No os vamos a engañar: hoy ha sido el mejor día de todo el viaje. Esperábamos mucho de esta excursión, especialmente después de que ayer los planes no fuesen como estaban previstos, pero ha excedido nuestras expectativas. El día de hoy es probablemente el mejor que hemos pasado nunca en Australia y la excursión de hoy, una de las tres mejores que hemos hecho jamás. Por eso vamos a meter fotos y vídeos por un tubo y quizás escriba menos, porque en fin, una imagen vale más que mil palabras, y mil imágenes no le harán justicia a lo que hemos vivido hoy. Pero en fin, un poco de sarcasmo tampoco viene mal.
El día empezó con madrugón porque nos recogían a las 07:20 en el espacio que una vez ocupó el hotel Rydges. Estábamos un poco cagados porque el autobús llegó un poco tarde. Nos llevaron al punto de encuentro donde nos esperaba nuestro autobús, un 4x4 para 26 personas, una auténtica máquina de matar que se mete por las dunas con facilidad. Si Hitler tuviese tenido 20 cacharros de estos durante la Segunda Guerra Mundial estaríamos hablando alemán ahora mismo: ese es el nivel.
Menos mal que nos dio por desayunar antes de salir porque no estaba incluído. Nuestro conductor Peter, un londinense que lleva 35 años en Perth, nos llevó rápidamente a un lugar llamado Caversham Wildlife Park, un parque natural con todo tipo de fauna autóctona suelta por ahí. Tanta prisa se dio que llegamos los primeros - imagino que por ahí pasarán docenas de tours parecidos. Los canguros nos estaban esperando con un hambre como si hubiesen pasado el Ramadán y Belén fue la primera en alimentarlos. Se tiraron a por la comida que había en su mano como si no hubiese mañana, pero pasó lo mismo con todos los demás. Creo que no hay animal más hambriento que el canguro, es alucinante. Siempre tienen hambre.
De ahí nos fuimos a ver a un wombat, que es como un castor gigante y gordo, aunque al parecer corren más que los humanos, Usain Bolt incluído. Teníamos entendido que el wombat caga cuadrado, es un hecho bastante bien documentado en Internet... pero ha sido bastante decepcionante porque el bicho suelta cagarrutas que, desde luego, no son cuadradas. Vaya timo de bicho. Hemos tenido la oportunidad de tocar un koala, que es un animal la mar de blandito. También tienen pinta de tener una mala leche acojonante, pero eso ya es una impresión natural. Un bicho que duerme 20 horas al día debe pasar las cuatro restantes quejándose de todo. Se tardan cuatro horas en ver el parque y lo vimos en media hora. Ganas de volver y verlo con más calma, pero igual no volvemos a Perth, quién sabe.
De allí cogimos la tanqueta dirección norte durante hora y media, pasando por grandes cantidades de árboles, campos, ganado, lago... y prácticamente sin ver ni una casa. Hay algo especial en el cielo de la Australia Occidental - es todo plano y hay como más nubes y más espacio, no sé cómo explicarlo, pero es algo diferente. Tenía gracia porque Peter nos explicaba que la gente de allí bebe cerveza, quedan en los pocos pubs que hay, juegan a los dardos... y yo pensaba, claro, y hacen carreras de tractor y alguno hay que tiene tres hijos con sus dos primas hermanas, porque es que no hay nada más, coño. Total, que tras un largo camino llegamos a un pueblo llamado Cervantes, claramente fundado por españoles. Primero, porque hay una figura de Don Quijote y Sancho Panza presidiendo la entrada del pueblo y segundo, porque las calles se llaman Sevilla, Cádiz, Cataluña, Aragón, Madrid... hasta Talavera.
¿Qué fuimos a hacer a Cervantes, en el verdadero quinto coño del mundo mundial? ¡Comer langosta! Hay un lugar llamado Lobster Shack que es todo lo que te puedes esperar de un caladero de langostas en un pueblo de 650 habitantes. Nos pusieron un vídeo malísimo que estaba en indonesio, chino, francés, italiano, inglés y japonés, pero no en español. Cervantes se revolvería en su tumba si se entera, seguro. Nos enseñaron la fábrica de procesado por dentro, con un jambo que trabajaba allí sujetando una langosta del tamaño de un gato. Todo eso nos la pelaba muchísimo - nos dieron audioguías y todo, pero pasamos tres cojones de la explicación. Había dos opciones: una mierda de kit preparado con pollo y no sé qué coño más, y pagando 20 EUR más, media langosta a la brasa con tres empanadillas de langosta y patatas fritas. Pues bien - solo el 50% de la excursión había optado por la langosta. Joder, vas a un sitio donde cogen langosta cada día, donde te la van a servir fresca, ¿y te pones a comer pollo? Te gastas un pastón en venir a Australia, a la ciudad más aislada del país, conduces casi dos horas carretera arriba, te ofrecen langosta por 20 EUR más ¿y te pones a comer pollo? ¡Pero qué huevos! La langosta estaba deliciosa, impresionante... para quedarse a vivir, con la playa a 10 metros.
Tras una breve parada en una playa preciosa que no estaba en el guión, con arena fina y unas vistas impresionantes - premio de Peter por ser muy puntuales - seguimos para alante hasta llegar a los Pinnacles, a saber, unas formaciones cálcicas que recuerdan a las estalgamitas de las cuevas - o sea, las que crecen desde el suelo: apuesto a que alguien ha salido de dudas con esta movida gracias a este blog, ¿eh? El caso es que estos Pinnacles no deberían estar allí, a pocos kilómetros de la playa, en un suelo claramente arenoso, pero están allí. Nadie se lo puede explicar a ciencia cierta. El caso es que el paisaje - el cielo de Perth, los Pinnacles, la arena amarilla - le da al sitio un halo de misterio importante. Es un paisaje único, genuino, muy difícil de ver en ninguna otra parte. Pasamos un buen rato contemplándolos, disfrutando el momento y por qué no, haciendo algún que otro chiste de pollas, que visto lo visto es lo que debe hacer cada español que pasa por allí.
La última parada de la excursión ha sido la más divertida. Primero, Peter ha tenido la idea de meter el 4x4 por unas dunas enormes de arena blanquísima. La tanqueta tenía conducción manual y casi nos quedamos tres veces tirados intentando subir una duna enorme. Supongo que Peter pensó como piensan los hombres cuando se le cala el coche subiendo una duna, esto es, que la única opción válida es dar marcha atrás, coger carrerilla y pensar que tanto él como sus putos cojones van a pasar por encima de la duna de mierda esa. Y así lo intentó, 4 veces, y nada. Al final dimos un rodeo y llegamos al sitio donde se hace sandboarding. La idea es subir una duna con una tabla de surf y tirarte en plan kamikaze duna abajo. Hay trucos - ponerle cera a la tabla, bajar por el surco que han hecho los que han bajado antes que tú - pero vaya, que ninguno de nosotros consiguió bajar en plan surfero: todos sentados en la tabla y con dificultades. A mí me salió a la tercera - la primera vez di una hostia de mil demonios, la segunda, documentada en vídeo, casi llego al final y con la tercera llegué más allá de las dunas, a las piedras. Menos mal que no perdí el control de la tabla porque ahí sí que me podía hacer pupita. Belén también estuvo torera y se tiró un par de veces, con mucho valor. Allí, en las dunas, vimos un atardecer increíble.
Naturaleza a lo bestia, animales autóctonos, playas paradisíacas, paisajes completamente impensables, diversión duna abajo... y buena compañía. ¿Se puede pedir más? Despediremos Perth a lo grande mañana, con un crucero cerca de la costa y, si el tiempo lo permite, un largo paseo en bici por un parque con las mejores vistas de la ciudad. ¡Nos queda poco para volver... y nos quedaríamos un mes más encantados!
PD: Recuerden dejar algún comentario en el espacio que encontrarán debajo de estas líneas. Siempre se agradece y nos hace mucha ilusión.
Deseando ver el vídeo del sandboard jajajajs. Que envidia de excursión
ResponderEliminarA ver, que ninguno de los dos somos grandes acróbatas, pero nos lo pasamos como niños! Besitos!!!
EliminarTremendo! Vaya envidia de día y de lugar. Ganas de ver esos vídeos tirándoos en la arena, aunque veo que no tengáis grabado el hostiazo de Javi... ;)
ResponderEliminarMenudo cabroncete estás hecho Pablovski! Se nos acaban de perder tus pines por entre las letras de este comentario, Muahahahahahaha (soy Belén por si dudabas)
EliminarBelén, me has fallado con la cámara. A ver, si Javi se tira en trineo por una duna, hay que estar ahí al quite con la cámara. Es vídeo seguro y con un poco de suerte, lo envías a Vídeos de primera y te financia la próxima langosta exótica. Bueno, es posible que ya no exista Vídeos de primera. En serio, qué pasada de día y de viaje! Buen retorno!
EliminarNadie dice que no esté grabado...
Eliminar...o que sí lo esté
¿Langosta sí y perthebes no? Que menuda pintaza, todo sea dicho. Luego vuelvo a ver si se han subido los vídeos, que al final me pondréis habitación en el blog... Ah, me niego a pensar que un koala sea como un tuitero dormilón! Y los habéis tocado!! Con la cantidad de cosas chulas que habéis hecho en este viaje, pero me da que esta excursión se lleva la palma. Las fotos son alucinantes.
ResponderEliminarTodo suma, la verdad es que cada viaje que hacemos pensamos que es el mejor y eso nos motiva a seguir viajando. Un abrazo grande y gracias por estar ahí
EliminarQue suerte una vivencia de este dia, divertiros mucho cariños, Belen te añoro.
ResponderEliminarLo hemos tenido imposible para contactar contigo. Espero que estés mejor
EliminarQué gran dia amigos. La excursión ha estado genial y qué divertida! Se ma hace la boca agua con la langosta. Qué cortitos Los del pollo.
ResponderEliminarRafael, sin duda alguna un día para recordar y la langosta estaba pa ponerle un piso!
EliminarSomos más de The Wombats que de los wombats en sí.
ResponderEliminarJajajajajajaja sin duda alguna!!!
EliminarQué bueno, entre hoy y mañana me leo tooodas las entradas un besazo a los dos!
ResponderEliminarGracias Andrew! El otro día pasamos por un casoplón en Perth que decía en grande: Andrew's House. Y pensamos: qué cabróooooooon!:)))
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