Cosas que veremos (y no) en Australia

Hola qué tal. Estamos a menos de 24 horas de salir hacia - casi literalmente - el culo del mundo. Una cosa que es importante tener en cuenta es saber cuál es el límite de peso en cada aerolínea, especialmente sí, como es este caso, son muchas. Pasarse del peso puede tener costes imprevistos, y lo cutre que era la aerolínea en cuestión puede multiplicar exponencialmente este sobrecoste. Hemos comprado un pesador de maletas y el número mágico es 23 kilos. Mientras estamos por debajo de 23 kilos, estaremos bien. El límite en Turkish Airlines es 23 kilos, pero puedes embarcar dos maletas. En Air Asia hemos pagado 25 kilos y en Virgin Australia creo que también es 23. El caso es que teníamos estrategias distintas - Belén se lleva más ropa de abrigo y yo no, si necesito algo ya lo compraré en destino. Total, que tras ajustar y mover cosas de una a otra maleta estamos en 20 kilos y 21.5. Parece una chorrada, pero es muy importante.

Solventado este problema y el de la corriente - llevamos un adaptador universal bastante bien diseñado, porque es pequeño y cubre todas las posibilidades - solo nos queda esperar hasta que salgamos. Si sois lectores habituales del blog, o nos conocéis más o menos bien, sabréis que fuimos a Australia hace poco más de 10 años. Tenemos una de nuestras fotos favoritas, la que va encima de estas líneas, enmarcada en la entrada de nuestra casa. Es el Opera House de Sydney, uno de los edificios más especiales del planeta. Siempre había soñado ir para allá y poder ir allí recién casado es algo que nadie me va a quitar nunca. En aquel viaje hicimos varias cosas que nos van a inspirar esta vez, a saber...

1) Royal Botanic Gardens. Es uno de los parques más bonitos que hay en el mundo, muy cerca del Opera House. En un solo día llovió, salió el sol, hizo frío, calor.... hizo honor a la canción Four Seasons in One Day de Crowded House. El caso es que Belén ha descubierto que cada ciudad grande en Australia tiene su propio Royal Botanic Gardens y vamos a reservar tiempo para ir a los tres - Sydney, Melbourne y Perth. Allí es como si fuese finales de verano - principios de otoño, así que esperamos hacer un montón de fotos buenas, las cuales veréis algunas, las mejores, en el blog, y a cientos si venís a casa y cometéis el error fatal de pedir verlas.

2) Interactuar con la gente. Los australianos son unos cachondos - menos los policías de los aeropuertos, que son unos siesos. Toda la gente con la que interactuamos nos trató bastante bien, siempre tienen el chiste a punto y si eres capaz de romper la barrera del idioma, están encantados de hablar contigo y preguntarte cosas sobre España, Barcelona, Sevilla o lo que se tercie. Tenemos la voluntad de interactuar con un montón de gente. Otra cosa que sirve para romper el hielo es beber cerveza local. Australia tiene una increíble cultura de pubs y beber la cerveza de Sydney en Melbourne, o la de Camberra en Perth, es entrar con mal pie. Un "joder, qué buena está esta cerveza" es suficiente para que te hablen de lo divino y lo humano.

y 3) las excursiones! Hicimos tres grandes excursiones en Australia allá por 2006. Bien organizadas, explicaciones hasta el detalle, divertidas y completas. Es un pecado ir a Australia y no contratar excursiones. Gran parte de nuestro presupuesto - alrededor de 800 EUR en total - se han ido en tres excursiones, una por ciudad. Desde extensiones brutales de pinos, pasado por catas de vinos, almuerzo en el desierto, deslizarnos por las dunas con una tabla y mucho, mucho más. Será cojonudo, ya veréis.

Obviamente vamos a echar de menos los dos sitios que visitamos en 2006 y donde no iremos en 2016. Lo dicho, es un viaje con una alta restricción de gastos, así que esta vez no iremos para allá. Ayers Rock es la población más cercana al Uluru, la montaña sagrada de los indígenas, un lugar muy especial con una energía increíble. La montaña cambia de color según la hora del día que sea y ver amanecer al lado del monte es toda una experiencia. Además, tuvimos una cena bajo las estrellas y al no haber civilización en cientos de kilómetros a la redonda y al estar en el Hemisferio Sur... vimos unas estrellas que nunca habíamos vistos, todo explicado por una chica que llevaba un puntero láser de cinco metros. Las mujeres volvieron a casa, fascinadas por las estrellas, la vía láctea y lo especial del momento. Los tíos nos preguntábamos dónde se compra el puntero láser y cómo vacilaríamos con los amigos si lo encontrásemos. Es coña, fue una pasada.

La Gran Barrera de Coral es también parada obligada si vas a Australia una vez en la vida. Nosotros elegimos ir a Upolu, una islita de 300-400 metros cuadrados de arena blanca finísima en el medio del océano. Vi la postal en la agencia de viajes y dije "a mí me da igual todo, yo quiero ir ahí". Tienes que tener cuidado con lo que deseas, porque ir para allá supuso una hora y pico de camino en barco con unas olas tremendas. Me mareo en los barcos, así que vomité hasta la primera papilla a la ida y a la vuelta. Aún así el día mereció la pena, llegamos a ese sitio tan cojonudo - Belén más fresca que una rosa - y hasta acabamos en un karaoke por la noche en el que me quedé sin voz por completo. Tres días sin hablar. El mundo lo agradeció, claro.

Pero antes toca ir a Kuala Lumpur via Estambul. Esperamos grandes cosas de este viaje. La próxima comunicación será desde fuera de España. ¡Esperamos dar bastante espectáculo y sacaros una sonrisa en las próximas tres semanas!