Día 3: Coney Island y un mínimo de Chinatown

Hola a todos. Hace un día estupendo en New York City, así que hemos decidido cumplir uno de los sueños de Belén en este viaje - ir a Coney Island. Básicamente, se trata de una playa en Brooklyn con un parque de atracciones retro al lado y un show de freaks - gente rara con habilidades fuera de lo normal. La playa en sí no está mal, aunque no he visto a nadie bañándose, y eso que hacía un calor tremendo a ratos. Mala señal, supongo que la temperatura del agua no invitará al baño, o estará fría siendo el Océano Atlántico. Creedme, tengo un master class en agua fría del Atlántico. Cuando no se puede, no se puede. Eso, o hay que estar muy loco. Que los hay, pero no en este caso. 



El parque de atracciones en sí era interesante. Incluye la primera montaña rusa de la historia. Algunos pensarán que es irónico que la primera montaña rusa está en América, pero si os digo que los rusos llaman a esta atracción "montaña americana" a alguno se le caerá los cojones al suelo, pero es la verdad. Muchas atracciones con más años que el sol y lo típico que puedes encontrar en una feria. Tiovivos con padres saludando a sus hijos cada vez que pasan - que es más o menos cada 15 segundos, no sé cómo pueden hacerlo sin querer parar el dichoso cacharro -, peligrosas atracciones de esas que te pones boca abajo y en las que valientemente he declinado subirme y cómo no, todo tipo de puestos en los que tirar a canasta, derribar latas y demás. Belén ha estado a punto de llevarse un premio tirando latas. Yo he hecho el más espantoso de los ridículos. Hay un vídeo que lo corrobora. 

Antes de salir de Coney Island hemos ido al show de freaks, que tenía lugar en un pequeño y destartalado teatro. Había cuatro artistas - un portorriqueño que ha hecho doblete tragándose un sable y más tarde escapando de una camisa de fuerzas, una chica que escupía fuego y que antes se había metido un pincel de 10 centímetros por la nariz - pintando un dibujo que ha regalado a Belén, una chica que hacía un juego de hipnosis y un tipo prácticamente invertebrado que era capaz de retorcer sus huesos y falanges hasta la náusea. Ha sido capaz de girar su mano 540 grados - una vuelta y media. Si intentásemos hacer eso acabaríamos en el hospital con un hueso roto, una hernia o las dos cosas. Ha merecido la pena, la verdad. La chica - Insectivora - aceptó posar con Belén para una foto. La última vez que alguién pinto algo para nosotros utilizando un orificio fue en un ping pong show en Tailandia. Una chica escribió Welcome to Thailand con un rotulador incrustado en su vagina - y con mejor letra que un servidor. Tuve que dejar de utilizar la expresión "escribo como el coño" porque la frase en sí ya no tenía sentido. 

Antes de todo eso hemos quedado con una pareja de amigos, Julie y Xavi. Julie es francesa y trabajó con Belén bastantes años, pero se sacó el curso de patrón de barco, conoció a Xavi y ahora surcan los mares juntos por ahí. De hecho, se están quedando en su propio barco. Hemos dado una vuelta, tomado un refresquito y charlado un poco de todo. Aprovechando que nos hemos metido prácticamente en Chinatown, Belén ha enseñado a Julie sus habilidades regateando. Las reglas son muy fáciles, vaya: 

1.- Nunca aceptar el primer precio 

2.- Rebajar el primer precio a menos de la mitad 

3.- Si es necesario, irse del sitio y volver más tarde para forzar la negociación 

y 4.- Si vas a comprar más de un objeto, negocia por uno y luego intenta un precio más barato en plan pack.

Las reglas son esas, más o menos, pero yo no tengo ni puta idea de regatear. A mi me dicen tanto y es lo que pago. Había un negro ciego de crack vacilando con todo el mundo. A mí me ha dicho que si íbamos compinchados con las mujeres, le he dicho que sí, y después se ha puesto a cagarse en todo. "Chúpame mi polla negra por 15 dólares", me ha dicho. "Pues si que eres un negro barato", le he contestado antes de que Belén me sacase de allí por mi bien. Francamente, si un negro tiene que ir a presumir de polla en Chinatown es que la tiene muy pequeña. A los hechos me remito. De todos modos tampoco es plan de cebarse con un tipo como ese - y hay que decir que New York parece un sitio bastante más seguro que hace cuatro años. 

Ayer dimos un gran paseo desde Union Square a Times Square que espero que repitamos un día de estos. Me encanta Union Square. Es como la gran plaza de la New York americana. Apenas hay guiris y hay un mercado de comida orgánica muy completo cuatro días a la semana. No dejen de quedarse por allí si alguna vez deciden venir a esta ciudad. Tranquilo, acogedor y tremendamente completo - la estación de metro es una de las principales de la ciudad. 

PD: En Union Square se nos acercado Hare Krisnas, judíos (preguntando sí éramos de los suyos), unos asiáticos ofreciéndonos entrada a la universidad y una tía que hacía encuestas para las votaciones a alcalde. Todo en apenas 20 metros. Acoso y derribo, oigan. 

PDD: Hemos empezado a descartar ropa. Con eso me despido por hoy... 




PDDD: Comenten, comenten. Ya sé que soy muy pesao pero es que nos gusta mucho. Quedan muchos días y escribir cada día no es fácil, pero si vemos que la gente está interesada seguiremos con actualizaciones diarias...