El día empezó con buen pie desayunando en el Axil, la cafetería premiada de ayer. Creo que los locales lo llaman Sobac en vez de Axil, pero no me hagáis mucho caso. Llegamos a las 08:30 al punto de inicio de la excursión. No empezamos con buen pie pero el guía John nos ganó durante el día... para perdernos en el último momento, pero ya llegaremos a eso. La primera parada fue el Puffing Billy, un tren antiguo de vapor que hace una hora de recorrido a una velocidad nunca superior a los 20 kilómetros por hora.
Es nuestra segunda visita a Belgrave para subir a este tren, el único en el mundo en el que legalmente puedas sacar los brazos y las piernas por la ventanilla, cosa que he intentano y me ha dado un pinzamiento en la espalda a los dos minutos. Por supuesto, si te vas a la India o a Bangladesh cada tren será así, pero no es legal.
Belén estaba en su salsa, saludando a los conductores y a todo el mundo una vez iniciada la marcha. Hay que decir que te cruzas con mucha gente durante el trayecto y todo el mundo saluda con una sonrisa de oreja a oreja. Creo que en España la gente haría lo mismo... los primeros días. A las tres semanas empezarían a caer cortes de manga, gestos obscenos y cientos de insultos a los turistas. Por cierto, el mercado asiático aquí lo mueve todo. El 90% de turistas en esta época son asiáticos. El Puffing Billy fue una pasada, ir por esos bosques a baja velocidad solo disfrutando del paisaje, sin más.
De ahí nos fuimos a Phillip Island, lugar famoso por dos cosas: su circuito de carreras y un desfile de pingüinos que hay al atardecer en una playa concreta. Había que hacer tiempo hasta entonces así que lo primero ha sido un break de hora y media para almorzar. Hemos aprovechado para ir cerca del mar y trolear a las gaviotas, era innecesaria una parada tan larga pero si queríamos llegar a los pingüinos había que estirar el chicle. Hemos hecho dos paradas más, una en un sitio llamado The Nobbies y otra no programada en un lugar al que voy a llamar Pyramid Rock.
Os juro que había hecho una foto para acordarme de cómo mierda se llama el sitio pero la he perdido. Nada, estoy en lo cierto, era un whatsapp lo que me mandé. Unos segundos para vosotros, cinco minutos maldiciendo en arameo para mí. En Pyramid Rock el guía me pidió que me acercase rápido a un sitio. Teóricamente hay avistamiento de ballenas y delfines, pero lo que me quería enseñar es una serpiente venenosa autóctona de la zona. Ah, qué bien, pues si no fuese porque tiene usted que conducir... se la podría introducir vía rectal porque ODIO LAS SERPIENTES, HOSTIA, Y ESA ES VENENOSA. The Nobbies es una pasada, un paisaje único al lado del mar de muy fácil acceso por una especie de paseo que han hecho alrededor.
Sobraba tiempo, así que salimos a ver wallabies, o sea, canguros pequeños. Hemos visto dos canguros saltando de un lado de la carretera al otro, no se me ocurre nada más australiano que poder ver salvo un partido de la AFL (mañana, Melbourne vs Collingwood). Cuando llegó el momento por fin fuimos al sitio ese de los pingüinos. Es una gradería mirando al mar para ver cómo llegan, y un largo tramo de estructuras de madera donde los pingüinos pasan a un lado de la valla camino a sus refugios en el bosque. Nos pidieron que nadie hiciera fotos y en el momento que llegaron a la playa así fue, pero cuando todos salieron de estampida hacia las estructuras ya dio igual. Mirad qué pedazo de fotos hemos hecho.
Es mentira, estas las proporciona gratis la organización en su página web. Habéis picado, gilipollas. Estas sí son las fotos y los vídeos que hemos hecho hoy. Los pingüinos son muy graciosos, andan de aquella manera muy cómica, pero creo que hemos pillado a un par de ellos follando aquí y allá, sin fotos obscenas. Que sí, que mucha gracia, pero en la naturaleza el que no corre vuela...
La vuelta a casa ha sido insufrible, con el guía John y una chica de Brighton hablando a gritos en la primera fila y no dejando descansar al resto. No tengo ningún problema si hablan de lo que quieran hablar, pero no a gritos y en un sitio tan pequeño como una minivan. Mañana es nuestro último día de aventura, aunque los regresos suelen dar bastante juego (el récord de visitas de Aventura Global fue en un regreso a Barcelona, 2000 visualizaciones, eran otros tiempos). Daremos una gran vuelta por Melbourne e iremos al partido para rematar un viaje alucinante.
Va a ser difícil que hagamos otro viaje con tantas excursiones y tan buenas... pero los récords están para superarlos, ¿no?
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