Volvamos al inicio del día. Nos hemos levantado en Sydney a las 6:15 de la mañana, desayunado sobras (ah, la glamurosa vida del viajante) y cogido un Uber por solo 41 dólares australiano, esto es, algo así como 60 dólares menos que un taxi oficial. El aeropuerto de Sydney es la caña, todo lleno de tiendas de lujo con un estilazo impresionante. De lo mejor que he visto el lujo de aeropuerto. El WHSmith, famosa tienda de snacks, revistas, libros y mierdas varias, es el más grande que hemos visto pero por mucho.
La experiencia con Air New Zealand no empezó bien por la pachorra del tipo que tenía que hacernos el check-in. Belén ha comprado una bolsa entera de Chupa-Chupa para seguir repartiendo tarjetitas llenas de amor. En este caso, a la tripulación de vuelo de Air New Zealand les ha encantado y nos han regalado dos vasitos de champagne y una bolsa de caramelos.
- Hombre, Aventura Global: ¡pasen, pasen!
+ ¿Eh? ¿Sabéis quienes somos?
- Sí, joder, lo que nos hemos podido reir con vosotros. Aquello del chocho y la enana, ¡qué bueno!
+ ¿Qué chocho, qué enana?
- Recuerdos a Lee E. Fittipaldi, ¡el puto amo!
Bromas aparte, sí que es verdad que prácticamente han adoptado a Belén y nos han llamado blogueros. En el momento en el que vean las barbaridades que soltamos por aquí seguramente cambien de opinión y nos busquen para cosernos a gorrazos. Por lo demás, buena comida a bordo, excelente trato, gran selección musical y de películas y claro, un vídeo de seguridad a bordo totalmente top. Realmente Air New Zealand es una de las mejores compañías del mundo.
También hemos ido al casino. Hemos puesto 50 dólares neozelandeses (25 EUR) al rojo en una ruleta. Ha salido negro. Nuestra visita al casino ha sido resuelta en apenas un par de minutos. Somos la antítesis de Ocean's Eleven, vaya. Qué manera de cagarla. También hemos hecho un Reto de Bebidas porque hay un colmado chino al otro lado de la calle nada más salir del hotel. El sitio promete, tienen mierdas por un tubo. Voy a pringar.
Mañana vamos a un par de excursiones preparadas por Belén fuera de la ciudad. Auckland es un mal necesario, el punto de entrada más fácil y económico a Nueva Zelanda pero sin mucho que ver, la verdad. Es salir media hora en coche de la ciudad y ya hay naturaleza a tope.
Ah, hemos quedado con un invitado sorpresa que vive aquí en Auckland. Mañana desvelaremos su identidad.
¡¡¡Por fin estamos en Nueva Zelanda!!! Ha costado, joder, pero aquí estamos.
PS: Hemos comprado una tarjeta de teléfono cada uno. Tenemos números neozelandeses, cágate lorito. Tenemos 10 Gb de datos por 21 EUR cada uno, que es más o menos lo que necesitamos. Es importante estar conectado en estos países, especialmente con carreteras en las que no habrá ni Dios. Eso y el postureo, claro.
PSS: Hay dos horas más en Auckland, 10 por encima del horario español. Ahora mismo son las 19:55 hora de Sydney y estamos reventados por completo. Deberíamos estar más enteros pero todo el cansancio y las ganas de estar aquí se nos han venido encima. Buenas noches.
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