jueves, 15 de agosto de 2019

Día 14: Gracias, Hvar y hasta la próxima


Hola a todos. Es nuestra última noche en Hvar, tenemos las maletas medio hechas a la espera de completarlas mañana: a las 11:30 cogemos un ferry a Split y de ahí nos iremos a Zadar un par de días. Estamos agotando poco a poco las existencias de alcohol que tenemos: nos queda una cerveza, después nos pasaremos a un vino excelente que hemos comprado y que lo guardamos para hoy, y tenemos una botella de ginebra sin acabar. No hay muchas ganas de irnos, aunque la verdad, ya hemos hecho todo lo que teníamos que hacer en esta isla. Casi que lo único que seguro que no voy a echar de menos son a los putos mosquitos. La han tomado conmigo, esos cabrones del demonio, me están acribillando, y eso que me pongo Aután, Relec y estoy a punto de quemarme las piernas con gasolina. Pero aún así seguirán picándome.

Teníamos grandes planes para el día de hoy: levantarnos temprano para ir a Dubovica, comer allí, luego ir a Playa Secreta y más tarde ver la puesta de sol en la fortaleza de Hvar. Al final solo hemos hecho la primera parte del plan: había que recoger una colada, tirar basuras y hacer mil cosas. Vale, también hemos visto cuatro episodios seguidos de la séptima temporada de Futurama, pero eso es casi cada día, hostia. No hay mal que por bien no venga porque al ir a echar gasolina en la única gasolinera de Hvar hemos podido asistir a un atardecer espectacular, el mejor desde que estamos aquí, y hemos hecho muy buenas fotos. 





Conducir por Hvar es realmente estresante - no hay medio minuto de paz sin que aparezca una bici, un coche por el carril contrario, un peatón que va por donde le sale de los cojones, un carromato que aparece de repente... Belén tiene un 10 en conducción temeraria en Hvar, desde luego. Si nos diesen una kuna por cada infracción que se comete en Hvar, en las dos semanas que llevamos aquí tendríamos dinero para comprar la Mona Lisa. Pidan lo que pidan.










Lo dicho, hemos ido temprano a Dubovica, habíamos bajado la cuesta antes de las 10. El tipo del chiringuito se sorprendió mucho porque dice que lo que antes era habitual, o sea, que los turistas viniesen dos semanas o más, ahora era casi excepcional. Le hemos dicho que nosotros no somos turistas al uso, que nos gusta disfrutar de los sitios con tranquilidad, conocer gente, probar cosas y vivir bien, en definitiva. Hemos estado en el otro lado, haciendo tours de force por Asia de ver 10 ciudades en 30 días, y la verdad, los dos tipos de viaje tienen su encanto siempre que mantengas los ojos abiertos, tengas curiosidad por aprender cosas nuevas y ofrezcas una actitud positiva. Sin estas tres cosas vas a veranear como la mierda aquí, en Asia, en un hotel de cinco estrellas en la mejor isla del pacífico o en el Coño de la Bernarda.






Total, que al tipo del chiringuito le hemos caído bien y nos ha guardado calamares de los pequeñitos, que son una delicia. Hemos comido un plato con calamares y gambas fritas, una ensalada, dos cafés y dos chupitos por unas 240 kunas, poco más de 30 EUR. Precio local, claramente. Tiene cojones que donde mejor hemos comido sea en el sitio que nos ha costado más barato. No hay McDonald's, ni Burger King, ni mierdas así en Hvar, pero todo llegará. Hablando de chupitos, hoy hemos recuperado nuestra vieja sección del Reto de Bebidas. No estamos en Asia, pero da igual. Aquí está el primero, con un licor llamado Mirto, como la marca de camisas. 




Este es el segundo Reto de Bebidas, a la salida del supermercado Tommy. Es una bebida local que dudamos que tenga éxito más allá de los balcanes. Porque está malísimo, vaya. Té de muchas hierbas con gas, qué idea tan genial.




Hoy había más gente que de costumbre, pero ha habido un detalle que me ha gustado, y que indica que realmente estamos relajados y de vacaciones. A medio metro de nosotros se ha puesto un tipo a tocar el ukelele, una canción local coreada por sus amigos. En circunstancias normales, tras mdio minuto le habríamos sugerido al tipo que dejase de tocarnos los cojones y al minuto y medio procederíamos a introducirle el ukelele vía rectal mientras cantamos el antiguo himno de la Unión Soviética, pero no esta vez. El tipo tocaba bien, y nos gustó escucharlo. También hay que decir que yo salí disparado al agua, donde paso el 90% de mi tiempo en la playa.




En fin, mañana estaremos en Zadar. Si os gusta el baloncesto, permaneced atentos a este blog y veréis alguna que otra cara que os puede sonar. Y si no, trataremos de que sea igualmente entretenido. ¡Nos vemos allí!




PD: A quienes tengáis la suerte de recibir las famosas postales de Belén, ya están en camino. O casi. A ver, falta el pequeño detalle de echarlas al buzón, que igual es importante, pero pensamos que llegarán antes si las echamos en la Croacia continental.

PD2: ¿Qué os ha parecido Hvar? ¿Qué os ha gustado más? ¡No olvidéis dejar un comentario aquí abajo!

2 comentarios:

  1. Ahjajajajajajaahhhhjajajaja cómo me he reido con los dos retos de bebidas,ayyyy lo siento por Javi pero cómo me habéis hecho reir que tanta falta nos hace a todos!!!!.
    Brutal el del chiringuito de Dubovica.
    Echaré de menos el chiri.al tio millonetis loqui de la única casa en la playa,sus calamarcitos riquísimos y gambas,el Tommy,el Konzum!!!( jajaja aquí en mi barrio tenemos a su hermanito gemelo el " consum")jajajaja.
    Me olvidé comentaros que el black pepper me.pareció lo más,que menos mal que pudistéis conseguir mesa y esa noche Belén estaba especialmente guapa.Gracias Javi por tratármela y cuidármela.tan bien....y tú no te puedes quejar ea!.
    Los atardeceres...bufff que locura de bonitos.Me quedo con vuestro permiso..un poquito de ellos.
    Pedazo vacaciones amigos y muchas gracias por compartir!!!.
    ������������

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  2. Te queremos tanto Cate!!! Gracias a ti por viajar con nosotros!!!

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