Es una mierda, porque nos hemos ido de Estambul con un excelente sabor de boca. Nuestro último día en la ciudad ha empezado con un buen desayuno. He vuelto a la habitación mientras Belén se pegaba un homenaje en un hamam durante casi dos horas. Cuando volvió, lo hizo con material inflamable para el Reto de Bebidas.
Fuimos a comer cerca del sitio donde habíamos quedado con Kerem, mi amigo turco, y Alba, una amiga de Belén, modelo internacional, guapa, sofisticada y muy divertida. Habíamos quedado en un sitio llamado Karaköy Güllüoğlu, famoso por servir la mejor baclava del mundo. Dicen que venden 5,000 kilos de baclava al día y la verdad, me lo creo. Pedí la baclava tradicional de pistacho rellena de helado de nata, el clásico entre los clásicos, mi favorita. He disfrutado como un niño pequeño.
Luego hemos quedado con Alba en una moderna cafetería, y de ahí nos hemos ido a beber un poco, todos menos ella. Nos ha llevado al hotel para una última visita al despacho a ver a La Federica. ¿Quién es La Federica? Una cerveza llamado Frederik IPA que nos ha gustado mucho, la fabrica Tuborg. Ha sido una tarde para recordar, con gente muy diversa y muchísimas risas. Uno de esos encuentros imposible que pasan de vez en cuando. Una maravilla.
Alba ha tirado de contactos para que nos lleven gratis al aeropuerto en un Mercedes negro. Estaba claro que algo malo iba a pasar, porque tanta dicha desbordante no podía ser. Y efectivamente, llegamos al mostrador de Turkish y boom, seis horas de retraso, con su puta madre. Nuestra ira ha ido creciendo desde entonces, al menos al mía. En el control de equipajes de mano estaba el típico que va empujando la caja donde está tu bolsa con dos objetivos: llegar a la suya antes y molestar al de delante gratuitamente. La caja ha llegado a un tope y ya no podía avanzar más. A ver, si llega a ser por este phulano estaría empujándola hasta Corea del Norte, el muy cabrón. Cuando la llegado al tope, me he girado y le he dicho, en español: "ahora te jodes, por ser tan hijo de puta". Me ha entendido perfectamente, pero me ha dado igual.
Y aquí seguiremos, en el IGA Lounge, donde pasaremos una noche muy larga. La estrategia que teníamos para el primer día en Bangkok, a tomar por culo. La estrategia para el jet lag, a tomar por culo. Todo ha saltado por los aires, y nos toca improvisar. Mañana os contaremos.
PS: Uno de los (muchos) personajes pintorescos que hemos visto hoy en el aeropuerto es un señor español que lleva dos días aquí. Le cancelaron un vuelo ayer, y hoy está en la misma situación que nosotros con Bangkok. Era gracioso ver cómo se cagaba en media Turquía, disparando a izquierda y derecha... pero sin perder la sonrisa. Tiene que ser un psicópata de los chungos, el pobre mamón.
A la vuelta reclamad que os corresponde indemnización!!!! No lo dejéis pasar.
ResponderEliminarTofalmente. Es lo primero que haremos. Gracias por seguirnos como siempre, Zuri
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