Empieza la cuenta atrás

Hola qué tal. Faltan nueve días para que nos vayamos, via Estambul, al otro lado del charco. La verdad es que ya hay nervios - hemos hecho muchos viajes y nunca ha pasado nada, pero eso no quita que esta vez un amable ciudadano estadounidense nos raje en canal de arriba abajo. Ya tenemos el dossier de viaje con todas las confirmaciones de vuelos, hoteles y actividades varias. Dos copias, una por cabeza. Es algo que es bastante necesario, para constatar que lo que has pagado y para que no se te quede cara de tonto en caso de un conflicto. Por ejemplo, qué bonita sensación sería llegar a Las Vegas cargando con dos putas maletas de 25 kilos cada una, a unos 43 grados a la sombra, y que ese empleado guasón del Planet Hollywood nos diga que la reserva no está confirmada. Puedes hacer dos cosas: 1) decir "vaya, qué contrariedad", sacar la cartera y proceder a cagarte en su puta madre o 2) sacar el papel con la confirmación, quedar como un listo y que sea él quien se cague en toda mi descendencia. 

Lo cual estaría bastante bien porque no tengo hijos. O eso tengo entendido, vaya. 

Los días pasan muy lentos cuando tienes unas vacaciones tan cojonudas delante tuyo. Son dos años ahorrando, planificando, esperando... y estos días sencillamente no pasan. Estamos los dos psicológicamente agotados y creo que necesitamos algo así más que nunca. Nos han hecho mucho esta pregunta: "¿Por qué os vais tan lejos o no solo un par de semanas?". Bien, la verdad sea dicha, hay varios motivos. Primero, ya que te gastas la pasta gorda en un viaje a un sitio tan lejano, cuando más días estés, más lo aprovechas. Segundo, una vez pasas de 20 días tan lejos de casa, la sensación de desconexión mental es prácticamente exponencial. Nos dimos cuenta en el viaje a Asia hace dos años - fuimos cuatro semanas y solo en la última estuvimos completamente desconectados. Fantástica sensación. Y tercero, pues porque nos peta hacerlo así. Nos mola más. 

Seguimos pensando qué hacer - y qué no - en el viaje. Por ejemplo, siguiendo una tradición que se remonta a nuestro primer viaje a USA en 2004, me llevaré las peores camisetas, calzoncillos y ropa en general para cambiarlo por ropa nueva. Me han regalado muchas mierdas de camisetas en los últimos cuatro años. Algunas dan vergüenza ajena - joder, ya lo veréis - y tendrán un final que no merecen - abandonadas en un lugar insigne del país más poderoso del mundo. La idea es deshacerme de todo lo que no me vale - ¿quién fue el cachondo que me trajo una camiseta de un festival talla L, joder? ¿cómo me meto yo dentro de esa mierda sin perder la respiración ni parecer Falete con un traje de neopreno? A cambio, visitaremos una red de outlets en Estados Unidos con ropa buena, bonita y barata. A ver, bonita. También venden horteradas, pero no las voy a comprar. Y si las compro, ya acabarán en una cuneta de nuestro próximo viaje, qué cojones. 

http://www.premiumoutlets.com/

He dicho cosas que vamos y no vamos a hacer. Por ejemplo, a pesar de que la excursión nos gustó mucho, no vamos a volver a Alcatraz. Se lo recomiendo a todo el mundo, especialmente de noche, pero con verlo una vez creo que ya está. He decidido unilateralmente no desnudarme en un casino de Las Vegas. Primero, por ahorrar a los clientes pasar un rato desagradable. Y segundo, porque hay mujeres de buen ver, incluso con mejor figura que un servidor, que ya se ganan la vida de esa manera. Entonces, para qué me voy a desnudar yo si puedo verlas a ellas, ¿no? ¿Eh, Belén? ¿Eh? ¿Por favor? 

(no creo que cuele) 

En fin, seguiremos contándoos cosas. La verdad es que no hay mucho que contar hasta el glorioso momento en el que nos vayamos de una puta vez, pero algo se nos ocurrirá. La siguiente entrada irá sobre música y lo que se me vaya ocurriendo. Al igual que en un viaje de estos, a veces hay que improvisar. ¡Nos vemos! 

PD: Hemos abierto un Twitter para explicar cosas del viaje. Nos podéis seguir en @aventuraUSAblog - ya veremos qué coño hago con él una vez que volvamos. Se admiten sugerencias.