viernes, 16 de agosto de 2013

Día 17: madrugón hacia la gran Vancouver



Hola desde Vancouver, Canadá - una ciudad bastante amable, nos hemos sentido como en casa rápidamente - no desde el minuto cero ni muchísimo menos, pero sí rápidamente. Digamos que tras levantarnos a las 4 de la mañana para coger un vuelo matinal hasta aquí, hemos necesitado de una siesta nivel Camilo José Cela en su época más obesa para sentirnos personas y empezar a disfrutar de esta, de momento, increíble, amable y pintoresca ciudad.




Ha sido un día muy largo. Madrugón, check out del hotel, devolver el coche de alquiler, llegar al aeropuerto via un autobus de mierda y facturar. Encima Air Canada nos ha puesto problemas en la facturación - una de las maletas pesaba 27 kilos y otra 20, pero ninguna podía pasar de 23, como mucho 24 kilos. Joder, 24 kilos por maleta son 48 en total, uno menos de lo que llevábamos. Los dos tirados en el suelo repartiendo el peso de las maletas solo porque a esa buena mujer se ha salido del coño que lo hiciésemos. No entiendo mucho lo del peso de las maletas. Delante nuestro había unos chinos que pesaban 60 kilos cada uno, esto es, algo así como la mitad que yo. Se mosquean porque nos pasamos 3 kilos en una maleta pero no porque yo pese 60 kilos más que otros pasajeros. Es una puta estupidez.

Total, que me he puesto de mala leche. Añadan el madrugón y el tema se convierte en algo prácticamente insoportable, y Belén ha tenido que comerse mi mal humor. Obviamente se necesita a dos para bailar el tango, quiero decir, que no es que uno sea una santa y otro Jorge Berrocal la semana que echaron a la novia de Gran Hermano 1. El caso es que asumo la gran parte de la culpa del mal rollo que había esta mañana en el aeropuerto McCarran. El remate de los tomates ha sido el control de seguridad, en el que me han llevado aparte no para cachearme, sino para que los dos policías - un hombre y una mujer, que es quien ha hablado conmigo - me digan "súbase la bragueta" sin cachearme ni nada. Entre risas. A las seis de la mañana.

Qué hijos de la gran puta.

En una situación así solo queda que callarte. Todas las opciones que pasaban por mi cabeza no eran válidas, a saber.

- Más vale tener la bragueta abierta que ser una policía soplapollas que se ríe de la gente.

- No se preocupe, agente, a esta hora con el madrugón que llevo encima no podría hacer nada de nada. Quizás su novio negro pueda, pero un servidor no.

- Anda y vete a tomar por culo. La de delante llevaba un puño americano y no le habéis dicho nada. Cabrones. A la mierda contigo, asquerosa.

Lo dicho... mejor callar. He estado rayado hasta bien entrados en Vancouver, porque encima no puedo sacar dinero del banco. No sé cuál es el problema, solo que no puedo y me toca los cojones. De no haber llevado cash no sé qué sería de mí. Dos tarjetas de crédito y las dos con problemas - eso sí, Belén ha sacado dinero, a la tercera, pero ha sacado.




El hotel es una pasada. Se llama The Burrard y es un sitio bastante hipster - decoración de los años 50, miles de pequeños detalles que marcan la diferencia, empleados eficientes que te ayudan en todo... altamente recomendable. Los viernes hay fiesta en un patio justo aquí fuera, saliendo de la habitación, de 4 a 8. Hemos conocido a unos tíos de Seattle que venían de despedida de soltero. Borrachos no, lo siguiente, pero muy majos.






Vancouver es una gran desconocida, pero tiene lo mejor de las ciudades que nos gustan - San Francisco, Barcelona, Sydney... está a ese nivel. Para empezar, es la ciudad más gay friendly que hemos conocidos. Los gays están perfectamente integrados, hay banderas arcoiris por todas partes y ellos no tienen que destacar ni aparentar, ni una cosa ni la otra. Si eres gay, pues eres gay y está bien, no hay problema. Fantástico.




Al estar en una especie de bahía, las vistas son increíbles a la que te acercas un poco a la costa. Hemos hecho un vídeo para que veáis de lo que hablamos.





Quiero destacar que hemos ido a un restaurante malayo. No tenemos muchas oportunidades de algo así en Barcelona y coño, siempre es buena experimentar con la comida - e ir a un sitio malayo en Canadá definitivamente lo es. Pues bien, hemos cenado increíblemente bien por unos 30 EUR por cabeza, postre y vino incluídos. Mención especial para el postre - bisang goreng, un plátano frito con helado de vainilla - que estaba para ponerle un piso. Un sitio de 10, espero que volvamos mañana.



Me gusta el verano de Vancouver. No hace mucho calor y la gente es MUY amable. Echábamos de menos interactuar con los locales pero hoy hemos hablado con no menos de seis o siete personas por la calle. Claro, aquí somos exóticos, no hay muchos españoles por aquí - sí hay chinos, muchos, pero no españoles. Amabilidad extrema de todo el mundo, la gente es muy servicial y dan ganas de quedarse más días.




Mañana vamos a una montaña que se ve toda la ciudad, hay osos, telesféricos y, supongo, más turistas. Se llama Grouse Mountain y esperamos que sea algo verdaderamente impresionante. Nos guardamos la joya de la corona, el Stanley Park, para el domingo por la mañana. En bici, porque el alquiler de bicis eléctricas en el hotel, siempre que haya disponibilidad, es gratis. Las llamadas a Norteamérica, el Nespresso, el agua y el wifi también son gratis. Pequeños detalles que marcan la diferencia...




¡Vancouver mola! Tres días se nos van a hacer muy cortos... habrá que venir con más tiempo.




PD: En cada puerta de embarque del aeropuerto de Las Vegas se muestra una foto del destino y el tiempo que hace allí. Un 10 para el McCarran. PDD: Con nosotros volaba el doble de Felipe González en asiático, pero con el pelo de Miliki. Pueden ver la foto en nuestro Twitter. Y también pueden seguir comentando cosas, por supuesto...

10 comentarios:

  1. Javi, Belén, me alegráis el desayuno, espero que sigáis pasandolo bomba como hasta ahora!

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  2. Jajajaja me habéis he hecho reir con lo de la bragueta.
    Tengo ganas de ver las fotos del viaje.
    Un besazo a los dos
    Adata

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  3. he escuchado gabiota y no has dicho nada??? oooooo estamos perdiendo facultades jajjaa
    el chino clavao! flipo flipo
    y me encantan esos pasos de cebra!! un 10 para esta city si señor!
    un beso pareja!!!!

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  4. Javi, lo de la bragueta ha sido muy gracioso, no te mosquees, coño ;-)

    Lo del peso de las maletas... ¿no será por un tema de "manejabilidad"? Más allá de las partes robotizadas, hay momentos en que los seres humanos tienen que moverlas :-) No sé, es lo único que se me ocurre que pudiera tener algún sentido...

    Aunque la mala hostia por el madrugón la entiendo :-D

    Pues sí que pinta bien Vancouver, definitivamente habrá que visitarla en algún momento. Es más, vuestro recorrido me mola bastante, así que aseguraros de que no lo eliminan de la red en los próximos 10 años, que seguramente os copie en algún momento.

    Belén, cantas muy bien, a ver si te sueltas más en algún otro vídeo, mujer.

    ¡A seguir disfrutando!

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  5. Mil gracias Julián! Nos alegra mucho, mucho que lo estés disfrutando con el café con leche y las galletas Maria :)

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  6. Adaya guapa, recuperate pronto y montamos una cenita con fotos y de todo!

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  7. Rakel chulaaaa! Te estás ganando el souvenir mas hortera que encontremos por fan total!

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  8. Isidro, tienes toda la razón del mundo, pero ya sabes que a Javi hay que lavarle la boca con jabón al jodío, jejejeje

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  9. Me gustan mucho los pasos cebra, me parece una idea genial, y, me gusta mucho que me llameis, (me parece que estais mas cerca.) El chino es Felipe cabreao.- Me parece que canada, va a ser un recuerdo muy bonito besazos mis chicos.

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  10. En lo de la bragueta, yo estoy de parte del poli: cuando la cosa es graciosa siempre está justificada.
    Me han hablado muy bien de Vancouver...habrá que ir!

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