viernes, 2 de agosto de 2019

Día 1: Largo tránsito y lluvia torrencial en Hvar



Hola a todos desde Hvar, una de las mas de 1,000 islas que tiene Croacia en el Adriático. Ya estuvimos aquí hace dos años, pero hemos vuelto, esta vez solos, para estar un par de semanas apartados del mundanal ruido. Bueno, el día de hoy ha sido bastante ruidoso y ha acabado con una tormenta histórica, pero de eso ya hablaremos más tarde.

Empecemos por el principio: toque de queda a las 03:50 y la primera en la frente: no funcionaba el ascensor. Justo el día que tenemos que bajar dos maletas de 25 kilos cada una, se escacharra el puto ascensor de los cojones. Nosotros, que vivimos en un principal, que no cogemos el ascensor nada más que para subir la compra. Una puta vez que cogemos el ascensor de bajada. Una. Puta. Vez. Encima se juntó el hambre con las ganas de comer, porque el taxista, programado a las 04:15, apareció en nuestro portal a las 04:05. Así estábamos los dos, bajando las maletas a la puta carrera sin ascensor, qué huevos.

Total, que llegamos al aeropuerto, facturamos las maletas, pasamos el control de acceso y oh sorpresa, no pitó la máquina.

- Oiga, que esto está mal, hostia - le dije al de seguridad.

+ Perdón, ¿qué le pasa? Que es muy temprano para tocar los cojones.

- Qué mierda es esto de que no pite la puta máquina. Llevaba 15 veces seguidas con el rollo del control aleatorio. Aleatorio las pelotas, EXIJO mi trato vejatorio de todos días.

+ Oiga, lárguese de aquí.

- CACHÉAME, COÑO, QUE LO ESTÁS DESEANDO.

Nos dirigimos a la puerta D porque Croacia no está en el espacio Schengen, no al menos de momento. Cuando llegas al acceso de las puertas D y E en el aeropuerto de Barcelona, hay que pasar un control de pasaportes que es distinto si eres español, europeo o de cualquier otro sitio. Llegué al seguridad y le dije a toda prisa.

- Hola, buenos días, es muy temprano para tocar los cojones, me lo ha dicho el guardia de antes. Vamos a la puerta D porque Croacia no es Schengen, vamos a Split, donde Toni Kukoc ganó tres euroligas con sus huevos. Somos europeos, concretamente españoles, y me identifico con mi DNI. Ole que ole.

+ Perdone... ¿me permite su tarjeta de embarque?

- Pero si ya se lo he dicho todo, joder. SI ME PREGUNTAS A DÓNDE VOY, Y SI TÚ QUIERES SABER QUIÉN SOY, PIENSA QUE ES FÁCIL DE ADIVINAR.

+ ¡Pero qué cojones?

- Interrumpiendo QUE YO SOY YO. OH-OH, OOOOOOOH! OH-OH, OOOOOOOH!

El siguiente numerito fue en la puerta de embarque. Habíamos comprado el vuelo los primeros, hace casi un año, y sacamos la Tarifa Optima, sin tilde. Pues bien, nos dieron el grupo de embarque 3, que no garantiza que tu maleta de mano pase al avión y vaya directa a la bodega. Ya me diréis cómo de óptima es la traifa sin pasan 120 tíos delante tuyo. En fin. Belén tuvo un buen gesto con un chico árabe que iba con una persona ciega. Los dos estaban más perdidos que un hijoputa buscando la partida de nacimiento, pero Belén les indicó que su vuelo estaba en la zona E y elos estaban en la zona D. Habían preguntado antes a las azafatas de Vueling, que habían pasado de su culo. Vueling es como un cuñao en navidad: sus dos grandes especialidades son llegar tarde y dar por culo.






Afortunadamente, esta vez fue solo lo segundo - el vuelo iba a tardar 125 minutos pero nos plantamos allí en 85, tempranísimo. Íbamos a coger un taxi pero nos pedían 400 kunas (unos 50 EUR) por llevarnos al puerto. Justo se iba un autobus de línea que hacía el mismo trayecto. ¡Cooooorre, Beléeeeeeeeeeeeeeeen! Nos subimos los últimos, por 60 Kunas (unos 8 EUR) los dos. Cuando no llevas prisa, hay que explorar tus opciones.









Tras un desayuno guarripuerco cerca del puerto y tras equivocarnos de muelle un par de veces - tuvimos que ir a la otra punta del puerto - conseguimos llegar al ferry, superlujoso, espacioso y maravilloso. Lo mejor del día en cuanto a comodidad y eficacia. No es que no me mareara, es que hasta me dormí en el ferry. Nunca pensé que algo así fuese a pasar. Una vez en Hvar, pusimos pie en tierra y a los dos minutos se puso a llover con bastante intensidad. Teníamos que buscar a un taxista llamado Kuzma, pero ese cabrón no aparecía por ninguna parte. Los tres minutos que llovió fuerte estuvimos buscando a ese mierdecilla, que encima nos dejó a los pies de una escalera de unos 130 escalones que llevaba a nuestro apartamento. Nos podría haber dejado arriba y bajar 8 escalones en vez de subir 130 con las maletas, pero cuando eres un cabrón, esto es lo que haces.







Nuestra anfitriona se llama Poma, como manzana en catalán. Es bastante eficiente y está claro que controla de este negocio - rápidamente nos ofreció excursiones y el número de un taxista de confianza. El apartamento está bien, nada del otro mundo pero con unas vistas espectaculares. El wi-fi va a pedales y eso limita mucho lo de incluir vídeos de aquí en adelante. Tras hacer una compra multitudinaria en nuestro supermercado favorito de por aquí, el Konzum, hicimos tiempo entre piscina, siesta y demás para cenar.









Hemos cenado en un lugar llamado Ko Doma. 52 EUR precio cerrado, con una botella de vino tinto, una tabla de entrantes, otra de sopa y pescado, otra de carne y más pescado y otra de postres. Nos han pasado un poco de todo en el restaurante. Primero, me he encontrado con un amigo de la infancia, Tito Bores, al que no veía hacia mil años, y va y me lo encuentro en Hvar, qué huevos. Estudiamos juntos de pequeño. Segundo, había una despedida de soltera en el restaurante. 








Tercero y más importante, a la hora de los postres comenzó a diluviar a lo bestia, hablo de una tormenta de verano como pocas veces hemos visto en nuestra vida. Intentamos salir - la parada de taxis estaba a 3 minutos andando - pero en 10 segundos nos cayó la del pulpo y volvimos. El techo del restaurante era abierto pero pusieron un trapo rollo la vela de un barco para proteger. Claro, se llenó de agua y el dueño tuvo que achicar subido a una mesa. Se puso perdido, con las chicas de la despedida jaleándole. Al final se quitó la camisa y hasta abrió una botella de espumoso con el cachondeo. Hicimos un vídeo que más o menos ilustra el caos.

Por fin salimos del restaurante y el camino, lleno de charcos enormes, fue una odisea. Belén, que es una mujer sabia, se quitó los zapatos y fue andando como pudo, a riesgo e pisar algo chungo o de resbalarse, pero fue con paso firme. Yo no me los quité y acabé con los zapatos empapados. Son los únicos zapatos que he traído para todo el viaje y estoy cagado con las consecuencias. 

Mañana empezaremos a ir a la playa, si el tiempo lo permite, que parece que sí: no sé si habrá blog cada día pero se intentará. De momento, nos vamos a la cama, que nos lo hemos ganado.... Recuerden que estamos en Twitter e Instagram como @aventura_global. Y que podéis comentar lo que queráis debajo de estas líneas. De hecho, os animamos a hacerlo. ¡Mañana más!

PS: Mañana añadiremos más fotos, prometido. 

3 comentarios:

  1. Sospecho que las nuevas generaciones (si las hubiere) se habrán quedado un poco traspuestas con ese "SI ME PREGUNTAS A DÓNDE VOY, Y SI TÚ QUIERES SABER QUIÉN SOY, PIENSA QUE ES FÁCIL DE ADIVINAR. QUE YO SOY YO. OH-OH, OOOOOOOH! OH-OH, OOOOOOOH!" Otros en cambio nos hemos reconocido de inmediato, es lo que tiene llevar ya unas pocas décadas a cuestas...

    Disfrutadlo por nosotros, un año más. Y gracias por contárnoslo...

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    1. Gracias a ti por seguirnos, Zaid. Lo de Los Brincos, es lo primero que me vino a la cabeza. No se puede estar ahí tan temprano y tocando tanto los cojones... :)

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  2. Jajajaja me habéis dejado con las ganas de ver si el helado tenía purpurina o no!! Que malvados!!
    No lo voy a poder soportar y voy a tener q ir personalmente.

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