viernes, 9 de agosto de 2024

Dia 8: Wai-o-Tapu, la caldera del diablo



Hola a todos desde Rotorua, donde pasaremos las dos próximas noches. Estamos aún en shock por lo que hemos visto, un paisaje sacado de otro planeta. Wai-o-Tapu es la atracción estrella en esta zona de alta condensación de termas naturales. Vamos por partes, el día ha dado para bastante.

Antes de empezar queremos lanzar un mensaje a familia, amigos y curiosos que siguen el blog algún que otro verano. Hemos visto blogs de otros viajeros que han venido hasta aquí y son radicalmente distintos a los nuestros. Vídeos cuidadosamente editados y probablemente publicados dos semanas después de haber hecho el viaje, chistes sin gracia y texto con recomendaciones descaradamente buscando los likes para financiarse el próxima viaje. No es nuestro caso, amigos. Podríamos hacer todo eso pero no.



Lo nuestro es la espontaneidad y el escribir sobre la marcha, tanto si lo hemos pasado bien como si no. A ver, si queréis el otro formato se podría plantear, pero es que lo que hemos visto nos ha horrorizado, así que si nos veis posturear o directamente parecer imbéciles en cámara, por favor, ayudadnos a que no pase, lo último que queremos es parecer gilipollas del todo. Nosotros trataremos de mantener el blog fresco y divertido, lo lean 50 o 5,000.





Volvemos al día a día en Nueva Zelanda: nos hemos despertado a las 07:00 sin conseguir ver la semifinal USA - Serbia de los Juegos Olímpicos. Hemos desayunado en el hotel y tirado desde Auckland a nuestra primera parada, Hamilton, donde queríamos desayunar. Es una ciudad más o menos extensa pero no teníamos ninguna intención de verla. Por el camino nos ha caído una niebla intensísima que nos ha obligado a ir valientemente detrás de un camión hasta que ha pasado.



Hemos desayunado en un sitio al azar llamado Cafe Fresca, y ha sido todo un acierto. Buen café, jardín interior con tienda de antigüedades y buena música (han puesto Friday I'm In Love de The Cure, ¡y es viernes!). A la salida había aparcado un coche chulísimo. La cosa hoy ha ido de sorpresas. Permanezcan atentos al final del blog.











Hemos llegado a Rotorua y hecho check-in en Aura Accomodation, un motel con todo lujo de detalles: piscina exterior climatizada, barbacoa, grandes habitaciones y sobre todo, un personal amable y servicial que cuida al detalle todo lo que hacen. Había una tarjeta escrita a mano con mi nombre deseándonos un buen fin de semana, hay un dossier con cosas básicas como el wifi, las habitaciones termales, la barbacoa o la lavandería, qué hacer y dónde recomiendan ir cada uno de los tres recepcionistas. Una pasada.







Tras soltar las maletas hemos ido a Wai-o-Tapu, un paisaje muy especial, una zona termal con colores imposibles que nos llamó la atención cuando empezamos a preparar el viaje en 2019. Nos habían avisado del olor y es verdad que Wai-o-Tapu huele a azufre y huevos podridos, pero qué vistas. Es impresionante. Hay una piscina entera de agua color lima-limón, y sobre todo lo que llaman La Paleta del Artista, una zona termal llena de colores provocados por los distintos minerales.










Lo que el Mount Eden eran cráteres tapados con vegetación, aquí son aguas termales con colores y olores imposibles. La verdad, hemos hecho un huevo de vídeos así que subiré los mejores. Si tengo que criticar algo es que la tienda de regalos es una auténtica mierda, una tomadura de pelo. ¿Hay que venir a Wai-o-Tapu? Pues claro que sí, joder, es impresionante, como estar en otro planeta. Más colores que en la canción aquella de Ned Flanders en los Simpsons.








El resto del día ha sido más tranquilo. En un momento dado, saliendo del supermercado (ningún día sin supermercado, oigan) decidimos ir a un lago que está a pocos metros del hostal. Fuimos en coche porque somos unos miserables y ya hemos andado en Auckland para dos semanas. Total, que llegamos y justo se puso a llover. Había muchísimos pájaros: Gansos, gaviotas, patos y no sé por qué, un gallo perdido ahí en medio que apareció de la nada. Lo más extraño es que había un par de botas de agua guapísimas abandonadas al lado del agua.



Nuestra teoría es que su propietario tuvo una crisis existencial al ver al gallo. Le dio por pensar qué cojones hacía un gallo entre tanta gaviota y se tiró al lago, falleciendo. Las botas de agua son del número de Belén, el 41, pero no ha tenido cojones de llevárselas porque primero, pueden ser de un muerto y segundo, igual vuelve el propietario con una recortada y quien palma es ella. Hey, aceptamos más teorías sobre las botas en los comentarios. Os escuchamos, igual daremos un premio a la mejor respuesta. Igual no y os jodéis, pero yo creo que sí. 

¿El paisaje? Una pasada... Ojo a la siguiente foto. Es sin filtros, bueno, todas ellas lo son. No sé cómo cojones poner filtros en blogspot, la verdad. Ni puta idea. 




Antes de escribir esta entrada de blog nos hemos dado un baño en la piscina del hostal, que está a 36 grados. Estaba medio hostal en la piscina: un padre con sus tres hijos pequeños y cinco señoras locales cuchicheando acerca de todo. Mañana tenemos dos excursiones con temática maorí, una a las 10:00 y otra a las 18:15 que estuvo en el Top 10 mundial de excursiones en TripAdvisor antes de la pandemia. Sacaremos la lengua, gritaremos, bailaremos y nos acordaremos de vosotros. ¡Hasta mañana!

3 comentarios:

  1. Las botas son del Gato con Botas que se estaba dando un bañito ¿no lo habéis visto? Javi O.

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  2. Sí os sirve la opinión de un seguidor anónimo, a mí me gusta el tono desenfadado y espontáneo que le dais al blog, sin postureos... para otra cosa mejor pillar la Lonely Planet. Espectacular los sitios por los que habéis andado, desde luego que parecen de otro planeta. Lo de las botas, apuesto por un asesinato... a su dueño lo han deshecho en ácido tipo Walter White en Breaking Bad, jajaja !!! Gracias por compartir !!!

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  3. Oklahoma's Monster9 de agosto de 2024, 12:40

    Viendo las caras que ponéis es el paraíso de los pedorros!!!
    Respecto a las botas está claro, los restos de una abducción...

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