martes, 20 de agosto de 2019

Día 19: La cuna del golf y mucho más



Hola a todos desde Aberdeen, Escocia, donde hemos llegado esta tarde. Hemos dado un paseo por la ciudad y sí, hay monumentos interesantes, hemos podido entrar en la Catedral y no está mal, es una buena parada de un día si haces una ruta por Escocia. No es una ciudad superespecial, no vas a ver nada que se te caigan los huevos al suelo, pero no está mal. Hemos cenado en un italiano bastante bueno, con personal italiano. El problema es que los vecinos de mesa, italianos también, han recibido un trato de favor brutal con respecto a nosotros, que nos han tratado con la puta punta del pie. Me han dado ganas de empezar a hablar italiano y como podéis imaginar, lo que más sé son insultos de todo tipo. En fin, buena comida pero pésimo servicio. Hasta nunqui.








Empezamos el día con muchos problemas logísticas. Primero, Belén no está al 100% debido a una herida donde la espalda pierde su santo nombre. En el culo, vaya. Estas cosas pasan, y afortunado es el que no le haya pasado: recuerdo que me pasó a mí hace tres años y me quería MORIR. Belén es una titana, una ídola, una jefaza por conducir tantos kilómetros con tanta precisión en una situación personal tan incómoda. Eso solo lo hacen los cracks. Segundo, no había agua caliente en la habitación esta mañana. Resulta que están haciendo una obra al lado del lado del hotel y de algún modo ha afectado al agua caliente. Como el hotel (The Lane) tenía dos edificios, nos hemos ido al otro a ducharnos. Un poco raro, pero al menos el personal de hotel ha tenido reflejos y solucionado el problema, aunque sea de forma un tanto chapucera.








Tras un buen rato en la carretera, nuestra primera parada ha sido en un extraño sitio llamado Cupar. El pueblo no tenía nada de nada, el típico pueblo salido del culo de la civilización en la que la gente vive no se sabe muy bien por qué. Pero coño, al final nos hemos dejado una pasta en el puto Cupar. Belén y yo hemos tenido una escena muy cómica en la farmacia, en la que la farmacéutica se ha imaginado lo peor al decirle "no, no son hemorroides, es una herida". Encima el nombre de la crema que le ha dado, Anusol, no ayudaba PRECISAMENTE. Hemos comprado revistas, tomado una taza de té malísima que no sacaría puntos ni en un concurso que agua sucia. Hostia, pero esta gente se suponía que sabe de té, ¿cómo es posible que estuviese tan jodidamente malo? Al final hasta yo me he comprado una chaqueta en un outlet que había al lado de donde aparcamos el coche. De locos.













Llegamos at St Andrews sobre las 12:30 para ver un poco la ciudad antes de dirigirnos al campo de golf, el famoso Old Course. La catedral y el castillo están en ruinas, pero igualmente es interesante visitarlos. Comimos un riquísimo bagel de salmón cada uno antes de ir al campo de golf. Por supuesto, nos perdimos dos veces por culpa del puto Google Maps, que sabe de golf lo mismo que yo sé de política uzbekistana. Al final llegamos a un hotel cerca del campo de golf y un señor muy amable, recepcionista, nos indicó dónde ir con una perfección absoluta, paso por paso. Acojonante. Llegamos al club a las 13:58 y teníamos que andar 7-8 minutos al lugar donde empezaba el tour, vaya, que no llegábamos. Un tipo cogió un carrito de golf (buggy, los llaman) y nos llevó allí en un santiamén. Le dimos propina y todo.









Una vez allí, el tour iba un poco lento y Belén se retiró pronto porque no estaba en la mejor condición física. Para los que nos gusta el golf, fue muy interesante. Primero, contrariamente a lo que podría parecer, St Andrews es un campo de golf público y cualquiera puede jugr - el fee en verano para el Old Course, el más famoso de los seis campos de golf en ese área, ronda las 190 libras. Hay una lista de espera que flipas, pero puedes llegar a jugar. Segundo, los domingos no hay golf salvo que haya un campeonato grande tipo The Open. Se abre el parque a todo el mundo, pidiendo que no pisen los greens. En el tur vimos los hoyos 1, 17 y 18. El hoyo 1 es el mismo que es 18, más o menos, solo que uno se juega en dirección opuesta al otro. El 17 es uno de los hoyos de golf más cabrones que existen en el mundo, con un golpe de tee ciego al green, un bunker muy famoso donde salir es casi imposible y una carretera que si la bola cae allí, tienes que seguir jugando. Allí está un puentecillo del Siglo XIII, uno de los símbolos del golf mundial, donde no pude resistir hacerme una foto. Gran visita, recomendada.
















De allí nos fuimos al Castillo de Dunnottar, petición expresa de Belén - y quién soy yo para oponerme, por Dios. Como siempre, la recomendación de Belén fue estelar, un castillo en lo alto de risco al lado del mar, con unas vistas impresionantes. Parte de Los Inmortales se rodó allí, también Hamlet. Verlo casi al atardecer fue muy especial, la verdad. Como la Catedral y el Castillo de St Andrews, el castillo de Dunnotar está el ruinas, pero eso no quita que sea una atracción turística de primer nivel. Hemos hecho unas fotos impresionantes. El sitio mola que te cagas.






Una vez en Aberdeen y antes de ser vilipendiados en el restaurante italiano, conseguimos llegar al hotel no sin suspense. Para llegar al parking del hotel (Siberia, 60 EUR la noche con desayuno, un chollo impresionante) había que dar una vuelta importante con una precisión de reloj suizo con una pistola en el pecho si fallas una decíma de segundo. Lo conseguimos, aparcamos de chiripa en el último sitio y entramos. Lo dicho, hemos dado una vuelta y Aberdeen mola, pero no tiene nada que hacer con St Andrews o, por supuesto, Edimburgo.

Mañana seguimos para Inverness antes de separar nuestros caminos - momentáneamente, claro - pasado mañana. Vamos a disfrutar, que esto es muy bonito y a saber cuándo volveremos...





PS: Conducir con estos paisajes es una pasada. Si no fuese por Belén y el coraje que tiene, no lo habríamos hecho nunca.

PS2: Podéis dejar comentarios sobre Escocia o lo que queráis (sin pasarse con temas chungos) debajo de estas líneas.

PS3: Me he quedado dormido dos veces escribiendo el blog... Ahora sí, me voy a dormir. 

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