viernes, 1 de septiembre de 2017

USA 2017, Día 4: Rayos, truenos, centellas... y prueba del menú



Hola a todos desde Chapel Hill, North Carolina, el hogar de los Tar Heels, uno de los equipos de baloncesto más míticos de todos los tiempos. Están picadísimos con la Universidad de Duke, que está por aquí cerca, en Durham. Pasa que a mí siempre me ha gustado Duke y esta gente de UNC (Universidad de North Carolina) me dan un poco por culo. Estar en un hotel lleno de fotos de los Tar Heels me da urticaria. En fin, quiero empezar la entrada de blog de hoy dándole las gracias a Belén, que ha conducido durante siete horas hasta aquí en unas condiciones climáticas que ni Dios mandado una plaga a Egipto un día que perdió su equipo de fútbol en el último minuto. Es una jabata y aprendo de ella cada día.







Hemos salido de Washington a las 10:30, bastante satisfechos por nuestro paso por la ciudad. La verdad, el día amaneció bastante bueno en Washington pero se ha ido enmarronando poco a poco. La idea era hacer cuatro paradas antes de llegar a nuestro hotel - una cosa no quita la otra, la habitación es impresionante, como para entrar a vivir. Más o menos cumplimos con las dos primeras paradas. La primera fue en Fredericksburg, un sitio donde hubo una batalla bastante bestia de la guerra de la secesión. Teníamos prisa, así que no hemos visitado el campo de batalla en sí. La batalla fue clave en ese geurra y ganó el norte, claro. Daba la sensación de que eran todos bastante yankis. Le preguntó una señora que de dónde era, le dije que del sur y cuando se me iba a echar al cuello le dije "eh, del sur de España, hija de puta reprimida caranabo". El caso es que se acucharó un poco, no sé si porque no era sureño americano o por la cantidad de barbaridades que le dije.






De ahí pasamos a Richmond, Virginia, donde empezó a llover de verdad. Antes de que llegase la parte chunga del viaje paramos allí, hicimos unas fotos, un vídeo y tomamos un café excelente en la Biblioteca Pública de la ciudad. Richmond parece una ciudad que se mueve - en un mes organizarán los mundiales de ciclismo - pero aburrida hasta decir basta. A partir de ahí, catarsis. Nos pilló una tormenta increíble, de no ver tres en un burro a 20 metros de distancia. Menos mal que en episodios anteriores nos pasó algo parecido en Orlando. Seguimos el mismo truco - bajo la lluvia torrencial, ponte detrás de un coche con luces potentes y síguelo como si no hubiese un mañana.





Pasamos la primera tormenta y paramos a comer donde fuese, porque ya eran las tres de la tarde y teníamos más hambre que el que se escapó de la cárcel. Sorpresa, había un bar de Moe, así que fuimos para allá. Hemos comido solo regular en una taberna de mierda en el medio de ninguna parte, algo que tachar de la lista, supongo. Decidimos reanudar a marcha, dos horas de camino hasta Chapel Hill sin parar, y así lo hicimos, escuchando a María Jiménez, Luz Casal, Radio Futura, La Frontera y demás gracias al Bluetooth de coche. Nos pilló otro tormentazo tremendo, hice un vídeo, pero no en el momento que más llovía.





Aunque el estrés era máximo y la cama muy cómoda, Belén tomó la decisión de volver a la carrertera y llegar a la prueba del menú de la boda de Fara y Erik. No los vemos muy a menudo y era una oportunidad de estar con ellos. De hecho, hemos conocido a Erik hoy mismo, y el novio es un tipo alegre, casi campechano, que estaba encantado de vernos. Hemos conocido a Fawn, la hermana gemela de Fara, pero nos cae mejor nuestra amiga. Estaba su ex-novio John, que con el tiempo se ha hecho muy amigo de Erik. Es muy raro, porque mañana John, que llegó a pedirle matrimonio a Fara, verá en directo como se casa con otro. No todo el mundo tiene los cojones de hacer una cosa así. Estaba nuestra aiga Ana, a su vez la mejor amiga de Fara, la novia en la boda. Hemos conocido a su hijo Thomas, que nos ha caído muy bien.



Mañana habrá visita a Chapel Hill y Durham y por supuesto, la boda. No habrá blog por motivos altamente relacionados con el alcohol, pero prometemos que la espera merecerá la pena. Hoy ha sido un día muy duro, con mucha lluvía, pero Belén puede con eso y con más. Recuerden que puede dejar comentarios debajo de estas líneas. Llevamos cinco entradas sin comentario y joder, lo primero que hacemos al levantarnos cada día es mirar si alguien ha dicho algo. Procedan, pues...

4 comentarios:

  1. Muy fan de la táctica de seguir luces potentes con clima adverso. Ni por dinero las adelanto! Disfrutad!

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    1. Bravo, Oriol, es la actitud correcta. Ir de Kamikaze en esas condiciones es asegurarte un terremoto en el cementerio...

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  2. Belen yo de mayor quiero ser como tú!!!.Olé tú!!!,menuda conductora de primera.Si voy yo en medio de esa tormenta ...que ya he pasao unas pocad jodidas jodidas...me tomo 1 diazepán y que sea lo que Dios quiera cuando despierte!!!!.
    Prueba superada!!!.Sois lo más y encima con cachoendeito!!!jajajajajaja.
    Ay que ver que no os dá miedo nada!.
    Cate.

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    1. Quita, que aún tengo el miedo en el cuerpo! Gran aventura global la de este verano

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