jueves, 11 de agosto de 2016

Día 12: Vistas, frío y un mítico reto de comidas



Seguimos en Melbourne donde, por cierto, hace bastante más frío que en Sydney. Hace buen tiempo dentro de lo que cabe porque no llueve ni nada de eso, pero hace frío. Sin embargo, el punto más frío de toda la ciudad es, sin duda, la habitación 712 del hotel Punthill South Yarra Grand, la cual tenemos el dudoso honor de ocupar estos días. No importa que pongas el aire acondicionado a la temperatura del centro de la tierra, aquí sigue haciendo frío. Hemos tirado de una manta extra pero nada, no ayuda casi nada. Sin ir más lejos, esta mañana me ha despertado un pingüino a las 07:55 de la mañana.



- Illo Javi.

+ AAAAAAAH!!!! BICHO!!!! BICHO!!!!! BICHOOOO!!!!!

- ¿Qué pasa, nunca has visto un pingüino que habla? Tienes que viajar más. 

+ Toma el dinero y vete de aquí. O lo que quieras, pero no nos hagas daño!

- Nah, joder, lo único que quiero es que pongas la tele. Vale que hablo, pero no le puedo dar al mando con estas mierdas de manos. Que juega USA con Australia en baloncesto y estamos aquí queriendo verlo.

+ ¿¿Estamos??

- Claro, coño. Con el frío que hace no pensarías que solo hay un pingüino aquí, ¿no?



Coñas aparte, me he despertado a tiempo para ver el partido y ha sido espectacular. Australia ha estado a punto de ganarle a los americanos, que llevan invictos hace 10 años, pero Carmelo Anthony les ha salvado con 9 triples y una exhibición brutal. Debo decir que la cobertura de los Juegos Olímpicos es excelente aquí en Australia. Cada deportista o equipo tiene una entrevista pregrabada personalizada y la ponen antes de que empiece a competir. Es habitual ver a los padres de los atletas hablando de sus hijos en televisión. Los comentaristas son de gran calidad - en baloncesto está el cinco veces olímpico Andrew Gaze, que ahora es entrenador y sabe de lo que habla - y tratan el producto realmente bien. Y encima les va bien porque ganan casi siempre.

Una vez que acabó el partido nos fuimos a los Royal Botanic Gardens de Melbourne. La experiencia en Sydney fue la de un parque espectacular y teníamos grandes expectativas con el de Melbourne. En el mapa parecía cerca pero hemos tardado más de media hora en llegar a la puerta más cercana, viendo casas de estilo victoriano. Una nos ha llamado la atención en particular, que parecía encantada o que viviesen allí gente más rara que ver a Mario Vaquerizo exponiendo una tesis doctoral de química avanzada.



Pero vaya, hemos llegado por fin y el jardín no deja indiferente a nadie. Hemos entrado por una especie de cráter que simula la flora de los desiertos de Arizona, y luego nos hemos ido desplazando por el parque como si lo hubiesen vaciado para nosotros. Una de las mejores cosas de este viaje es que no hay turistas en ningún sitio - quizás había alguno más en Sydney, pero prácticamente ninguno aquí en Melbourne. Belén no ha perdido la oportunidad de hablar de ello y lo hace mucho mejor que yo.










Una de las cosas que más nos han llamado la atención es que andaba un cisne negro por allí suelto. Aparte de los animales habituales, incluído al que nosotros llamamos el cuervo Paul Newman por sus espectaculares ojos azules, estaba este cisne tan tranquilo, así que con la excusa de hacer unas fotos, le hemos tirado unas galletitas. También hemos entrado en un invernadero tropical que se estaba como a 40 grados de temperatura con mucha humedad. Ha sido abrir la puerta y he dicho "yo paso", pero al final he entrado. Nada, un minuto, porque aquello era completamente irrespirable, joder. Se empañaba la cámara, era como hacer abdominales en un iglú de plástico en el medio del desierto de Sonora. Mucho calor.




Y hablando de comer... cuando por fin llegamos al punto central del parque, un lago inmenso, precioso, rodeado de árboles y en el medio de tan paradisíaco lugar le he planteado a Belén el Reto de Comidas Australianas. Debo decir que Belén tiene una imagen de ogra con esto de los Retos de Bebidas pero no siempre es así, hay cierto consenso sobre la bebida elegida y mucho del reto es hacer el paripé delante de la cámara. Bueno, este no es el caso porque realmente no se lo esperaba. El otro día en el supermercado compré un tarro del mítico VEGEMITE, un mejunje que le echan al pan por aquí a la hora de desayunar. Lo probé en 2006 pensando que era Nutella y casi me arranco la lengua del asco. Pensé que era un buen momento para que Belén lo probara... No os podéis perder el vídeo. Es mítico.



Y casi igual de mítico, pero un poco menos, es este vídeo en el que le dimos a probar el Vegemite a un pájaro. ¿Será capaz de comérselo?



Por lo demás, pasado el trance del Vegemite, hemos hecho un picnic allí en el propio parque, en un lugar con mesas donde había un jambo tocando el arpa eléctrica. Era muy divertido porque el tipo se tomó una pausa para comer a escasos metros de su instrumento y todo el que llegaba lo tocaba. El pobre mamón se tenía que levantar a pedirle a la gente que no tocase el arpa. Todo era muy ridículo - el tipo vendía sus CDs de música de arpa tocada por él, esperando que llegase el típico turista asiático sin puta idea de música, claro. Pese a eso y a los muchos pájaros que querían quitarnos el papeo, pasamos un buen rato.



No hemos hecho mucho más, solo dos cosas, a saber: lo primero ha sido subir a un sitio muy chulo llamado Shrine of Remembrance, el santuario del recuerdo para todos aquellos hombres y mujeres australianos que batallaron junto a Inglaterra en la Primera Guerra Mundial. No hemos visto nada de la segunda, así que me imagino que Australia no se metió mucho en ese berenjenal. El caso es que subiendo hasta arriba del todo se ven unas vistas fabulosas de la ciudad. Hemos hecho dos vídeos, el primero iba a ser el definitivo pero luego el día se nubló, se veían mejor los edificios y decidimos hacer otro con Belén desde arriba del todo.











Aparte, hemos ido a un outlet que hay cerca de una estación de tren porque había una tienda de discos que me interesaba. La tienda era una mierda, pero el outlet en sí era cojonudo, había de todo y muy barato. Nos hemos recogido temprano porque mañana tenemos una excursión que promete mucho - al valle del Yarra con varias catas de vino y a subirnos en el Puffing Billy, un tren de vapor antiguo que enamoró a Belén desde el primer día.



Os dejo, que los pingüinos quieren ver la calificación de natación y me piden que ponga la tele... en serio, qué frío hace aquí, coño. Es terrible.

4 comentarios:

  1. lo que me he podido reir con la carita que ha puesto belen jajajjaa pero vamos... que ni lo ha escupido ni nada! no sera que no estaba tan malo???? ;)
    teneis mucha razon, los mejores momentos es cuando te vas asi sea a la otra punta del planeta y solo ves a gente autoctona con sus rutinas diarias, ahi si que desconectas. turistas cero, aglomeraciones cero... mola
    un beso pareja!!! se os kiere!!!

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    1. Lamento romperte un mito, pero si que ha sido escupido y, lo peor es que los bichos esos se han comido mi bola escupida... muy asqueroso todo

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  2. Mi madre tiene esas cucharas cuchillo jajajajaja gran invento Australiano! Vive el reto de comidas,pero habéis hecho pocos! Queremos maaaaaas y a ser posible asquerosos jajajajaja

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  3. Hemos tenido poca vida nocturna este viaje. Sin el contacto con la calle es difícil tirar por la via asquerosa. Pero ya caerá, ya...

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