Hola a todos. Es el momento de abrir la temporada del blog definitivamente. A partir de ahora, intentaremos escribir un poquito casi cada día, explicando los preparativos del viaje a Nueva Zelanda.
Estaremos 25 días entre Australia y Nueva Zelanda y no hay ni un concierto decente en todo ese tiempo. Vamos a ver, ¿cómo se divierte esta gente? La verdad es que en ese sentido hemos tenido mala suerte: grupos que ya hemos visto muchas veces en Barcelona, grupos que han venido a Barcelona y no los hemos visto (y por tanto no haremos el esfuerzo ahora) y cosas así. No me preocupa porque Junio y Julio han venido repletos de conciertos. Ha sido una auténtica pasada.
Voy a ir cronológicamente desde la Final Four de la EuroLeague, que fue en Berlín y tuvo bastante éxito. Como siempre, Belén disfrutó más que nadie del evento. En mi caso, la vuelta a casa de la Final Four enlazaba con el principio del Primavera Sound. Literalmente llegué a mi casa a las 19:30, solté los bártulos y me fui a ver a los Cranes al Apolo. Tal cual. Musicalmente hablando no fue el Primavera Sound que recuerdo ni de lejos, pero sí es en el que mejor me lo he pasado, y al final eso es lo que importa. El concierto de Pulp fue una pasada y grupos como The Lemon Twigs, Royel Otis o The Last Dinner Party estuvieron muy bien, pero fue la gente que me rodeó lo que lo hizo especial. Hasta el concierto de Cloudburst UK estuvo decente. Vamos mejorando.
Uno de los platos fuertes del mes fue ir a Manchester a ver a Liam Gallagher tocando el primer disco de Oasis, Definitely Maybe, que cumple 30 años en 2024. Fui con mi amigo Marko, ex jugador de baloncesto y gran fan de Oasis. Llevábamos queriendo hacer algo así desde hace muchos años y por fin lo conseguimos. Hablamos durante horas de mil cosas y a mí me dio tiempo a escaparme al Salford Lads Club, el local que sale en la portada de un famoso disco de The Smiths, The Queen Is Dead. Luego me enteré que había una exposición de britpop en el sitio y que el propio Liam podría venir, aunque yo no lo vi por ninguna parte. Eso sí, a los pocos días me contestó en Twitter para cachondeo de prácticamente toda la gente que conozco.
Tras un concierto muy potente de Rival Sons en el Apolo, Belén y yo nos fuimos a un hotel rural perdido cerca de Girona cuya identidad, de momento, no vamos a revelar aquí por miedo a que se masifique. Sí, amigos, soy así de hijo de puta, no lo puedo evitar. Solo os diré que es el mejor hotel al que he ido en España. Fui a ver a The Pretenders en un festival pijo en Pedralbes con un público aburrido e insoportable. Un gran concierto arruinado por un puñado de pijos vagos y una organización que solo sabe poner sillas por todas partes. Al día siguiente vimos a The Divine Comedy en el Poble Espanyol, qué clase tiene Neil Hannon. Estuvimos en el VIDA Festival, festival con cartel dudoso y prestaciones maravillosas. Solo había un grupo que me gustase mucho, pero RIDE estuvieron de 10. No nos cae bien la organización del VIDA, son bastante snobs, pero el festival está bien, a ver si aciertan con el cartel el año que viene. La maratón de conciertos de Julio acabó con Pearl Jam en el Palau Sant Jordi, Garbage en el Razzmatazz y Arcade Fire en la Plaza de España de Sevilla. Sin duda alguna, uno de los conciertos más espectaculares en los que he estado: gran banda, mejor escenario.
En fin, al turrón, que me enrollo mucho. Tengo que decir que vamos a dar mucho espectáculo en Nueva Zelanda. El planteamiento del viaje es ir como si fuese la única vez que vamos a ir en nuestra vida. Nos hacemos mayores y es posible que sea verdad, aunque nunca se sabe, todo el que ha ido a Nueva Zelanda ha flipado muchísimo. Vamos hacer todas las excursiones posibles, tantas como 13 o 14. Hay una que está pendiendo de un hilo, que es la visita al Wai-o-Tapu Thermal Wonderland. Es un sitio espectacular pero me han dicho que huele a azufre que tira para atrás. Supongo que iremos igualmente aunque solo sea para hacer cachondeo en el blog. Aparte, no he sido capaz de sacar las entradas online, lo cual me tiene más mosqueado que a Santiago Abascal en un desfile del Orgullo Gay.
Quedan cuatro flecos, la verdad. Nada del otro mundo, un visado para entrar en Malasia que solo se puede sacar 72 horas antes porque son tercermundistas, básicamente, y pillar una tarjeta SIM cuando llegue a Nueva Zelanda para hacer el gilipuá por las dos islas. Me han dicho que la mejor forma de hacerlo es nada más llegar, en el aeropuerto, así que es lo que voy a hacer.Belén está preparando el viaje a conciencia, con un montón de gadgets y cachivaches que se va a llevar para el camino. Haremos un vídeo en la próxima entrega del blog, que será un día de estos. ¡En nada estaremos de camino!