jueves, 11 de agosto de 2022

Día 12: Elefantes y constantinos


Hola desde Chiang Mai. Hoy nos tomamos la noche libre porque estamos tocados. La noche anterior fue de cuchillos largos. Mi problema estomacal es ahora compartido por Belén, y los dos decidimos no tomar Fortasec hasta después del desayuno, para asegurarnos que podíamos aguantar todo el día en el Santuario de Elefantes. Por cierto, una vez más, dar las gracias a quien haya inventado el Fortasec por la ayuda que nos ha dado a todos durante estos años. Qué llevará esa pequeña pastilla que corta algo tan violento, desagradable y agresivo como la Diarrea del Viajero. ¿Qué pasará si te tomas una caja entera, te despides de cagar toda la vida?

El caso es que hemos estado yendo y viniendo al retrete durante toda la noche. En un momento dado, he dicho algo así como "el pobre retrete tenía una voz angelical cuando llegamos a la habitación y ahora debe tener la voz de Constantino Romero, después de la mierda que ha tragado". El ataque de risa fue bastante bestia, todo esto a las seis de la mañana.cada vez que alguien volvía del cuarto del baño, con el otro hablando como Constantino Romero desde la cama. "Qué, Belén, ¿estás durmiendo bien? Vale, es una pregunta retórica, jajajajaj" y cosas así. Estamos pensando adoptar el término para siempre, porque somos muy fans del difunto Señor Romero. "Me voy al Constantino" es una buena metáfora para "me voy a cagar".










Nos recogieron a las 09:30 para pasar el día en un Santuario de Elefantes. No era grande, solo cinco elefantes hembra, pero la excursión acabó siendo exclusiva por falta de quórum, así que todos los elefantes estaban a nuestra disposición. Además, mientras nos estábamos cambiando, había un señor recogiendo excrementos gigantes que llamó mi atención.

- Qué pasa, calvichi, qué marcha me llevas. Ya no dices ni hola, cabrón.

+ ¡¡¡COOOOOOOOOOOOOOOOÑO!!! ¡Si es Lee E. Fittipaldi! Hostia, la última vez que te vimos fue en Taiwan. ¿Cómo estás, hijoputa?

- Naaah, estuve aquí y allá. Ahora estoy con esta gente recogiendo, erm, sobras.

+ Mierda, vaya. Te daría un abrazo pero tienes una pinta lamentable.

- Es igual, ya nos veremos por ahí. Eso sí, dado que soy producto de tu imaginación, la próxima vez imagíname con un trabajo más digno, pedazo de cabrón. Recogiendo mierda, hay que ser mala persona. Hazme millonario, llena mi casa de tías, ponme otra vez en el taxi... pero no me metas aquí apartando mierda a 35 grados al sol.











Lee E. Fittipaldi tiene razón en el fondo. Respecto al santuario, primero dimos de comer a los elefantes. Nos enseñaron una serie de palabras para interactuar con ellos pero cuando tienes tres bichos de estos peleándose por la fruta que le vas a dar, no te acuerdas de casi ninguna, la verdad. Los elefantes comen 300 Kgs de fruta y pasto al día, y siempre tienen hambre, pero son bastante dóciles. Luego dimos un paseo con ellos para familiarizarnos un poco y fuimos a comer. Nos pusieron Pad Thai y Belén prefirió comer solo fruta para sorpresa de Arm, nuestro guía.

- Señora, ¿qué le pasa?

+ Una noche larga, Arm. Problemas estomacales.

- Aaaaah, ya veo. Toda la noche visitando al Constantino, ¿eh?

+ ¡?!?!?!?!?









Por la tarde fuimos a buscar comida para ellos fuera del recinto, con un calor de mil demonios. Volvimos a darles de comer y llegó el tramo final de la visita: darles un baño de barro, frotando fuerte, y luego lavarlos. El charco donde estaban los elefantes era de agua marrón oscuro y encima los dos elefantes que estaban dentro se pusieron a cagar por todas partes, así que tomamos la respetuosa, higiénica y recomendable decisión de no entrar en semejante ciénaga. Que son muy bonitos, pero que los bañen ellos, Fittipaldi, el otro, el de la moto, quien sea. Hay que ir a ver elefantes si venís a Chiang Mai pero con estas condiciones meteorológicas, recomendamos la excursión de medio día. La del día entero se nos hizo un poco larga y de hecho, volvimos antes.

No hay mucho más: otra colada, hemos utilizado Grab para pedir comida a domicilio y vamos a intentar recuperar, aunque ya hemos dormido una siesta de tres horas. Mañana seguiremos en Chiang Mai e intentaremos ver los templos que nos faltan. Es el cumpleaños de la Reina Madre y llevan preparando esta efeméride durante una semana, así que esperamos sorpresas. ¡Hasta mañana!

1 comentario:

  1. Qué pinta más chula ha tenido esa excursión con las elefantas. Me alegro mogollón (Oscar)

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