viernes, 9 de junio de 2017

Viaje 2017 (1): Croacia, Eslovenia, Finlandia



Hola a todos. Hay que seguir adelante, ¿no?

En Diciembre os explicamos cómo iba a ser nuestro viaje. Bien, aunque este no es año de viaje gordo, al final vamos a viajar como si lo fuese y esperamos descubrir muchas cosas con vosotros, incluso en sitios que no esperábamos visitar este año. Supongo que es la gracia de viajar, ajustarte a lo que quieres ver pero dejar un poco de improvisación por si acaso - de todos modos, siempre que hemos tenido que improvisar, lo hemos hecho bastante bien. No es nuestro estilo. Por ejemplo, tenemos una muy buena pareja de amigos que se va a Costa Rica en Agosto y solo tienen el vuelo, de momento. Eso, en mi caso, sería suficiente motivo para no dormir del estrés hasta que por fin encuentre dónde quedarme. En el colmo de la improvisación, una amiga taiwanesa, Jenny - salió en nuestro blog, ver nuestra visita a Taipei en 2011 - actualmente se encuentra en Rotterdam y piensa ir dando vueltas por Holanda y Bélgica sin rumbo, ni plan, ni nada. Hostia, yo no podría. Admiro a la gente que va así por el mundo, pero me gusta mantener un cierto control sobre dónde vamos. Lo de qué hacemos en cada sitio es más fácil de improvisar.



Lo dicho, ha habido una serie de cambios. La última vez que fuimos a Croacia, hace tres años, estuvimos en Split, Dubrovnik y Zadar. Esta vez queremos ver cosas distintas. Volveremos a Split, porque allí viven nuestros amigos Ermal y Mari con su imbatible hijo Luka. La verdad, Croacia es espectacular, con miles de islas, paisajes brutales... pero no iríamos si no fuese porque nos apetece mucho pasar más tiempo con ellos. Tuvimos la oportunidad de quedar a comer el día de la final de la EuroLeague en Estambul y lo pasamos verdaderamente bien. Coño, que son nuestros amigos y nos gusta estar con ellos. Ya que vamos, estoy intentando hacerlo de forma espectacular - en vez de pasar tres días en Split, voy a intentar que nos vayamos a una isla perdida de su elección - me fio al 110% de su criterio - a descansar. Hemos decidido no volver a Zadar - como mucho, de paso - para ir al Krka National Park, un sitio con muchas cascadas, muy verde, y dormir en Sibenik, que es la ciudad más cercana. También pasaremos una noche en la Croacia profunda, en Karlovac, donde hacen una cerveza cojonuda y queda cerca de un montón de castillos, y otra en Zagreb, la gran capital de Croacia, que tiene muchas cosas que ver. Mejor no adelantar mucho, pero aquí tenéis una foto de la Plaza de San Marcos, obviamente muy distinta a la de Venecia, pero igualmente muy bonita. El caso es que iremos a Croacia, pero de forma distinta. Con los dos viajes, habremos hecho la costa entera, sus dos parques principales, la capital de país y alguna zona un poco más inhóspita. No es para que nos den la medalla del país, pero coño, es ver un país bien visto en un tiempo récord.



Vamos a coger un autobús de Zagreb a Bled, Eslovenia. No tendría la menor importancia si no fuese porque la última vez que cogí un autobús en Croacia es de las veces que más cerca he estado de la muerte, aunque a todo el mundo parecía importarle bastante poco. Es una historia que he contado muy pocas veces, probablemente ninguna porque en fin, no estaba en mi mejor momento. Por circunstancias que tiene la vida, tenía que salir por patas de la isla de Rab allá por 1997 y me subí a un autobús que llevaba a una estación de tren cercana, donde enlazaría hasta Rijeka. Recuerdo que el conductor, al que llamaré Darko por ponerle un nombre, era un gordo bonachón de unos 50 años, que desprendía seguridad en todo lo que hacía. Su puta madre. Debería haber recorrido esas carreteras durante décadas, porque si no, no me lo explico. La carretera tenía el vacío a ambos lados, ni quitamiedos, ni protecciones, ni nada y allí iba el hijoputa de Darko, bajando a 120 kilómetros por hora en un autobús destartalado. En mitad de una curva sacó una cassette y la puso en el equipo de música del bus: eran versiones zíngaras de los Beatles, y se puso a cantar Ob-La-Di, Ob-La-Da a pleno pulmón. Y allí estaba yo, agarrado al asiento con las dos manos, pensando: "joder, voy a morir en el quinto coño, despeñándome con un autobus mientras este cabrón canta una versión lolaila de Ob-La-Di, Ob-La-Da - me cago en tu puta madre, Darko". Al final conseguimos llegar al destino, bajé la maleta, busqué el retrete más cercano, vomité hasta la primera papilla y bien pude estar media hora, blanco del todo, sentado sin decir nada a nadie. En fin, espero que las cosas hayan mejorado. Hay mejores carreteras, eso seguro.



En Bled hemos cogido una habitación con vistas al lago y espero que eso sea el momento culminante del viaje, la verdad. No he ido a Bled desde hace 20 años, Belén debuta, y es un sitio muy chulo. Ojalá podamos ir a la isla central y ver qué tal es la iglesia esa, que seguramente sea decepcionante porque seamos serios, nadie iba a hacer la Catedral de San Pablo ahí en medio, ¿no? En fin, veremos. Hay una campana que se toca para los buenos deseos. El mensaje en su web no es que sea muy esperanzador. "Cada deseo se hace realidad. Toca la campana de los deseos y créetelo". Mal empezamos, porque no me creo un carajo. He leído que la campana es de 1534 y está en la parte de arriba de la iglesia, y hay una leyenda. Una viuda joven llamada Poliksena vivió en el castillo de Bled, y tenía una campana en la capilla de la isla para recordar a su marido. Al transportar la campana a la capilla, una terrible tormenta hizo que se hundiese el barco, la tripulación y por supuesto la campana, que dicen que aún se escucha en lo más profundo del lago. Una vez que murió la viuda, el Papa consagró una campana y la mandó para Bled, y se dice que el que toca la campana honra a la Virgen María y por tanto su deseo se hace realidad. Mujeres viudas que tocan campanas para recordar a su difunto marido. Suena enfermizo, ¿eh? HOOOOLAAAAA, HOOOOLAAAAA PUEBLOOOOOO!! (DINGDINGDINGDING) MARIDÍÍÍNNN!!!! (DINGDINGDINGDING) ES LA HORA DE FOLLAAAAR!!!! (DINGDINGDINGDING) En fin, al final iremos allí, claro.



Tendremos muy poco tiempo para ver Ljubljana y Helsinki. En el caso de Ljubljana es un problema porque hay bastantes cosas que ver, la verdad. Tendremos coche, lo cual facilitará las cosas - el parque Tivoli mola mucho, la plaza de los tres puentes también, y luego está el castillo de Ljubljana, que se puede subir con un funicular y tiene su gracia. En fin, teniendo coche, dudo que cojamos un funicular, la verdad. En el caso de Helsinki... Joder, estuve hace pocos años, tenía cinco horas para ver la ciudad y me sobró una. De hecho, miras en el Tripadvisor y la tercera mejor cosa que hacer es subirse en el tranvía. Qué excitante, sí, el roce del cable con el tranvía, el lento avance del tranvía por las vías... La cuarta opción se llama Museo al aire libre de Seurasaari y he puesto su foto justo encima de este párrafo. No sé, juzgad vosotros mismos: ¿en serio, no hay nada mejor que hacer? Al final siempre encontraremos algo que hacer porque Belén es una maestra de encontrar mercadillos, mercados y actividades varias. Lo bueno de Helsinki es que dormimos en un hotel llamado Katajanokka - esa es otra, menos mal que todo Dios habla inglés en Finlandia porque el idioma es la hostia, creedme, lo he intentado - que es una antigua prisión. Lo bueno, que tiene su gracia dormir en una buena habitación reconstruída de una celda. Lo malo, que si alguien llama a la puerta en mitad de la noche vamos a pegar un bote tremendo. El susto puede ser cojonudo.



En fin, volveremos pronto con la segunda parte del viaje: Estonia, Letonia y Lituania. Me tengo que informar un poco. Y ojo, que puede que la segunda parte del viaje 2017... no sea la última.

Javi

2 comentarios:

  1. Seguro que el viaje no tiene desperdicio lo vivais como lo vivais y lo leamos (esta es la mejor parte jjee) como lo leamos, ya os eatoy imaginando pegar el bote en la hab a media noche jajjaja, el museo ese mas parece el establo de la ganaderia de manolo jje es lo bueno que tiene viajar, las estanterias se rompen, los conceptos cambian, el punto de vista se amplia, y aprendemos pensamiento lateral, deseando leeros!!! vuestra principal fan va con vosotros pero el resto ESTAMOS AKIIIIIIIII
    Hay retos??? Hay retos??? ;)

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    1. Oh, retos, qué buena pregunta. En principio no, pero todo es que te pongas de acuerdo con Belén... El viaje va a estar muy bien, son países no muy conocidos pero todos con muchísimos que ver.

      Y sí, viajar te cambia la vida a mejor. Siempre lo he pensado. Buen finde, Rakel!

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