lunes, 29 de julio de 2024

Pequeña guía para viajes intercontinentales



Hola a todos aún desde Barcelona. Estamos ansiosos porque llegue el jueves y nos vayamos a la otra parte del mundo. Son días extraños, porque los dos tenemos mucho que hacer en nuestros trabajos pero a la vez, tenemos la cabeza en las excursiones que vamos a hacer, los viajes y en estar el jueves bien temprano en el aeropuerto para evitar mierdas. Los días de tránsito son de los que más juego dan en Aventura Global, tanto a la ida como a la vuelta. Para mejorar la calidad del blog deberíamos estar haciendo vuelos de 10 horas cada día durante un mes. A los 10 días el nivel de insultos, improperios y barbaridades que íbamos a soltar por aquí podría inspirar una sitcom de puta madre. 




Os cuento el trayecto de ida: salimos el día 1 hacia Istanbul, donde hacemos un stopover de tres horas. Allí nos espera nuestro amigo Kerem, que trabaja en el aeropuerto casi todos los días y por tanto tiene acceso a la zone esta de tránsito en la que realmente no estás ni en Turquía ni en ningún lado, solo en un limbo lleno de tiendas y restaurantes. Ver una cara amiga en estas circunstancias siempre viene bien, y si es la de Kerem mucho mejor. Para los no iniciados en el blog, Kerem y yo compartimos habitación en Inglaterra en 1991 y seguimos siendo amigos 33 años después.




De ahí nos vamos a Kuala Lumpur. Bueno, a ver qué cojones pasa, porque la última vez que hicimos un vuelo juntos con Turkish Airlines dirección Asia (no sé si era Pekín o Seúl o algo así, tendría que mirar el blog, que para eso está) tuvimos un retraso de 12 horas. En aquella ocasión Kerem nos salvó dándonos entradas para una sala VIP, aunque creo que la habríamos comprado igualmente porque pocas cosas hay más desesperantes, asquerosas, indeseables y desesperanzadoras que estar tirado 12 horas en un aeropuerto, por muy bueno que sea. El vuelo a Kuala Lumpur es de 11 horas o así y llegamos supertemprano, rollo a las siete de la mañana.

Hemos decidido pasar noche en Kuala Lumpur porque la combinación hasta Sydney nos hacía tener que estar mil millones de horas en el aeropuerto y salir de allí en 2067 más o menos. Belén ha tenido a bien contratar un masaje en Kuala Lumpur para hacer tiempo antes de ir a la habitación. Hemos pillado una habitación cerca de las Torres Petronas porque literalmente no hay nada más que ver. Las Petronas tienen un centro comercial muy potente en su interior, con un casino y un food court realmente bueno. El hotel tiene piscina y dado que nos vamos directamente al invierno austral (en Queenstown están a cinco grados bajo cero) estará bien bañarse casi por primera y única vez en todo el mes.




El día 3 llegamos a Sydney tras un vuelo de ocho horas con AirAsia. Hemos tenido buenas y malas experiencias con AirAsia en el pasado, a ver qué carajo pasa ahora. Sugerí en Twitter hablar un poco de qué hacer en viajes transcontinentales, así que aquí van unos cuantos consejos (seguramente Belén tendrá otros distintos).




1) Llevar un antifaz para los ojos y unos tapones para los oídos: el avión emite un zumbido bastante bestia a según qué alturas, así que si no estás viendo película… lo suyo es taparse bien los oídos e intentar dormir un poco. Lo del antifaz va a gusto, yo soy de los que necesita oscuridad total para dormir. Más negro que los cojones de un grillo.




2) Muy importante: tener en cuenta a qué hora llegas para evitar el jet-lag. En nuestro caso, volamos 10 horas para llegar a las siete de la mañana. Hay que intentar dormir mínimo seis de esas horas. Cuento con mi amigo Kerem para que me emborrache un poco, que es de las cosas que mejor sabe hacer, por eso tenemos una amistad tan fuerte y duradera. No descarto tomarme alguna pastilla para dormir nada más acabar de cenar. Los vuelos largos intentan regularizar el tiempo de sueño, apagando todo a saco. Sobar es lo suyo. Son muchas horas y sobar te evita muchos contratiempos.





3) Lleva comida extra. Joder, es que son 10 horas y hay aerolíneas que son más agarradas que los puños de la camisa de un camarero italiano. Aunque te den de comer, seguramente no será suficiente. Pilla frutos secos, algo envasado al vacío y monta tu propio picnic en el avión. Recuerda: hay países como Australia en los que no se puede entrar comida de fuera. O sea, no vayas dirección Sydney con 20 blisters de jamón serrano o acabarás invitando a medio avión. Por cierto, aprovecho para aclarar que no tengo nada que ver con la marca de frutos secos Gancedo. 

Ojalá, pero no. 

Mañana o pasado iniciaremos ronda de vídeos con un vistazo a la bolsa de mano de ambos. Tenemos 23 kilos de equipaje cada uno y al menos en mi caso, estoy teniendo verdaderos problemas a la hora de meter todo lo que necesito. Sí, voy a aprovechar el viaje para desfenestrar ropa que ya no me pongo, o que nunca me he puesto. ¿No tenéis alguna camiseta en vuestro armario que os queda mal o simplemente es un horror? Yo sí, y se van a ir todas al mismísimo carajo.

¡Un día menos para irnos!

PS: Un buen amigo nos ha ofrecido migrar el blog a un sitio un poco más decente, para que leer nuestras aventuras no conlleve un viaje en el tiempo a 2010. Lo haremos, pero a la vuelta de vacaciones. New-look Aventura Global, bitches! 

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