martes, 19 de marzo de 2024

Nueva Zelanda: curiosidades y propuestas


Hola a todos desde Barcelona.

Han sido un par de semanas muy movidas para mí, y aunque me había prometido no hablar mucho en el blog de los viajes de trabajo que me toca hacer, este ha sido extraordinario. Me tocó ir con tres compañeros a Estados Unidos a entrevistar a un total de 13 personas para documentales futuros y movidas varias, incluyendo a Manu Ginobili, Bogdan Bogdanovic, Luka Doncic, Tyrese Rice, Ekpe Udoh y muchos más. Fuimos a Dallas, San Antonio, Houston y Atlanta.









No me quedó mucho tiempo para ver nada. En Atlanta pude ir al museo de Coca-Cola, a cinco minutos del hotel, y al Centennial Park, que es el parque donde pusieron aquella bomba en los Juegos Olímpicos de 1996. En general, la ciudad está llena de homeless y adictos al fentanilo, te das cuenta que es un problema mayúsculo. En Houston, más de lo mismo: dos horas libres para al Space Center. Los que lleven años siguiendo el blog sabrán lo que pienso sobre la llegada del hombre a la luna. No me creo ni media palabra, pero está chulo, vaya.















Lo mejor que vimos en este viaje fue Austin, una ciudad vibrante, con música en directo por todas partes y gran ambiente. Es la capital alternativa de Estados Unidos, por encima de New York o San Francisco. Me sorprendió muy positivamente. En Dallas estábamos un poco a la expectativa de lo que quisiese hacer Doncic y cuándo hablaría con nosotros, y lo único que vimos fue un barrio alternativo llamado Deep Ellum, muy chulo, con mogollón de tiendas de ropa y curiosidades. El camino se hizo muy largo porque volamos via Estambul: la vuelta fueron 20 horas.

Y hablando de viajes largos, ya lo tenemos todo para ir a Nueva Zelanda. Bueno, todo menos los visados, pero no deberían ser un problema. Ayer alquilamos los coches, al final decidimos coger coche todos los días que estemos en Nueva Zelanda en vez de solo unos cuantos. Es muy probable que solo vayamos una vez en la vida, así que vamos a ir a lo grande, qué cojones. Hay muchas cosas que nos generan curiosidad, así que voy a hacer una lista.




1) Los kiwis Zespri. Ya sabéis, la mayoría de kiwis que se comen en España son de la marca Zespri y se cultivan en Nueva Zelanda. Esto quiere decir que tendrán que venir congelados desde el quinto coño hasta tu supermercado o frutería de confianza, amiga lectora. Se exportan casi 200 millones de bandejas de kiwis al resto del mundo, así que tenemos mucha curiosidad. ¿Habrá diferencia de sabor cuando lo comes fresco? ¿Habrá mucha variación de precio? Y lo más importante: si el kiwi acelera el tránsito intestinal de aquella manera, ¿cómo será si lo compras recién cogido? ¿Será morder e irte por la pata abajo, todo en uno?

¿Y sobre todo, a qué carajo sabe ese kiwi rojo que acaban de sacar?




2) La miel Manuka. No es tan conocida en España, pero causa furor en los países anglosajones. Es una miel que se produce del néctar de un árbol del mismo nombre, Manuka, de un sabor muy fuerte y propiedades sorprendentes. Aparte de comerse, se usa para pequeñas heridas y quemaduras, mejorar tu salud digestiva y combatir la dermatitis. Lo más curioso es que hay grados de pureza, medidos con un índice llamado MGO, que mide la cantidad de metilglioxal en la miel. Por debajo de 100, la miel Manuka es solo un endulzante más. Por encima de 100 ya tiene propiedades curativas. Hay una edición limitada con MGO 2100, que supongo que resucita a los muertos, provoca erecciones perpetuas, cura quemaduras de segundo grado, hace a las mujeres más atractivas y a los hombres parecerse a Chewbacca. Obviamente, el precio de la miel sube exponencialmente cuanto mayor MGO. Me suena un poco a timo. Veremos.



3) La Aurora Austral. Ay, esto nos quita el sueño. Igual que hay una Aurora Boreal, existe la Aurora Austral, y vamos a Nueva Zelanda en una época en la que es más fácil verla. De hecho, pasaremos dos noches en un lago con el peculiar nombre de Tekapo intentando verla. En uno de los dos días haremos una excursión a un observatorio, a ver si tenemos suerte y la podemos ver. Y si no, nos dedicaremos a mirar alrededor y contar ovejas. Se ve que en Nueva Zelanda hay bastante más ovejas que personas. En el fondo, estoy deseando pillar por banda a un paisano local y explicarle lo de Tekapo, aunque quizás lo mejor sería no darle ideas...



4) Por cierto, el kiwi no es solo una fruta. A los neozelandeses se les llama kiwis por el mundo, pero es que el ave nacional es también el kiwi, un pajarraco la mar de feo con un pico muy largo. Es una especie protegida, les gusta la vegetación frondosa y los muy hijoputas salen de noche, así que la posibilidad de ver uno es remota. A ver, si vamos a algún zoo seguro que vemos alguno. O pensábais que los koalas que vimos en Australia estaban en los árboles esperándonos. Pues no, hay que ir a verlos, claro.



5) La población con el nombre más largo del mundo está en Nueva Zelanda, donde puedes visitar la bonita localidad de Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu. ¿Por qué cojones se llama así? No lo sé, pero nos pilla un poco lejos. Taumatawhakatangihangakoauauotamateaturipukakapikimaungahoronukupokaiwhenuakitanatahu está a cuatro horas y media en coche del punto más cercano al que estamos, que es Rotorua. La traducción del nombre es igual de ridícula: "la cima donde Tamatea, el hombre de grandes rodillas, el escalador de montañas, el devorador de tierra, el viajero incansable, tocó su flauta a un ser querido". Igual Tamatea lo que hizo fue sacarse el nabo y el nombre del pueblo es la reacción de su madre en plan "Tamateamecagoentusmuelasguardateesoynomelovuelvasaenseñarentuputavidayaversitienesmásrespetoportumadrequedeberíadartevergüenza".

Aparte, es una colina. No vive nadie allí. Casi mejor no ir. Va a ir su puta madre, de hecho.




y de momento, 6) hay caracoles carnívoros en Nueva Zelanda. No es como me gustaría morir, devorado por caracoles carnívoros. Cojones, qué muerte más horrible. Se llaman Powelliphanta y mayormente comen gusanos. Así que si te entierran en el país, supongo que te comen los gusanos y luego los caracoles se comen a los gusanos. Qué bonito. Además son hermafroditas y afortunadamente, por muchos motivos, en peligro serio de extinción. Menos bichos guarros en el mundo, por favor.

Total, que al final no he contado casi nada del viaje. Tendréis que volver para saber más cosas. Intentaré daros un itinerario más detallado cuando llegue el momento. Tendremos retos de comida y bebida, vídeos tontos desde el coche y todas las secciones habituales de Aventura Global. Como siempre, el blog está abierto a comentarios y sugerencias, así que por favor, procedan.

Javi

jueves, 18 de enero de 2024

2024: Segundo intento




Hola a todos. Hemos estado un poco callados porque la verdad, tampoco es que hayamos hecho gran cosa después de ir a Asturias. Coño, fuimos a la costa de Huelva y no fuimos ni a Portugal a comprar toallas, y eso que estaba al lado. Solo hemos salido del país para celebrar mi 50 cumpleaños. Supongo que a la que expliquemos qué es lo que hicimos habrá pocas dudas de quién de los dos cumplió 50, vaya. Fuimos a Minehead, Inglaterra, a un festival de música indie inglesa retro con grupos que ya no escucha ni Dios, pero que todos juntos aún venden lo suficiente para meter a 6,000 personas en una especie de aquapark indoor en el medio de ninguna parte.




Este plan, que seguramente suena espantoso para el 98% de la gente que esté leyendo esto, resultó ser fantástico: buena música, gran ambiente, los locales muy amables con los que veníamos de fuera, posibilidad de utilizar todas las atracciones del parque, que son bajo techo, y hasta la posibilidad de conocer a tus ídolos, en mi caso Miles Hunt, el cantante de The Wonder Stuff. Dicen que no hay que conocer a tus ídolos. Bueno, el gilipollas que escribió esto nunca conoció a Miles Hunt, que estuvo amabilísimo con nosotros. Este festival, el Shiiine On, fue en Noviembre y alguna vez repetiremos seguro.








En Diciembre, justo en el finde del cumple, fuimos a Londres a ver otra vez a The Wonder Stuff tocando canciones distintas (gira de un disco determinado) y pasamos por el observatorio que hay en el Meridiano de Greenwich. Está bien si te gusta la meteorológia, es como la Meca para los árabes, un sitio al que hay que ir por cojones. No teníamos ni la paciencia ni las ganas ni la fortaleza mental de ir viendo uno a uno todos los aparatos que había allí porque es un puto coñazo, pero sí que salimos sabiendo dos o tres cosas más de telescopios, meteorología, latitudes y demás. ¿Qué dos o tres cosas aprendimos? Y yo qué cojones sé, joder, se me olvida todo, estoy mayor, y hay que ser hijoputa para preguntar esta mierda: COÑO, VE TÚ Y APRENDE TÚ, joder. También hay una vista de Londres desde fuera que merece mucho la pena. Lugar recomendado, desde luego.

Ha llegado la hora de desvelar nuestro destino estrella de 2024 y el motivo por el que estamos viajando menos últimamente que la Estatua del Cid en Sevilla. Nos vamos a ir lejos, muy lejos, y lo vamos a hacer bien, con muchas excursiones y con la idea de ir solo una vez para allá, ver todo lo que podamos y no regresar. Nos vamos lo más lejos posible. Nos vamos a Nueva Zelanda.



Ya lo intentamos en 2020, cuando íbamos a dar la vuelta al mundo, y el COVID-19 frenó en seco nuestros planes. De hecho, si después de escribir este artículo viene otra puta pandemia, está claro que la culpa es nuestra por gafes. De algún modo, no hemos ido a Nueva Zelanda pero sí que hemos ido, porque la planificación ya estaba hecha y solo quedaba pulir unos cuantos detalles. Bueno, unos cuantos detalles: hay que hacer la ruta, ver cómo cuadra todo y demás. De la forma que lo vamos a hacer, serán 25 días de viaje y unos 14 en Nueva Zelanda. El resto del tiempo es una semana en Australia (primero en Sydney, después en Melbourne), un par de días en Kuala Lumpur (uno a la ida, uno a la vuelta) y el resto viajando transcontinentalmente.




Realmente ya hemos ido a Kuala Lumpur dos veces y no hay un carajo que ver salvo las Torres Petronas y las Cuevas de Batú, pero es mejor ir aclimatando el cuerpo mientras vas en tránsito. Eso, y que los hoteles son muy baratos y a la hora de ir a Australia, volar desde Kuala Lumpur es como la mitad de precio que desde cualquier otro país. Respecto a Australia, será nuestra tercera vez allí. Iríamos a Sydney las veces que haga falta, la verdad, porque nos encanta. Melbourne también nos gustó y hemos programado una excursión para volver al Puffing Billy, que nos hizo mucha gracia.




En Nueva Zelanda... Bueno, casi es mejor guardarnos las sorpresas, pero subiremos a grandes alturas, visitaremos el set de rodaje del Señor de los Anillos, iremos a termas naturales impresionantes, a cuevas con luciérnagas brillantes, tendremos un par de encuentros con los maoríes, visitaremos fiordos y playas, intentaremos ver ballenas y pingüinos, miraremos las estrellas desde un observatorio y por qué no, con un poco de suerte hasta veremos la Aurora Austral, que es como la Aurora Boreal pero pabajo. Será una aventura en toda regla. No sé si nos quedan muchas, pero esta va a ser de las buenas.





Por supuesto, tendremos todas nuestras secciones habituales: el Reto de Bebidas, quizás también de Comidas, alguna promo, muchas fotos y vídeos, algún cameo de Lee E. Fittipaldi, algún concurso con premio y por supuesto, prometemos hacer el chorra muchísimo, que es de lo que se trata, y contaros nuestro viaje con un poco de sentido del humor.

No lanzamos las campanas al vuelo pero si todo va bien, en verano nos veréis por allí. Estamos comprando el viaje poco a poco desde hace casi un año y ya lo tenemos encarrillado. ¡Ojalá no se tuerza!

domingo, 13 de agosto de 2023

Días 8-9-10: El último baile en el blog



Hola a todos desde Barcelona. Acabó la primera parte de nuestro viaje veraniego. La segunda parte incluye unos días en Urbasur, Huelva, un par de días en el festival Cala Mijas y un viaje exprés a Lleida para ir a una boda el sábado 2 de Septiembre. La vida en Urbasur suele ser tranquila y con poco que contar: el momento estrella es la siesta. No sabemos qué poder gravitacional hay en ese lugar, pero es imposible no dormir dos horas de siesta cada día. Tras comer, el peso del mundo cae sobre tus hombros y es que no hay cojones de hacer otra cosa.






Salimos del Hotel Pepe (que bien podría llamarse Pepero por el pijerío de sus huéspedes) en Ribadesella con dirección a Tazones, el pueblo de mi abuelo paterno. Antes hicimos una parada en una playa para disfrutar del Mar Cantábrico. Hicimos una buena labor de investigación antes de iniciar el viaje y entre docenas de playas con buena pinta, nos gustó la Playa de La Espasa, a medio camino entre Gijón y Tazones. Fue un acierto total: es una playa amplísima con arena muy fina, y aunque el agua estaba un poco fría te acostumbrabas rápidamente. Pasamos un muy buen rato tanto allí como en el Chiringuito, donde pusieron muy buena música original: Kiko Veneno, Paco de Lucía... Francamente, estoy hasta los cojones de esos bares que ponen éxitos pop y rock en versión bossanova. ¿Quién cojones quiere escuchar Smells Like Teen Spirit de Nirvana en bossanova? Hay muchísima música ahí fuera, toda original y genial.









Llegamos a Tazones y la verdad, fue emocionante. El camino a Tazones es por una pequeña carretera al lado del mar, tuvimos que parar varias veces para hacer fotos y en una de esas paradas había un perro en una casa que parecía listo para saltar una verja y morderme los huevos. No lo hizo, claro, pero por poco. Tazones es muy pequeño pero justo a la orilla del mar, con buenas vistas y restaurantes de pescado fresco. Belén me permitió el honor de invitarla a comer en el pueblo de mi abuelo: pedí un rape que es el mejor que he comido. Belén comió unos salmonetes que parecían gatetes. Ir para allá mereció mucho la pena.







Decidimos saltarnos todos los puntos intermedios que teníamos previstos e ir directamente a Gijón. El hotel, Rener Los Campones, estaba muy lejos del centro pero compensaba eso con un desayuno potentísimo, con chacina de altísimo nivel, y una habitación muy grande. Era la Semana Grande de Gijón y el ambiente en la ciudad era efervescente. La ciudad estaba en plena ebullición, todo el mundo en la calle bebiendo sidra. Fuimos a cenar a un sitio llamado El Lavaderu, típica sidrería asturiana, y después fuimos a un bar llamado La Plaza, epicentro del Xixon Sound, que nos decepcionó un poco. La primera impresión no fue la mejor: un borracho sentado en un banco soltó cuatro arcadas de vómito que parecían los cuatro jinetes del Apocalipsis. Tuvimos que cambiarnos de mesa cuando el río de pota se acercaba a nosotros.








En Gijón vimos a unos amigos: Iván nos llevó a la Universidad Laboral, el edificio más grande de España. Está aún muy desaprovechado pero ese sitio tiene muchas posibilidades y toda la pinta de convertirse en el centro cultural más importante del norte de España. Tal cual. Iván conoce Gijón como la palma de su mano y nos llevó a un sitio poco habitual, la Colina del Cuervo, con unos acantilados espectaculares. Parecía que estábamos en Irlanda. Después nos llevó a un sitio que parecía un bar de mala muerte, pero que tenía un patio trasero gigantesco donde se montan unas fiestas que flipas. Era temprano y estábamos solos, cayeron cuatro botellas de sidra. Poco después quedamos con otro Iván y Manu en una sidrería en la que comimos unas fabes con rabo de toro que quitaban el sentío. Otro amigo, Luis, al que 
igual hacía 10-15 años que no veíamos, vino a los postres. Hablamos de basket, Twitter y mil cosas más. La vida real siempre gana a Twitter, es así.










Avilés es pequeña pero con mucha clase. El centro del pueblo es perfecto, con casas de muchos colores, edificios interesantes y muchos bares y restaurantes. Vimos el edifcio de Niemeyer, que es una obra de ingeniería importante, sobre todo su puente de acceso, que pasa por encima de una autopista sin casi apoyos. Avilés tiene un poco de todo, pero si tuviésemos que elegir un sitio en el que vivir en Asturias, seguramente sería Gijón.

Total, que lo hemos pasado muy bien sin tener que ir muy lejos. Montaña, playa, buena comida, buena gente, buena música, animales, naturaleza a lo bestia... Asturias siempre estará en nuestros corazones y esperamos volver en un futuro cercano. Quizás no en 2024 porque tenemos planes de ir un poco más lejos.



Esto ha sido todo, de 2009 a 2023. Un último videomensaje de Aventura Global encima de estas líneas de obligatorio visionado... Nos vemos por esos países de Dios.