martes, 7 de agosto de 2018

Día 21: Conspiranoia en Siquijor



Hola a todos desde Siquijor, otra isla de las Filipinas, donde hemos llegado esta mañana. Empezamos esta entada de blog en el Coco Grove Beach Resort, tranquilamente uno de los mejores hoteles en los que hemos estado nunca - tenemos una playa privada a 15 metros, tres piscinas a cual mejor y en el hotel hay de todo. Tanto, que no dan ganas de salir de aquí, incitado en parte por las circunstancias en el hotel, pero ya llegaremos a esa parte. Básicamente, creemos que el resort está montado para que no salgas y sacarte los cuartos, maximizando el proceso, y al personal no les importa mentir descaradamente para que sea así. Pero lo dicho, lo primero es lo primero.




Nos despedimos del Malinawon Resort tras desayunar y pusimos rumbo a la terminal de ferries de Tagbilaran. Si habéis seguido el blog, recordaréis que tuvimos un episodio difícil hace unos días luchando por nuestras maletas a empujones, codazos y a grito pelao. Esta vez la experiencia ha sido un poco más amable, la verdad, aunque no mucho más. Hemos llegado casi dos horas antes de zarpar. El sistema es el siguiente - si llegas en coche pagas por entrar en el recinto, luego hay que comprar el ticket para entrar en la terminal de ferries. Después has de hacer check-in con un billete previamente impreso y una vez hecho todo esto, has de ir donde están los tíos de las maletas y pagar 50 pesos por cada una, en nuestro caso, 200. Hay tantos resguardos que al final te los grapan y todo.







Llegamos a la terminal de Tagbilaran y aquello era caótico, no menos de 200 personas en un sitio equipado como para 100 o 120. Gente de pie, un olor a sobaco sudado importante y ningun sitio donde respirar. Total, que nos fuimos. Salimos de la terminal al primer bar decente que viésemos. Tampoco esperábamos encontrar el Café Sacher de Viena, pero sí un sitio donde tomar un refresco y estar tranquilos. Encontramos una especie de chamizo encima del agua, hecho de bambú, donde servían bebidas, y allí fuimos, una gran mesa para nosotros. Decidimos jugar una partida de cartas - que ganó Belén magistralmente - y mientras tanto se sentaron unos tíos en la mesa de al lado que se pusieron a comer una sopa de pescado con el bicho dentro y demás movidas similares. Una auténtica barbaridad. Hicimos un vídeo que se llama El Desayuno de los Campeones, en referencia a una cosa que he leído sobre Keith Richards y que no voy a contar aquí, que hay menores. Si será fuerte para que no la cuente, ¿eh?







Por cierto, que Belén fue al servicio e hizo un vídeo que tampoco tiene desperdicio. Madre mía, qué antro.... 




Entramos en la terminal con dos biodraminas en el cuerpo y había un grupo tocando una especie de pachanga que parecía quedar bien con cualquier canción que cantases. Hicimos la prueba con como 20 canciones así por lo bajini. Una vez llegó la hora e embarcar conocimos a María, una señora de 63 años que estaba muy triste porque había perdido un pecho por un cáncer. Belén la animó mucho hablándole del Mugronets Market, un mercadillo anual que trata de ayudar a gente sin recursos que han pasado por ese problema. Creo que le alegró el día, saber que en otros países su problema no solo no estaba mal visto, encima había gente dispuesta a ayudar. Una vez en el barco aguanté sin vomitar por muy poco. A ver, no me ayudó el hecho de que hubiese tres chinos vomitando detrás nuestra y me llegase el olor de sus vómitos. Como decían Vainica Doble en la sintonía del mítico Con Las Manos En La Masa, "llego del trabajo y no me apetece pato chino". Belén durmió la mayor parte del camino, con el barco moviéndose como un garbanzo en la boca de un viejo. En fin, distintas formas de afrontar un viaje en ferry.







Llegamos a la terminal y estaba el personal del Coco Grove esperándonos con el típico cartel - con el nombre "Belén Calafell" y como el de seis chinos más. En el camino hacia el resort la chica del hotel me preguntó si estaba mirando el Google Maps, y le dije que sí, que efectivamente, me molaba mirar como se llegaba. Parecía un dato sin importancia pero luego tendrá cierta relevancia. Nada más llegar nos dieron la típica información de dónde ir, qué hacer, con unas excursiones más caras de lo habitual, etc. También dejó de funcionar el dispositivo wifi que tan bien había funcionado hasta ahora. El wifi del hotel no conectaba ni con Google Maps ni con YouTube - era imposible explorar los alrededores si no era tú mismo. Así que decidimos hacer eso, pero con calma. Primero comimos en uno de los muchos restaurantes del hotel y nos bañamos en dos de sus tres piscinas. El Coco Grove es el paraíso, calidad-precio casi imbatible, pero aquello empezó a no cuadrar en el momento que decidimos salir del hotel a dar una vuelta - principalmente, a buscar una lavandería.










- ¿Dónde van ustedes? - dijo el recepcionista de uno de las dos recepciones que hay.

+ Oiga, ¿y a usted qué coño le importa? Voy a un supermercado.

- Uf, eso está muy lejos, tendrá que coger un triciclo y tirar a la derecha 10 minutos.

+ Eso a mí me la pela, joven filipino. Quiero salir y lo voy a hacer.

- Espérese, que voy con ustedes.

Fue salir del resort y estaba todo lleno de supermercados, concretamente había uno a menos de cinco metros de recepción.

+ Amigo, se coge antes a un mentiroso que a un cojo. ¿Qué necesidad tienes de ser tan hijo de puta?

- Erm, yo... me van a disculpar, que me he dado cuenta que tengo los tobillos por debajo de las rodillas.

- ¿El qué? Ah, qué cabrón.

Total, compramos las típicas 1245 botellas de agua que necesito en cada sitio porque bebo mucho de noche... y una botella de ginebra con cuatro tónicas - luego nos dimos cuenta que era soda y el gin-soda es un asco. Volvimos a entrar en el hotel y nos llegó el típico imbécil con una chapa que te para.

- ¿Son ustedes clientes del resort?

+ En efecto, amigo, estamos aquí alojados con mi Tía Jacinta, que falleció en 1986, y su prima la menor.

- Pues no pueden pasar la botella de ginebra.

+ Oiga, que somos clientes de verdad, que ni siquiera tengo una Tía Jacinta, no me toque los cojones.

- No pueden pasar con la botella.

Este mamón con chapa no sabe con quién coño están hablando. Dale una placa a un tonto y la combinación es letal. 







Total, que nos negamos a entrar y fuimos a la otra entrada del hotel, pero el tipo ya estaba hablando por un walkie-talkie así que usamos la entrada de servicio, un camino de tierra que llegaba al resort, y hemos conseguido colar la botella. Igualmente, hemos burlado la prohibición de YouTube con una VPN. Si no nos jodieron en Pekín no nos van a joder estos, coño. De hecho, hemos contratado una motillo que nos lleve a ver unas cataratas famosas que hay aquí, donde te puedes bañar. Es lo único que vamos a ver fuera del hotel. Hoy hemos cenado en un buffet del hotel lleno de chinos en lo que hemos podido ver lo peor del ser humano - una docena de clientes rodeando el stand de los postres cinco minutos antes de que abriese.




Sí, esto es el totalitarismo. Sí, utilizan métodos lamentables para que te quedes... pero coño, qué bien se está en este hotel. Puedo pasar por el aro un par de días y pretender que no pasa nada. De hecho, anuncio que haremos un blog más desde Siquijor, mañana no habrá entrada... salvo que la conspiranoia aumente y encuentre un significado extra a tanto control que no sea sacarnos cuanta más pasta.... mejor. Llegaremos al fondo del asunto.

PS: Podéis saber más del Mugronets Market y de las cosas buenas que hacen en su página de Facebook: https://www.facebook.com/mugronetsmarket/

2 comentarios:

  1. sois la monda.. fijo que cualquier alemán noruego francés.. habrían tirado la botella o se la hubiesen bebido antes de entrar... somos una especie que rompe esos esquemas cuadriculados sin miramientos jajajja un noruego aún tendría el cerebro con cortocircuitos por colar la botella jajja me lo imagino y me parto...
    me chifla vuestras oficinas al agua del departamento de marketing del blog, estoy por haceros una visita comercial jejejjej
    enjoy chicos se os leee se os kiere muaksss

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    1. Gracias Rakel!!! La verdad es que hecha la ley, hecha la trampa!!! Que no saben con quién se han topado estos!!! Jajajajaja. Esto es una maravilla, de verdad. Gracias por leernos y querernos. Nosotros a tí también!!!

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