lunes, 19 de junio de 2017

Viaje 2017 (3): Nuestra Gran Boda Americana



La verdad es que nos ha cogido por sorpresa, pero también iremos a Estados Unidos este año de forma casi inesperada. Tendremos que explicarlo. La historia empieza hace más de 20 años. Oh sí. 




Veréis, tenemos dos buenas amigas en Estados Unidos, Ana y Fara. Me conocieron a mí, Javi, en la prehistoria de la Internet, allá por 1995 o así. Ellas estudiaban en la Universidad de Duke y en aquella época la Internet prácticamente se restringía a universidades y poco más. Todo era en modo texto y el e-mail fue una revolución para todos aquellos que nos gustaba escribir cartas. No os penséis que la Internet era como ahora - eran terminales de solo texto y poco más se podía hacer que leer artículos y escribir a la gente. Las redes sociales estaban aún a 10 o 15 años de distancia, no había cosas como Facebook, Tinder, Twitter y demás mamonadas. En esos años la Internet era mucho mejor, había muchos menos recursos pero, a la vez, mucha menos mala intención. 

En mi caso, contacté primero con Ana, no sé muy bien cómo, y nos llevamos muy bien. Ambas, Fara y Ana, vinieron a Sevilla en un viaje por Europa e hicimos muy buenas migas. En algún momento el viaje Fara perdió a su primer novio en un accidente de coche y tuve con ella algunas de las mejores conversaciones sobre la muerte que nunca he tenido. Recuerdo que mandó a una amiga suya a Sevilla, Martina, una tía imponente - alta, rubia, tremenda - la misma semana que lo dejé con una antigua novia. Me hice ilusiones durante una hora, el tiempo que tardamos en ir a la Catedral de Sevilla, que ella viera la caca de caballo y cogiera un poco para olerla y ojo... probarla. Ahí me di cuenta que ese tren no era para mí, claro. Pero qué asco, coño. 




Con el tiempo conocieron a Belén, claro, allá por 2009. Hicimos cuentas y lo mejor era que viniesen a Boston, y allí coincidimos todos por primera y única vez. La última vez que vino Fara fue hace dos o tres años, que vino con su entonces novio John. Salimos un par de noches, especialmente una que fuimos al Apolo a un concierto de Conor Oberst y acabamos los cuatro con una borrachera épica, espectacular. Creo que solo nos faltó hacer la conga. Solo hay que ver la foto anterior, vaya. Heh.

Al día siguiente, ya en Francia, John le pidió matrimonio a Fara. Ella dijo que sí, pero no sé qué pollas pasó cuando volvieron a casa que al final decidieron separarse. También de sorpresa, al poco tiempo, Fara empezó a salir con Erik, su actual novio, y se volvió a prometer. Esta vez han ido para alante con todas las consecuencias y se casan el 2 de Septiembre. Parece que John se lleva bien con Erik y está invitado a la boda. Estos americanos son muy benevolentes. A mí alguien me planta con la boda planeada y solo lo llevaría a mi boda de verdad para subirlo encima de una mesa, repartir mierda entre los invitados y que se la tiren al grito de "traidooorrrrrrrrr, hijoooputaaaaaaa". El caso es que, al contrario que yo, Fara es muy buena persona.




Está todo listo. La boda será cerca de Raleigh, en North Carolina, en un sitio en el bosque verdaderamente guapo, cerca de tres de las mejores universidades de Estados Unidos - Wake Forest, North Carolina y, claro, Duke. Ana será la dama de honor y joder, no me lo quería perder por nada del mundo. Es un esfuerzo extra, pero mejor eso que estar jodido toda la vida por perderte algo así. Es nuestra única oportunidad de ver una boda en Estados Unidos, y a la vez podremos conocer una parte del país que no conocíamos. Dos cosas han hecho posible que vayamos. Una, la flexibilidad de fechas que he podido tener en el trabajo esta vez (gracias, EuroLeague, always) y dos, que encontramos un vuelo barato que nos venía bien. Habíamos declinado la invitación pero descubrí que volar a Washington DC eran 500 EUR por persona, un precio más o menos asequible, y conducir hasta allá son unas cuatro horas. Tenemos muy buenos recuerdos de conducir por Estados Unidos y queremos volverlo a hacer - bueno, que conduzca Belén, que yo soy un puto desastre.




Lo bueno, que nuestro interés por ir a Washington se ha incrementado tras ver la serie House of Cards en el último año. Recomendadísima, serie política sobre la parte maquiavélica del poder. Kevin Spacey lo borda en el papel de político hijolagranputa sin escrúpulos. Estuvimos en Washington unas pocas horas solo, allá por 2009, en un día que hacía un calor insoportable. De hecho, fue en la primera temporada del blog, así que podéis ver lo que pasó aquí:

(es lo que tiene el blog, que sirve para recordar cosas)




Lo malo, hasta cierto punto - eh, que estamos yendo a Estados Unidos por cuarta vez, ya quisieran muchos - es que volamos con United. Ya saben, aquella aerolínea en la que un tipo se negó a ceder su asiento y lo sacaron del avión a hostias, arrastrándolo por los cuatro pelos que le quedaban. No es que sea un gran predecente, pero es verdad que normalmente las aerolíneas reaccionan ante un fiasco así. Seguramente ahora sean muy amables. Eso, o lo de sacar a hostias a alguien de un avión lo perfeccionen y traigan a Mike Tyson para sacar la basura.




Total, estaremos tres días en Washington y otros tres en Raleigh. Iban a ser dos días en Washington peeeeeeero resulta que mirando la lista de conciertos en esos días resulta que toca una de las artistas favoritas de Belén, ni más ni menos que Cher, que sigue meneando su coño moreno - y probablemente estirado, como el resto del cuerpo - por los escenarios con 71 años y una dignidad impresionante. Solo tocará en Las Vegas y en Washington, así que hemos tenido mucha suerte. Bromas aparte, es una artistaza y tiene media docena de canciones que conoce todo el mundo. Sera un momentazo, seguro, aunque el evento central de nuestro viaje es claramente la boda. Va a ser una pasada, estoy seguro, y lo vamos a pasar cojonudamente. Solo espero que me queden fuerzas para ir a mis queridos outlets americanos en algún momento. 

Donald Trump, sigue cagándola, por favor, que nos viene bien que baje el dólar...

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