domingo, 5 de agosto de 2018

Día 19: el Dolce Far Niente en Filipinas



Hola a todos desde Filipinas. En teoría no habrá blog del Día 19 porque hoy no hemos hecho absolutamente nada que merezca una mención, pero no haciendo nada de nada hemos pasado uno de los mejores días del viaje, así que voy a empezar a escribir de forma un poco caótica y si lo que sale da para una entrada de blog decente, lo publico y a tomar por culo - que es lo que ha pasado al final, heh. La idea era desayunar, rehacer las maletas, ir a hacernos un masaje y luego a ver una puesta de sol en una playa concreta. Sí, rehacer la maleta, porque teníamos ropa por toda la habitación, como si hubiesen estallado las putas maletas. Daba un poco de vergüenza, aunque nos hemos visto a veces en situaciones peores. Generalmente, cuanto más grande es una habitación y cuantos más días nos quedemos en un sitio, más fácil es que pase esto.






En fin, hoy hemos contestado el aluvión de preguntas que tuvimos en Twitter. Cientos de preguntas. Bueno, decenas. Vale, UNA PREGUNTA, pero muy bien contestada. En otro orden de cosas, hemos tenido que rectificar la Aventura un poco. Vamos a ir a los mismos sitios, pero de forma distinta. El día 10 teníamos un ferry de Siquijor a Dumaguete y de ahí un vuelo a Cebu, pero hemos decidido que Dumaguete tiene una rima de mierda y no vamos a ir. Ya en serio, solo nos dejan meter 20 kilos de equipaje y eso es imposible actualmente con el volumen de cosas que tenemos. Nos iban a clavar a la pared y encima íbamos a estar seis horas en Dumaguete con cuatro maletas no haciendo absolutamente nada, así que vamos a coger dos ferries, uno de Larena a Tagbilaran y otro de ahí a Cebu. Creo que las entradas de blog de nuestro caótico paso por las estaciones de ferry no han tenido mucho eco, así que vamos a pasar otra vez por allí, qué cojones, a ver si esta vez os coscáis. Ya en serio, es la única manera que tenemos de hacerlo.










Después hemos cogido el triciclo hasta Alona Beach con la muy respetable intención de hacernos un masaje. El Malinawon tiene dos problemas principales. Uno, que la cama es muy dura, lo cual hace que nos duela un poco la espalda y dos, que el tipo que puso la ducha es un sádico y puso lo de caliente y frío al revés. Mi primera ducha fue inolvidable. Primer contacto con el agua, muy caliente: "AAAH". Giro a más fría, el agua se calienta, "AAAAAAAAAAH". Tercer intento, giro a frío a tope y sale a 100 grados, "WAAARRRGHHH, PERO QUÉ COOOOÑOOOO!!!!".

Llegamos a un salón de masajes que Belén había mirado por Internet.

- Hola, bella señorita filipina, queríamos hacernos un masaje y nos lo queremos hacer ya, ¿te queda clarinete?

+ Bienvenidos, guiris de mierda. Pues no tenemos disponibilidad en todo el día, señora. Haber llamado antes.

- ¿Ni siquiera 10 minutos en todo el día?

+ No, qué va. Completamente llenos, pero pueden ir aquí al lado, que es un sitio más grande.

Fuimos para allá pero era la misma historia...

- Estamos completamente a tope. Zero. Kaputt. Haber llamado antes, so pardillos.

+ Mire, es que no me creo que no nos puedan hacer un hueco cuando hay cuatro personas en este hall tocándose los cojones.

- Ah, se siente. Completamente llenos.

+ Pues que sepa usted que es usted una enana estirada con cara de mierda.

- Puedo estar de acuerdo en casi todo, pero técnicamente la estirada es usted, que viene a que le relajemos con un masaje. Así que váyase de mi spa antes de que saque a dos chuchos hambrientos que tengo para gente como ustedes, pendejos.

Pues nada, sin masaje. Fuimos a comer a un sitio de barbacoa local. Éramos pocos, pero estaba una pareja de lo más habitual por estas tierras. Él era europeo, calvo, gordo, mayor, feo y malhumorado, o sea, el tipico novio al que aspira cualquier chica decente en esta vida, y ella era una chica local, más joven, significativamente más guapa y con una cara de culo hasta el suelo. Desgraciadamente el turismo sexual aún existe - sin ir más lejos, el vecino de al lado es belga, ella es filipina y claramente están en medio de una transacción económico-sexual, no lo puedo poner de forma más clara sin decir una barbaridad. No es algo que aprobemos y es jodido de ver, la verdad, más que nada porque ellos, los que contratan, son auténticos ácratas sociales, la mierda, la hez, lo más podrido de la sociedad occidental. 

Total, que este auténtico hombre 10, este brazo de mar se fue del restaurante tirando el dinero en la mesa de malas maneras, mosqueado y arrastrando a la chica local. La cara del personal del restaurante era un poema. Para calmar un poco los ánimos, hemos dejado propina y les hemos dado las gracias por una exquisita comida. La verdad, mi curry de pollo estaba perfecto.

Aprovecho la situación para cagarme en todos los turistas que trata a los camareros locales como mierda. Iros todos a la mierda, por hijos de puta. A un país uno va a integrarse, a aprender cosas, a culturizarse un poco y a adquirir buenas cosas de la gente con la que te cruzas, no a hacer el gilipollas y que los locales piensen que todos somos así.




Por cierto, Belén encontró una bebida para el Reto de Bebidas Asiáticas, pero es más interesante lo que pasó justo después. Vean el vídeo.






Hemos dado una vuelta por Alona Beach, que se parece a cualquier playa muy turística de la Península, y acabamos a unos siete metros del agua tomando algo. Hemos vuelto y ya no hemos salido del hotel. Teníamos la piscina prácticamente para nosotros y aunque cubre menos que una manta de medio metro cuadrado, al menos se puede chapotear. Hemos cenado en la terraza de la habitación, tirando del Jamón de Jabugo que trajimos desde España. Hemos comprado un pan que era una mierda, pero el barman del hotel nos ha traído pan decente. A cambio le hemos pagado lo que nos ha pedido - dos euros - y le hemos dado un trozo de jamón que creo que ha disfrutado rollo orgasmo gastronómico. En fin, en España tenemos productos que quitan el sentío. Por supuesto, al final ni fuimos a ver la puesta de sol, ni nada de nada. Con lo bien que se está cuando no se hace nada, no íbamos a coger una motillo de esas amenazando lluvia. Los cojones. :) 





Vaya, al final me he enrollado y ha quedado algo decente, así que lo voy a publicar. Mañana madrugamos para ir a las Chocolate Hills y muchas cosas más. Por la noche viene Juan Carlos y su tropa a cenar. El día promete...

PS: he dejado de contar pasos porque la pulsera va a su bola por culpa del irregular terreno local. Lo que quería demostrar, o sea, que íbamos a andar un huevo durante estas vacaciones, ya está más que claro...

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