domingo, 17 de agosto de 2025

Oludeniz: una de las mejores playas del mundo



Hola a todos desde Kas. Hoy ha sido otro día con mucha actividad pero las más de cinco horas de coche para ir a la playa de Oludeniz y volver han merecido la pena. Parece un plan calcado al de ayer, o sea, vamos a bañarnos y a ver ruinas grecorromanas pero no es así: lo de hoy ha sido muy diferente, muy divertido a la vez y bien merece que lo contemos con detalle.



Hemos empezado el día saliendo muy temprano de Kas: total, el desayuno del hotel es una mierda y empieza a las 08:30, lo cual entorpecía nuestros planes de llegar a Oludeniz antes de que estuviese completamente masificada (cosa que luego no sucedió, pero en fin). Hemos parado a desayunar una tostada y dos tés a la salida de Kas. Parecía una cafetería pero no tenían café, los muy malvados, enemigos de le cafeína, malas personas. La tostada estaba buena: lo que aquí llaman TOST es un sándwich de queso gratinada con un salami de vaca y no sé qué más. Esto de los billetes turcos es un auténtico monopoly hemos pagado una cuenta de cinco euros con algo así como 15 billetes. Así no hay manera, joder, que hagan algo. El pichurro turco está más devaluado que el caché de Fabián, el del Operación Triunfo original.





De camino hemos pasado por la playa de Kaputas, nuestro destino de mañana, y tenemos información relevante. Primero, solo se puede aparcar de manera chapucera en los arcenes de una carretera peligrosísima. Volvemos a lo de antes: si vamos temprano no deberíamos tener problemas, especialmente siendo lunes. Segundo, si queremos ir a Kaputas hay que bajar 186 escalones y claro, luego hay que subirlos con toda la calor que hace. El camino a Oludeniz ha sido bastante fluido menos la entrada a la playa, que ha sido más caótica que la entrada de un puticlub moldavo con 90% de descuento. Al final hemos conseguido entrar, pagar y aparcar. Ya llegaremos al tema de la pasta más adelante. Alguno estará más horrorizado que Bugs Bunny delante de una paella valenciana.








Hemos salido por el primer sitio que hemos visto abierto, llamado VirGo Beach. Nos ha recibido con una sonrisa y nos ha dicho que parecíamos locales, lo cual es un piropo. Seguramente se lo diga a cualquier guiri gilipollas que ponga un pie en el Beach Club aunque claramente vengan de Corea del Norte con una foto de Kim Jong-Un, pero ya han identificado a Belén como una persona local varias veces. En cuanto a mí, con esta combinación de altura, volumen y cara de mierda, puedo ser de cualquier país de Europa del Este en el que nadie sonríe, tenéis 10 o 12 para elegir. En fin, nos han cobrado 600 liras turcas (12 EUR; más o menos) a cada uno por una hamaca en segunda línea de playa. Nos parece bien, porque no tenemos la paranoia de que alguien nos robe y para una vez que venimos aquí, estaríamos cómodos.



La playa de Oludeniz es UNA AUTÉNTICA PASADA. No es perfecta, porque el suelo es de piedras pequeñas y quizás había demasiado oleaje, pero con unas cangrejeras y eligiendo un buen día, ya está. El agua es de un color turquesa como no hemos visto en nuestra vida y a una temperatura perfecta, para quedarse allí dentro varias horas. Nada más llegar pedimos dos cafés con hielo y posteriormente una Coca-Cola Zero para compartir. Hemos abierto la bolsa de frutos secos variados de Tadim y Belén ha flipado. Otra cosa no sé, pero en frutos secos los turcos ganan a todo el mundo por goleada. Hemos hecho unos cuantos vídeos, pero ninguno hace justicia a la belleza de esta playa. Joder, si hasta los parapentes que sobrevolaban Oludeniz le daban un punto especial.








Eso sí, nos han cobrado 48 EUR por el aparcamiento, las dos hamacas, los dos cafés y la Coca-Cola Zero. Habrá quien piense que es un atraco a mano armada, pero qué coño, solo se vive una vez y hemos estado en un sitio de un nivelón brutal, con buena música, hamacas cómodas y a escasos metros de la orilla en una de las mejores playas del mundo. Además, hemos compensado un poco con el almuerzo, que nos ha salido por unos ocho euros en total, baratísimo. Hemos comido en un bar que tenía buena pinta, Belén ha pillado una especie de pepito de cordero y a mí me han servido un bocadillo de albóndigas (kofte), los dos buenísimos. Si sabes dónde comer, Turquía está lleno de oportunidades. Es que igual es uno de los mejores bocatas que me ha comido en mi vida, tal cual. Estaba perfecto.






Antes de volver a Kas hemos parado en Xanthos, unas ruinas que han visto mejores días. Ha sido muy gracioso que el cartel ponía que solo se podía pagar en liras turcas... pero el ticket de entrada ponía 3 EUR. En qué quedamos, joder. En fin, Xanthos tuvo que ser un sitio acojonante en su momento, con mosaicos supergrandes y un anfiteatro que ha tenido que ver unas luchas de gladiadores legendarias que harían que la UFC parezca una pelea de pijas octogenarias en la cola del supermercado de El Corte Inglés. La pena es que está en un estado lamentable y solo se pueden intuir los días de gloria que debió tener. Aún así, los restos del anfiteatro son impresionantes, hay una iglesia y una necrópolis. Lo que ha pasado es que han venido cuatro chavales turcos con una música de mierda a toda hostia y se nos han quitado las ganas de explorarlo todo hasta el final.






Hemos vuelto a pasar por Kaputas Beach a la vuelta y el caos circulatorio era total, diría que hasta hemos tenido suerte de no chocarnos con nadie. Bueno, suerte y que Belén es una auténtica crack al volante y eso minimiza el peligro. Queríamos pasar por Cala Fell pero había mucha oleaje y hemos acabado en la piscina. El dueño del hotel no está nunca en su puesto de trabajo, el muy cabrón, pero siempre aparece cuando estamos en la piscina. A estas alturas debe pensar que estamos todo el puto día allí, con los antebrazos apoyados en el churro de piscina (insisto, qué invento, oigan).

Nos queda resolver el asunto de la cena, pero mañana estaremos listos para irnos a Kaputas.

PS: Nos hemos quedado sin pasta. Quiero decir, que no tenemos mucho más cash y tenemos que ir al banco. Casi todo el mundo acepta tarjetas de crédito hasta para cantidades ridículas y hasta te ponen mala cara si pagas en cash pero en fin, que se jodan.

PS2: Hemos hecho un vídeo para ilustrar cómo sería Aventura Global si lo que buscásemos fuese tener likes, clicks y demás mierdas. Os lo tenéis que imaginar con un buen micrófono y una cámara profesional. Allá va: hay que verlo hasta el final porque hay coña marinera tardía.




PS3: Acabamos de robarle cinco botellas de agua al vecino. Las ha dejado en la puerta y hemos asumido que estaban abandonadas. Nos viene muy bien porque no tenemos que cargar con ellas por las escaleras. Hey, mira, si al final el vecino estaba allí, pues qué quieres que te diga: a riesgo de ser reiterativo, que se joda.

PS4: Turquía no es país para diabéticos. Al contrario que en España, hay cero opciones sin azúcar en todo lo que son chocolates, galletas y helados. Es claramente un error que se subsanará en el futuro pero ahora mismo la cosa está bastante chunga.

PS5: Un buen amigo que conoce ambos sitios nos ha dicho que Kas es como Hvar era antiguamente. Hemos estado en Hvar varias veces y solo podemos imaginarnos cómo era antes de que llegasen los pijos, los barcos con la música a todo carajo, los beach clubs y su puta madre... pero sí, debería ser algo como esto. Espero que lo protejan porque este sitio es un verdadero tesoro.



PS6: Casi se me olvida, hostia. ¡Mirad cómo mola este semáforo!

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