viernes, 8 de junio de 2018

Actualidad: ¡ya tenemos viaje!



Hola a todos. Han sido unos meses muy intensos, en general. Por mi parte, el final de la temporada EuroLeague y EuroCup, con la Final Four en Belgrado y una final de la EuroCup de logística difícil entre Krasnodar, Rusia y Estambul, Turquía. Intentaré volver a este tema más adelante. Belén tambien ha tenido lo suyo, mucho trabajo y una serie de asuntos personales finalmente arreglados. El caso es que por fin vamos a activarnos con el tema de los viajes y he decidido rescatar el blog con suficiente anticipación, esto es, un día antes de que nos vayamos y a la puta carrera, como siempre. La Final Four de Belgrado salió muy bien: obviamente Belén lo pasó mucho mejor que yo, claro, porque a mí me toca currar y ella está más relajada. La ciudad no da para mucho pero se come excelentemente (uno de nuestros restaurantes favoritos del mundo, el Frans, está en Belgrado: baños excelente y comida aún mejor) y la Final Four estaba publicitada prácticamente en cada rincón. Vimos buenos partidos y mucha gente se quedó con ganas de más. Que es de lo que se trata, vaya.






Por otra parte, la final de la EuroCup fue toda una odisea. Era un playoff a tres partidos: el primero se jugaba un martes en Krasnodar, el segundo un viernes en Estambul y el tercero, solo si la eliminatoria estaba 1-1, de nuevo en Krasnodar. Teníamos un vuelo Barcelona - Moscú - Krasnodar con salida a las 17:00, una hora de tránsito y llegada a Krasnodar sobre las dos de la mañana. Pues bien, dos personas nos quedamos cortadas en el tránsito - elegimos la cola equivocada en el control de pasaportes, nos tocó lidiar con un tocapelotas y allí nos quedamos, en Moscú, tirados. Fuimos a la oficina de Aeroflot, nos dieron acceso a un hotel en el que dormimos dos horas y nos reubicaron en un vuelo a las seis de la mañana hacia Krasnodar. Entre pitos y flautas llegamos a las nueve de la mañana del lunes casi sin dormir. Lunes entreno, martes partido y tras el mismo, al aeropuerto porque el único vuelo directo entre Krasnodar y Estambul salía... a las cuatro de la mañana del miércoles. Llegó con retraso, las maletas salieron cuando les dio la gana y encima aterrizamos en el aeropuerto asiático de Estambul, con lo cual nos comimos el atasco de entrada a la ciudad. Llegamos a las nueve de la mañana, entre pitos y flautas, y en mi caso, sin dormir nada de nada. Afortunadamente, uno de los dos equipos ganó los dos primeros partidos y ahí se acabó la final: volvimos en un cómodo vuelo de Turkish Airlines en vez de repetir todo el proceso - vuelta a Krasnodar de madrugada y doble vuelo via Moscú.




Por lo demás, si lo que queréis es cachondeo en el blog, debería hablar de la situación que tenemos en casa ahora mismo, que da para varias entradas. Hemos comprado unos armarios para convertir la habitación de invitados en un vestidor, y eso significa que hay que vaciar una habitación que hemos usado como trastero desde 2003. Claro, ha salido mierda de todos los colores, y lo que queda por salir. Encima, por hacerlo bien, nos hemos animado y vamos a reubicar todos los libros de la casa. Limpieza total, a tope, por desesperante que sea. Vaciar una habitación completa en un piso de dos habitaciones y un salón hace que todo el piso esté lleno de cosas por todas partes. Parece que tengamos el Síndrome de Diógenes, pero una vez lleguen los armarios todo quedará mucho mejor, principalmente porque estamos tirando un mogollón de cosas, y también porque si queda peor entonces es cuando tiro los armarios por la puta ventana, hostia ya. Ya os informaré de los avances en este sentido, pero os adelanto que hoy tocan cinco horas de sacar cosas, tirar algunas, reubicar otras, etc. Lo llevamos con buen humor, al menos el uno con el otro. Ayer estuve a punto de arrancarle la cabeza a un compañero de curro que me escondió la comida a las cuatro de la tarde, pero se la habría arrancado con cariño. Y con mucha precisión.




¿Por qué tanta prisa? Porque este fin de semana reactivamos nuestro plan viajero. Están siendo unas semanas muy musicales: el fin de semana pasado estuvimos en el Primavera Sound, que fue estupendo, el lunes en un espectacular concierto de Travis y este fin de semana nos vamos a París con la excusa de ver en directo a mi nueva cantante favorita: Courtney Barnett. Tenemos varias cuentas pendientes con París, así que nos hemos dividido de la siguiente manera. Mi única exigencia es ir al concierto de Courtney y luego a una fiesta britpop que hay en un club no muy lejos de la Sala Bataclán, sí, aquella en la que mataron a tanta gente. El resto del tiempo es para Belén y se hará lo que ella quiera, así que ya os contaré a la vuelta. Tenemos entradas para ir al Palacio de Versalles, intención de ir a Montmartre y bueno, lo que Belén quiera. En dos fines de semana vamos a Oporto, Portugal. Nunca hemos ido y tenemos muchas ganas, pero lo primero es lo primero: vamos a París y ya nos centraremos en Oporto y en todo lo que viene después.



¿Y qué viene después? Las vacaciones. Nos vamos a Asia durante más de tres semanas. Creo que el tema merece su propio post, así que lo explicaré en unas cuantas horas. Va a ser un viaje muy interesante, volverá el Reto de Bebidas, iremos a países que no hemos estado y volveremos a sitios que nos gustaron...

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