lunes, 13 de agosto de 2018

Día 27: Hong Kong - acabando el viaje en todo lo alto



Hola a todos desde Hong Kong - nos vamos en 12 horas. No tengo mucho tiempo, solo una media hora, porque tenemos que hacer checkout del hotel a las 12:00 y aún no me he duchado. Hemos hecho las maletas y nos llevaos la mayoría de la ropa limpia gracias al eficiente trabajo de una lavandería que hay a la vuelta de la esquina. Belén hasta se ha hecho amigo del dueño, un hongkongés con un pluma importante pero que lava rápido y bien - bueno, él no, sus máquinas. Ayer hicimos un montón de cosas que intentaré resumir en tiempo récord. Cuando llegue a Barcelona cerraremos la temporada del blog con una última entrada hablando de las última 12 horas en Hong Kong y el siempre jugoso viaje de vuelta.



Ayer, para variar, salimos más temprano de nuestro hotel, el OZO Wesley Hong Kong, pero dirigirnos al punto más alto de la ciudad, The Peak. La mañana estaba despejada y era el momento adecuada para ver las vistas impresionantes de la ciudad... de las que no pudimos disfrutar en 2011 porque estaba nubladísimo. Fuimos directamente a The Peak Tram, que es la forma que recomiendan para subir ahí arriba. Había una hora y media de cola solo para comprar los tickets. Estuvimos tres minutos, nos miramos y ¿qué hicimos? Efectivamente. Coger un taxi.





Belén tardó 10 segundos en convencer a dos chicas alemanas que también esperaban a un taxi para ir a The Peak en compartirlo y subir juntos. El Peak Tram vale 64 HKD ida y vuelta (por persona) y el taxi costó 57 HKD, asi que a no ser que seas un lobo solitario que está lejos de su hogar, coger el tranvía ese no vale para nada, porque encima te tragas hora y pico de cola para subir. Es más, no sale en Google Maps - suponemos que es intencionado por parte de la ciudad - pero hay un autobús, el 15, que te lleva desde la terminal de Star Ferry a The Peak por 10 HKD, incluyendo paradas por toda la ciudad. No hay color - el autobús es la meor forma de subir, y aunque al final nos engañaron, encontramos la forma de minimizar gastos.











Una vez arriba hay dos centros comerciales: el Peak Galleria, con vistas a la Bahía y sin ver ni un solo rascacielos, y el otro, The Peak Tower, que es onde está la famosa vista con los rascacieos a tus pies. Subiendo a la cuarta planta hay un mirador un poco caro, pero nosotros fuimos a una cafetería en la segunda planta con una cristalera espectacular donde se veía todo igual de bien que arriba. Disfrutamos de las vistas un buen rato con un café que achicharraba como si fuese lava - coño, algo malo tenía que tener el sitio.

Bajamos en el autobús 15 hasta nuestro hotel, tiene cojones la cosa, maldito Google Maps. A unos 500 metros nos llamó la atención un resturante de Noodles y allí que nos fuimos a comer, magníficamente, por cierto, compartiendo mesa con un señor local muy amable, con una clase espectacular, este tipo de persona que te imaginas bebiendo whiskey con un pijama amarllo delante de una chimenea impresionante y con un mayordomo con la botella al lado. Seguramente no era el caso, porque claro, si no, no estaría comiendo en un garito de noodles de menú a siete euros.









Pasamos por el hotel y me dormí la última siesta del viaje, según Belén, algo apocalíptico, profundo y espectacular por mi parte. Habíamos quedado con Juan Pablo a las 20:45 en el puerto, así que teníamos tiempo para ir a un mercadillo, el de Temple Market. Sorprende mucho que el género que hay en Temple es bastante distinto que en el Ladies Market, como si cada uno tuviese su tipo de producto. Compramos los últimos regalos y en media hora larga ventilamos el asunto, volviendo al hotel para coger las cervezas, vino y patatas que habíamos comprado para el viaje.





No voy a mentir, fue emocionante ver a Juan Pablo en Hong Kong, hacía mucho tiempo que no lo veía. Jen, su mujer, no pudo venir porque tenía una contracción cervical nivel chungo, pero tuvo la gentileza de reservar el barco privado de su empresa para nosotros. Allí nos fuimos, los tres, dando un paseo en barco de dos horas por la bahía de Hong Kong y con tiempo para ponernos al día de todo un poco. Para nosotros fue una experiencia inolvidable. Después fuimos a casa de Juan Pablo y Jen a saludar. Sus dos hijos, Juanfran y Davina, han crecido mucho y están más guapos que nunca. No es nuestra política poner fotos de niños en el blog, pero Juanfran es con toda seguridad el niño más guapo que conocemos. Un auténtico crack, y Davina es puro amor, y está aprendiendo en inglés y chino. Van a ser unos fenómenos.














Ahora tengo pisa, así que dejaré las despedidas emotivas para el próximo blog, ya en Barcelona. Voy a montar todos los vídeos, fotos, a la ducha y a la puta calle, doce horas más en esta urbe impresionante. Gran final de viaje, todo hay que decirlo.



PS: Hubo Reto de Bebidas Asiáticas a última hora de la noche con resultado favorable para Belén...



PS": Esta vez la Toma Falsa es intencionada, pero no me pude resistir...

6 comentarios:

  1. ¿Un pijama amarillo? ¿WTF? ¿? ¿? ¿?
    Disfrutar el último sprint, y buen viaje de vuelta!!! ¡!

    ResponderEliminar
  2. Un pijama amarillo con un escudo de la Universidad de Yale. :)

    ResponderEliminar
  3. Pero qué final bonito ni qué leches??.Esto es BROCHE DE ORO ,de este último post me quedo con la cara de felicidad de todos los que salen en él.Me hubiera gustado conocer a los angelitos de Juanpa y Jen pero ya en otra ocasión.
    Brutal,no lloro pero casi.
    Os queremos amigos y ...no tengo palabras así que sólo hoy llego a deciros:Buen viaje de vuelta!.
    Muack!!!.
    #VIVALAVIDA Y VIVA EL AMOR#
    MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR.
    Cate

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cate, mi niña, muchísimas gracias por viajar con nosotros. Te quiero con locura!!!

      Eliminar
  4. Sólo para decir (lo pongo aquí porque es la última entrada, pero vale para todo el blog) que finalmente cumplí la promesa que hice a Javi en túiter, que en estos casi dos meses me he leído todo vuestro blog (que esta aventura en Asia la seguí al día, pero en las anteriores sólo había entrado muy esporádicamente), si habéis notado un ligero incremento de visitas puede que haya sido yo el culpable. Qué decir? Que me he reído un montón (aquel momento de la pasada de estación en NY-2013, aquel del ascensor en el aeropuerto de Kuala Lumpur 2016... y muchísimos más, claro), que he obtenido informaciones útiles (ejemplo: cuando vaya a NY ya no se me ocurrirá subir a la Estatua de la Libertad, ni de coña, que de tamaño vamos parecido) y hasta en momentos puntuales me he emocionado (esa despedida a Cuqui, cuando pocos minutos antes estaba leyendo sus comentarios del año anterior...) No os voy a colmar de elogios porque se deducen de todo lo que escrito y porque ya os los sabéis de sobra, así que sólo diré GRACIAS, muchas gracias por permitirnos viajar con vosotros. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti, Zaid!!!! Uno de nuestros objetivos este año es volver a leerlo todo. Esperamos seguir dando espectáculo por el mundo. En 2020 tenemos planes de oscura gloria... Gracias otra vez!

      Eliminar