la que oh sorpresa, hay una tienda carísima donde te intentar sacar la pasta por algo que realmente no vale ni la mitad en un barrio normal de la ciudad. A un turista gilipollas le podrán sacar la pasta, pero no a nosotros, que tenemos el culo pelao. Una chica ha empezado a enseñarnos las múltiples utilidades del pañuelo de seda.
Javi: Pues para mí que ahora va a hacer una pajarita de esas de papel, pero con el pañuelo.
Belén: O un avión. Se le da bien a la hijaputa.
Javi: Ah no, coño, es una flor. Nice, nice! A ver si ahora hace un perrito acostao.
Belén: Yo sé hacer una grulla japonesa.
Javi: Haces una grulla japonesa con el pañuelo de seda ese y te ganas a las chochis estas de por vida. Te adoptan, te ponen en una estatua y te rodean de monos.
Total, que no compramos nada para disgusto del guía, que obviamente iba a comisión.
Esta noche tenemos que hacer la maleta y no se espera grandes cosas de nosotros: volveremos al centro comercial de las Torres Petronas, que es como nuestro centro operacional por aquí, iremos otra vez al Nando’s a comer ese pedazo de pollo exquisito… y toque de queda a las 06:15 destino Sydney. Ahora sí que sí, ¡nos vamos a Australia!!! Espero que nuestro ordenador se conecte bien allí por el bien de mi salud mental...
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