sábado, 16 de agosto de 2025

Anfiteatros, colada y calas privadas en Kas




Hola a todos desde Kas. Ha sido nuestro primer día completo en nuestro hotel y la verdad, todo ha ido increíblemente bien. Un cambio de planes radical ha hecho nos planteemos hacer un blog diario en Kas porque joder, hay muchas cosas que contar como digo, el día de hoy ha dado para mucho. Un compañero de trabajo (gracias, Can) nos ha recomendado visitar la playa de Oludeniz, a dos horas de coche de aquí. Pasado mañana iremos a Kaputas, playa de nombre capcioso que hará las delicias del blog. El martes tenemos una excursión de la que ya os hablaremos. Comenzamos.



Este vídeo de aquí arriba es nuestra habitación en Kas. Lo iba a poner ayer pero la conexión es una mierda a ratos y no subía, tenía a Belén dormida y pasé de esperar más. Es una habitación sencillita pero estamos pagando por lo que hay aquí abajo. Bajando unos 110 escalones hay un zona acotada en el mar, una especie de cala a la que se baja con escalerillas, y justo allí hay muchas hamacas y un bar para comer y beber. Una maravilla, porque te bañas en el mar abierto y ves las montañas al fondo. El agua estaba perfecta de temperatura y nos hemos dedicado a hacer vídeos y fotos con la bolsa estanca. He tardadp mil millones de años es descubrir las múltiples virtudes del churro de piscina y ahora no puedo vivir sin él. Me encanta flotar sujetado por esa mierda, es genial.





De todos modos, hasta llegar a ese momento hemos hecho bastantes cosas. El desayuno del hotel es un aprobado raspado, que no haya tostadas ni café decente es un fallo garrafal. Lo primero que hemos hecho ha sido ir al Anfiteatro de Antiphellos, perfectamente conservado y seguramente remodelado, a tan solo siete minutos en coche de nuestro hotel. Hemos tenido suerte porque al llegar temprano no había casi nadie y durante unos 4-5 gloriosos minutos, directamente estábamos solos. 






Horas después hemos pasado por delante y había unas 200 personas. No he podido evitar pensar "no tendréis las fotos que tenemos nosotros, que son perfectas, hijos de puta". El sonido es bastante bueno y la vista desde arriba, con el mar al fondo, es una auténtica pasada. Muy recomendado si estás en la zona, porque además es gratis: si vas a una hora un poco rara conseguirás fotos espectaculares.






De ahí nos hemos ido a la lavandería Deniz, la única fiable de todo Kas. Ahí estaba la tal Deniz, con ocho lavadoras profesionales recibiéndonos con los brazos abiertos:

- Vaya, dos guiris más con tres bolsas de ropa, ¿qué pasa, que no hay lavadoras en vuestro país o qué?

* Mire, señora, encima que le traemos curro para ganar dinero, haga el favor de no ser tan borde.

- Bueno, visto lo que traéis y tal, serán 800 liras turcas (16.75 EUR)

* ¡Qué dices! En Barcelona lavamos esta cantidad de ropa tres veces por ese dinero. Vamos, a regatear, dejémoslo en seis...

- (interrumpiendo) PERO NO ESTÁN USTEDES EN BARCELONA, ¿verdad, señora? Esto es Kas y si no quiere volver a casa con laropa oliendo como un camión lleno de mercenarios desertores de una guerra africana, o la lava aquí o eso es lo que va pasar.

* Vale, aquí está la pasta, pero hay que regatear.

- Usted se ha pensado que yo soy Lady Chocho de Bangkok y que se puede regatear. Yo soy una profesional, oiga. Si usted regatea con Deniz, aténgase a las consecuencias.

* ¿No lo he pagado ya? PUES CÁLLESE DE UNA VEZ. Esta tarde venimos a por la ropa.



De ahí nos fuimos a la cala del hotel, rebautizada como Cala Fell por motivos obvios. La verdad, no tenía ni idea de que había un bar allí abajo, y creo que Belén tampoco. Ha sido una sorpresa muy positiva que eleva nuestra estancia aquí a otro nivel. Hemos hecho un millón de fotos en el agua con las bolsas estanca de la pura emoción del momento. Luego hay que subir los escalones, que es una auténtica jodienda porque son irregulares, con menos simetría que el barrio más cutre de Nueva Delhi, pero es el precio a pagar por semejante lujo. 





Las tumbonas son cómodas, hay sombrillas por si eres de esas personas miserables y lamentables que se esconden del sol incluso en lugares paradisíacos (como yo, por ejemplo) y mientras el mar esté en calma, todo es perfecto. Y si no, pues hay una piscina arriba que no es nada del otro mundo pero siempre está vacía.




Por la tarde fuimos a echar una partida de cartas en el centro. El que perdía pagaba el café y por supuesto, fui yo. Después volvimos a la lavandería. Deniz llevaba puesta mi camiseta del Prestoso.

* ¡¡¡SEÑORA, ESA CAMISETA ES NUESTRA!!!

- Ya, pero he pensado, joder, les lavo 11 camisetas y las devuelvo nueve, ¿no? Que se jodan, por gilipollas

* ¡¡¡PERO ESTO QUE ES!!!!

- ¿Ves? Aquí no se regatea, coño. Que te sirva como lección. Y la camiseta es mía, también estuve en el Prestoso. Los Thus Love esos son acojonantes.





Esto es, obviamente, una conversación ficticia. Realmente no regateamos, aunque nos pareció un poco caro. Hemos disfrutado de un atardecer espectacular mientras hacíamos los planes para mañana, que consisten en salir temprano, ir a Oludeniz Beach y volver a tiempo para un chapuzón extra en Cala Fell. La cena de hoy es la misma que la de ayer: hemos traído jamón, aceite de oliva y queso asturiano (comprado en Pravia). Hemos ido ya tres veces al supermercado y comprado todo lo que nos faltaba: pan, tomates, vino, etc.

Esperamos vuestros comentarios. Recuerdos desde Kas, un auténtico paraíso.

PS: Si te gustan las pipas, Turquía es tu país. Aquí todo Dios como pipas, son muy buenas y muy baratas. Una bolsa de pipas estándar vale unos 33 céntimos de euro en el supermercado. Si son de la marca Tadim, un poco más exclusivas, valen un poco más. Tadim tiene unos pistachos excelentes y sobre todo, un rebujito con todos los frutos secos buenos que es una delicia. Ya lo conocía porque han patrocinado varios años a la EuroLeague y hemos probado casi todo.

PS2: Sigue el caos circulatorio en Kas. Los turcos son el ansia viva al volante. Si un coche va a la velocidad de la vía tienen la NECESIDAD de adelantarlo por donde sea. La gente aquí aparca donde les sale de los cojones.

PS3: Aquí tienen la costumbre que la sábana es realmente una pequeña colcha. Demasiado pequeña, de hecho. Un fallo de cálculo con el aire acondicionado ha hecho que Belén y yo nos peleemos por la colcha toda la noche, tirando cada uno para su lado. Total, que hemos llamado a recepción y ahora tenemos dos para evitar acabar a hostia limpia hoy. Ajustar mejor el aire acondicionado también ayudaría. Ayer la habitación parecía el frigorifíco del alcalde de Oslo.

2 comentarios:

  1. Me parto, por un momento creí que la conversación con la lavandera era real y que apareció con la camiseta del Prestoso Fest, jajaja !!! Lo de Cala Fell es un puntazo

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    1. Gracias, Eugenio! Nah, a veces metemos conversaciones de coña y veces metemos a Lee E.Fittipaldi, que es un personaje ficticio en el blog.

      Cala Fell! El nombre definitivo!

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