Hola a todos desde New York. Hemos decidido que un servidor, Javi, voy a contaros lo que pasó ayer en San Francisco y que Belén explique lo que ha sido una mañana muy especial en New York. Ayer dejamos el hotel a las 11 de la mañana y teníamos el vuelo de vuelta 12 horas después, así que dejamos las maletas en el Baldwin Hotel y nos lanzamos a recuperar buenas sensaciones en la ciudad de San Francisco - y vaya si lo hicimos. De lejos, lo que más merece la pena en San Francisco es la zona de Fisherman's Wharf - cerca del Golden Gate, gente en bicicleta, muchísimas cosas que ver. Pudimos hacerlo sin prisas, ya que no teníamos que volver al hotel hasta las 19:30, y decidimos dar un largo paseo hasta la zona de los embarcaderos.
Es interesante ver cómo Grant Avenue pasa de ser pura Chinatown a dejar de serlo en cuestión de metros. De las típicas tiendas de chinos vendiendo todo tipo de cosas raras - como la estatua de Mao con el brazo gigante que ilustra estas líneas - a tiendas más convencionales. Cada tipo de tienda tiene su tipo de clientes - yo, desde luego, soy más de las tiendas fuera de Chinatown. Con paciencia, subiendo unas cuestas horrorosas, llegamos a Lombard Street, donde hicimos una parada.
Fisherman's Wharf está como nunca, ya que se está celebrando la Copa América de vela y se nota el nivel de detalle que están poniendo en el evento. Por supuesto, uno de los mejores momentos es visitar el Pier 39, donde muchas focas y leones marinos han decidido quedarse, a pocos kilómetros de la isla de Alcatraz y al lado del público. Fue muy divertido ver una pelea de dos machos en una plataforma - el perdedor caía al agua y volvía encabronado para buscar la revancha. Creo que si hubiésemos empezado a cruzar apuestas, alguien se habría llevado una pasta.
Así, entre barcos, el Golden Gate, la fábrica de chocolate de Ghiraldelli y los leones marinos pasamos la tarde, volviendo en un tranvía antiguo hasta Chinatown. Algo que fue para recordar fue comer en Joe's Crab Shack, un sitio de marisco que, pese a ser franquicias, nos gusta bastante. Este en concreto tiene de especial que justo al lado se pone un tío que se esconde detrás de cuatro ramas guarras y se pone a asustar a la gente a cambio de dinero. Parece una cosa absurda y casi bizarra pero es la puta verdad - y seguro que se gana la vida mejor que todos nosotros. No hemos hecho un vídeo, ni dos, porque el tipo nos merece un respeto - hemos hecho tres.
Cogimos un transporte al aeropuerto concertado con el hotel. Éramos un conductor ruso, una chica canadiense que nos negó el saludo - ni respondió a un simple "buenas tardes", la hija de la grandísima puta más maleducada de toda Norteamérica - y nosotros dos, bajando por unas cuestas impresionantes. Llegamos con tiempo de reubicar el peso de las maletas y pasar los controles. Mejor cenar en el aeropuerto, sin prisas, que andar con agobios y mierdas.
La vuelta a New York fue otra cosa... que os contará Belén a continuación. Una gran sorpresa... y unos pocos sinsabores. En definitiva, personalmente me alegré de volver a ver la gran San Francisco, la ciudad que me enamoró hace cuatro años y que sus mejores valores siguen allí. Somos muy fans de esta ciudad. Es muy probable que volvamos, es un sitio bastante especial y se lo recomendamos... ¡¡¡a todo el mundo!!!
Un caluroso saludo a Juan Pablo de mi parte, please.
ResponderEliminarAnd Dont be evil...
las ds fotos del principio impresionantes!!! jabiiiiii como puede ser que saltes tan alto joio????
ResponderEliminaral ver esas calles la verdad he pensado en los patines en linea y el bañador rosa que comentamos el primer dia en ny.. estaria muy guapo pillar velocidad por ahi :)
lo de las focas yo creo que los machos siempre tienen esa extraña manera de demostrar quien es mas que quien a base de fuerza no?? con los peces pasa tres cuartos de lo mismo por ejemplo...
el tipo de los sustos que crack! yo creo que me habria dado un patatus alli mismo..
grande san francisco!!! y grandes vosotros!!