lunes, 18 de agosto de 2025

Susto mortal, Kaputas y visita al centro de Kas


Hola a todos aún desde Kas. Estamos viendo Masterchef Turquía porque aunque no entendemos ni papa de turco, conocemos la dinámica del programa y es fácil de seguir. Nos quedan tres días más aquí: el viernes 22 salimos hasta Antalya y el sábado 23 aterrizamos en Barcelona via Estambul. Hay muchas cosas que os podemos contar hoy y lo vamos a hacer... pero lo mas importante es que hemos evitado un accidente de coche importante por milésimas de segundos. En circunstancias normales deberíamos estar en el hospital o quien sabe si en el otro barrio.

Íbamos camino de la playa de Kaputas, a 15Km de Kas, por una carretera de un carril en cada sentido. De repente, un coche en el carril contrario giró en nuestro dirección con un ángulo de 45 grados, acelerando para pillar una salida que estaba en nuestro lado de la carretera. La hija de la gran puta que conducía no puso ningún intermitente y calculó mal, iba totalmente en nuestra trayectoria. Yo dije "cuidao" nada más girar, Belén frenó en seco inmediatamente (si no es por su velocidad de reacción igual no lo contamos) y el coche, al que llamamos Otto, respondió a las mil maravillas. Siempre ponemos nombre a nuestros coches alquilados en el extranjero: este se llama Otto porque oto es coche en turco, y por Otto el basurero, el de Pulp Fiction.



Total, que la cosa se ha quedado en un susto mayúsculo y hemos ido al resto del camino con más miedo que siete viejas. Aparcar cerca de Kaputas Beach, como explicaba ayer, no es lo más fácil del mundo y mucha gente deja el coche en el arcén, incluso con parte del coche dentro del trazado de la carretera. Es un horror transitar por allí y la gente va más estresada que Andrea Janeiro en un Kentucky Fried Chicken.








Hay que pagar 50 liras turcas por persona, poco más de un euro, para acceder a la playa de Kaputas, bajando 186 escalones hasta llegar a la arena. Cosas buenas de la playa: el agua es turquesa, la localización es perfecta y el hecho de bajar hace que se parezca a Dubovica, en Hvar, una de nuestras playas favoritas de Europa. La arena se convierte en piedras cada vez más grandes hasta que pierdes pie a solo tres metros de la orilla. El problema de la playa es la masificación: era lunes y a las 09:00 ya había bastante gente. A las 10:30 es imposible alquilar una hamaca, que valen 230 liras turcas, unos cinco euros, para todo el día. A las 12 de la mañana está totalmente llena de gente y lo mejor es salir de allí, subir los 186 ecsalones y escapar del caos circulatorio.



Es lo que hemos hecho, claro. Ya llevábamos tres horas en la playa, cada vez con más calor, más gente y más olas. Kaputas es para ir una vez y no volver, la verdad. Por supuesto, hay que ir temprano o todo serán desventajas.





Hemos hecho unos cuantos recados (sacar dinero, poner gasolina, comprar crema solar) antes de ir a comer en el centro de Kas. No habíamos visto el pueblo en sí y nos ha sorprendido muy gratamente, con calles muy bien decoradas, puestos de souvenirs completamente caóticos (y sin camisetas, lo cual me sorprende) y mucho encanto. Como en el resto de Turquía, la presencia de Ataturk, el mejor líder que ha tenido el país, modernizándolo completamente, está por todas partes.







Fuimos a comer una baklava que resultó ser mediocre. A ver, la baklava buena es de pistacho, triangular, alargada y se sirve con un helado especial. Hemos tenido suerte porque nos llamó la atención un supermercado gourmet llamado Muhtal y hemos entrado a comprar champú, gel y esas cosas. Vendían la baklava perfecta y también el helado con el que se sirve. Hemos merendado baklava en la habitación y OH SHIT, como siempre, es el mejor postre del mundo. No hay nada igual de bueno que una buena baklava, y la del Muhtal es excelente. Buen supermercado, además.



Mañana hacemos una excursión por una ciudad sumergida y varias playas. Espero que el viento nos respete, porque hoy ha soplado fortísimo por la tarde y no hemos podido ir a Cala Fell. Por cierto, aquí son adictos al té, pero siempre te sirven la misma variedad, un té rojo que se bebe en todas partes y a todas horas. Pasa lo mismo con el pan, hay solo un tipo de hogaza, es siempre la misma y baratísima, rollo 33 céntimos de euro. Ya podían hacer lo mismo con la baklava y servir solo la buena, que hay que ser cabrones.

Me he apuntado una serie de mierdas para los posdatas. Vamos allá:

PD: En turco, agua se dice SU. Así, tal cual. Eso hace que puedas hacer el grito desagradable de Cristiano Ronaldo en todos los bares. Dices SUUUUUUUU y te traen agua, pero no somos tan gilipollas de pegar ese grito para hacer la coña. No somos madridistas, para empezar.

PD2: Dudamos profundamente que exista la ITV en Turquía. Hemos visto coches que se caían a cachos circulando hasta sin matrícula. Añadido al caos circulatorio, algunas playas no tienen banderas ni socorristas, pero da igual porque hoy en Kaputas han sacado bandera roja y a la gente le ha sudado los huevos, todo Dios bañándose.

PD3: Hemos definido el estilo de conducción de aquí como "tengo 18 años, me acaba de llamar mi novia y me ha dicho que está sola en casa y con las bragas en la mano". Pues así conducen, con más prisa que en esa situación.

PD4: Por motivos obvios vamos a dejar el cameo ficticio de Lee E. Fittipaldi para otro viaje. No estamos para hablar de gente yendo a toda hostia después de lo que (casi) nos pasa.

PD5: Clasificamos los países como de vino o de cerveza. Turquía es claramente de cerveza. Países de vino: Francia, Italia, Chile.... Países de cerveza: Inglaterra, Bélgica, Japón... España y Australia son excepciones porque son de las dos cosas. Quizás por eso nos llevamos bien.

PD6: Si no sabéis quién es Otto el basurero en Pulp Fiction, quizás deberíais verla otra vez. Se le menciona muy al final...

domingo, 17 de agosto de 2025

Oludeniz: una de las mejores playas del mundo



Hola a todos desde Kas. Hoy ha sido otro día con mucha actividad pero las más de cinco horas de coche para ir a la playa de Oludeniz y volver han merecido la pena. Parece un plan calcado al de ayer, o sea, vamos a bañarnos y a ver ruinas grecorromanas pero no es así: lo de hoy ha sido muy diferente, muy divertido a la vez y bien merece que lo contemos con detalle.



Hemos empezado el día saliendo muy temprano de Kas: total, el desayuno del hotel es una mierda y empieza a las 08:30, lo cual entorpecía nuestros planes de llegar a Oludeniz antes de que estuviese completamente masificada (cosa que luego no sucedió, pero en fin). Hemos parado a desayunar una tostada y dos tés a la salida de Kas. Parecía una cafetería pero no tenían café, los muy malvados, enemigos de le cafeína, malas personas. La tostada estaba buena: lo que aquí llaman TOST es un sándwich de queso gratinada con un salami de vaca y no sé qué más. Esto de los billetes turcos es un auténtico monopoly hemos pagado una cuenta de cinco euros con algo así como 15 billetes. Así no hay manera, joder, que hagan algo. El pichurro turco está más devaluado que el caché de Fabián, el del Operación Triunfo original.





De camino hemos pasado por la playa de Kaputas, nuestro destino de mañana, y tenemos información relevante. Primero, solo se puede aparcar de manera chapucera en los arcenes de una carretera peligrosísima. Volvemos a lo de antes: si vamos temprano no deberíamos tener problemas, especialmente siendo lunes. Segundo, si queremos ir a Kaputas hay que bajar 186 escalones y claro, luego hay que subirlos con toda la calor que hace. El camino a Oludeniz ha sido bastante fluido menos la entrada a la playa, que ha sido más caótica que la entrada de un puticlub moldavo con 90% de descuento. Al final hemos conseguido entrar, pagar y aparcar. Ya llegaremos al tema de la pasta más adelante. Alguno estará más horrorizado que Bugs Bunny delante de una paella valenciana.








Hemos salido por el primer sitio que hemos visto abierto, llamado VirGo Beach. Nos ha recibido con una sonrisa y nos ha dicho que parecíamos locales, lo cual es un piropo. Seguramente se lo diga a cualquier guiri gilipollas que ponga un pie en el Beach Club aunque claramente vengan de Corea del Norte con una foto de Kim Jong-Un, pero ya han identificado a Belén como una persona local varias veces. En cuanto a mí, con esta combinación de altura, volumen y cara de mierda, puedo ser de cualquier país de Europa del Este en el que nadie sonríe, tenéis 10 o 12 para elegir. En fin, nos han cobrado 600 liras turcas (12 EUR; más o menos) a cada uno por una hamaca en segunda línea de playa. Nos parece bien, porque no tenemos la paranoia de que alguien nos robe y para una vez que venimos aquí, estaríamos cómodos.



La playa de Oludeniz es UNA AUTÉNTICA PASADA. No es perfecta, porque el suelo es de piedras pequeñas y quizás había demasiado oleaje, pero con unas cangrejeras y eligiendo un buen día, ya está. El agua es de un color turquesa como no hemos visto en nuestra vida y a una temperatura perfecta, para quedarse allí dentro varias horas. Nada más llegar pedimos dos cafés con hielo y posteriormente una Coca-Cola Zero para compartir. Hemos abierto la bolsa de frutos secos variados de Tadim y Belén ha flipado. Otra cosa no sé, pero en frutos secos los turcos ganan a todo el mundo por goleada. Hemos hecho unos cuantos vídeos, pero ninguno hace justicia a la belleza de esta playa. Joder, si hasta los parapentes que sobrevolaban Oludeniz le daban un punto especial.








Eso sí, nos han cobrado 48 EUR por el aparcamiento, las dos hamacas, los dos cafés y la Coca-Cola Zero. Habrá quien piense que es un atraco a mano armada, pero qué coño, solo se vive una vez y hemos estado en un sitio de un nivelón brutal, con buena música, hamacas cómodas y a escasos metros de la orilla en una de las mejores playas del mundo. Además, hemos compensado un poco con el almuerzo, que nos ha salido por unos ocho euros en total, baratísimo. Hemos comido en un bar que tenía buena pinta, Belén ha pillado una especie de pepito de cordero y a mí me han servido un bocadillo de albóndigas (kofte), los dos buenísimos. Si sabes dónde comer, Turquía está lleno de oportunidades. Es que igual es uno de los mejores bocatas que me ha comido en mi vida, tal cual. Estaba perfecto.






Antes de volver a Kas hemos parado en Xanthos, unas ruinas que han visto mejores días. Ha sido muy gracioso que el cartel ponía que solo se podía pagar en liras turcas... pero el ticket de entrada ponía 3 EUR. En qué quedamos, joder. En fin, Xanthos tuvo que ser un sitio acojonante en su momento, con mosaicos supergrandes y un anfiteatro que ha tenido que ver unas luchas de gladiadores legendarias que harían que la UFC parezca una pelea de pijas octogenarias en la cola del supermercado de El Corte Inglés. La pena es que está en un estado lamentable y solo se pueden intuir los días de gloria que debió tener. Aún así, los restos del anfiteatro son impresionantes, hay una iglesia y una necrópolis. Lo que ha pasado es que han venido cuatro chavales turcos con una música de mierda a toda hostia y se nos han quitado las ganas de explorarlo todo hasta el final.






Hemos vuelto a pasar por Kaputas Beach a la vuelta y el caos circulatorio era total, diría que hasta hemos tenido suerte de no chocarnos con nadie. Bueno, suerte y que Belén es una auténtica crack al volante y eso minimiza el peligro. Queríamos pasar por Cala Fell pero había mucha oleaje y hemos acabado en la piscina. El dueño del hotel no está nunca en su puesto de trabajo, el muy cabrón, pero siempre aparece cuando estamos en la piscina. A estas alturas debe pensar que estamos todo el puto día allí, con los antebrazos apoyados en el churro de piscina (insisto, qué invento, oigan).

Nos queda resolver el asunto de la cena, pero mañana estaremos listos para irnos a Kaputas.

PS: Nos hemos quedado sin pasta. Quiero decir, que no tenemos mucho más cash y tenemos que ir al banco. Casi todo el mundo acepta tarjetas de crédito hasta para cantidades ridículas y hasta te ponen mala cara si pagas en cash pero en fin, que se jodan.

PS2: Hemos hecho un vídeo para ilustrar cómo sería Aventura Global si lo que buscásemos fuese tener likes, clicks y demás mierdas. Os lo tenéis que imaginar con un buen micrófono y una cámara profesional. Allá va: hay que verlo hasta el final porque hay coña marinera tardía.




PS3: Acabamos de robarle cinco botellas de agua al vecino. Las ha dejado en la puerta y hemos asumido que estaban abandonadas. Nos viene muy bien porque no tenemos que cargar con ellas por las escaleras. Hey, mira, si al final el vecino estaba allí, pues qué quieres que te diga: a riesgo de ser reiterativo, que se joda.

PS4: Turquía no es país para diabéticos. Al contrario que en España, hay cero opciones sin azúcar en todo lo que son chocolates, galletas y helados. Es claramente un error que se subsanará en el futuro pero ahora mismo la cosa está bastante chunga.

PS5: Un buen amigo que conoce ambos sitios nos ha dicho que Kas es como Hvar era antiguamente. Hemos estado en Hvar varias veces y solo podemos imaginarnos cómo era antes de que llegasen los pijos, los barcos con la música a todo carajo, los beach clubs y su puta madre... pero sí, debería ser algo como esto. Espero que lo protejan porque este sitio es un verdadero tesoro.



PS6: Casi se me olvida, hostia. ¡Mirad cómo mola este semáforo!

sábado, 16 de agosto de 2025

Anfiteatros, colada y calas privadas en Kas




Hola a todos desde Kas. Ha sido nuestro primer día completo en nuestro hotel y la verdad, todo ha ido increíblemente bien. Un cambio de planes radical ha hecho nos planteemos hacer un blog diario en Kas porque joder, hay muchas cosas que contar como digo, el día de hoy ha dado para mucho. Un compañero de trabajo (gracias, Can) nos ha recomendado visitar la playa de Oludeniz, a dos horas de coche de aquí. Pasado mañana iremos a Kaputas, playa de nombre capcioso que hará las delicias del blog. El martes tenemos una excursión de la que ya os hablaremos. Comenzamos.



Este vídeo de aquí arriba es nuestra habitación en Kas. Lo iba a poner ayer pero la conexión es una mierda a ratos y no subía, tenía a Belén dormida y pasé de esperar más. Es una habitación sencillita pero estamos pagando por lo que hay aquí abajo. Bajando unos 110 escalones hay un zona acotada en el mar, una especie de cala a la que se baja con escalerillas, y justo allí hay muchas hamacas y un bar para comer y beber. Una maravilla, porque te bañas en el mar abierto y ves las montañas al fondo. El agua estaba perfecta de temperatura y nos hemos dedicado a hacer vídeos y fotos con la bolsa estanca. He tardadp mil millones de años es descubrir las múltiples virtudes del churro de piscina y ahora no puedo vivir sin él. Me encanta flotar sujetado por esa mierda, es genial.





De todos modos, hasta llegar a ese momento hemos hecho bastantes cosas. El desayuno del hotel es un aprobado raspado, que no haya tostadas ni café decente es un fallo garrafal. Lo primero que hemos hecho ha sido ir al Anfiteatro de Antiphellos, perfectamente conservado y seguramente remodelado, a tan solo siete minutos en coche de nuestro hotel. Hemos tenido suerte porque al llegar temprano no había casi nadie y durante unos 4-5 gloriosos minutos, directamente estábamos solos. 






Horas después hemos pasado por delante y había unas 200 personas. No he podido evitar pensar "no tendréis las fotos que tenemos nosotros, que son perfectas, hijos de puta". El sonido es bastante bueno y la vista desde arriba, con el mar al fondo, es una auténtica pasada. Muy recomendado si estás en la zona, porque además es gratis: si vas a una hora un poco rara conseguirás fotos espectaculares.






De ahí nos hemos ido a la lavandería Deniz, la única fiable de todo Kas. Ahí estaba la tal Deniz, con ocho lavadoras profesionales recibiéndonos con los brazos abiertos:

- Vaya, dos guiris más con tres bolsas de ropa, ¿qué pasa, que no hay lavadoras en vuestro país o qué?

* Mire, señora, encima que le traemos curro para ganar dinero, haga el favor de no ser tan borde.

- Bueno, visto lo que traéis y tal, serán 800 liras turcas (16.75 EUR)

* ¡Qué dices! En Barcelona lavamos esta cantidad de ropa tres veces por ese dinero. Vamos, a regatear, dejémoslo en seis...

- (interrumpiendo) PERO NO ESTÁN USTEDES EN BARCELONA, ¿verdad, señora? Esto es Kas y si no quiere volver a casa con laropa oliendo como un camión lleno de mercenarios desertores de una guerra africana, o la lava aquí o eso es lo que va pasar.

* Vale, aquí está la pasta, pero hay que regatear.

- Usted se ha pensado que yo soy Lady Chocho de Bangkok y que se puede regatear. Yo soy una profesional, oiga. Si usted regatea con Deniz, aténgase a las consecuencias.

* ¿No lo he pagado ya? PUES CÁLLESE DE UNA VEZ. Esta tarde venimos a por la ropa.



De ahí nos fuimos a la cala del hotel, rebautizada como Cala Fell por motivos obvios. La verdad, no tenía ni idea de que había un bar allí abajo, y creo que Belén tampoco. Ha sido una sorpresa muy positiva que eleva nuestra estancia aquí a otro nivel. Hemos hecho un millón de fotos en el agua con las bolsas estanca de la pura emoción del momento. Luego hay que subir los escalones, que es una auténtica jodienda porque son irregulares, con menos simetría que el barrio más cutre de Nueva Delhi, pero es el precio a pagar por semejante lujo. 





Las tumbonas son cómodas, hay sombrillas por si eres de esas personas miserables y lamentables que se esconden del sol incluso en lugares paradisíacos (como yo, por ejemplo) y mientras el mar esté en calma, todo es perfecto. Y si no, pues hay una piscina arriba que no es nada del otro mundo pero siempre está vacía.




Por la tarde fuimos a echar una partida de cartas en el centro. El que perdía pagaba el café y por supuesto, fui yo. Después volvimos a la lavandería. Deniz llevaba puesta mi camiseta del Prestoso.

* ¡¡¡SEÑORA, ESA CAMISETA ES NUESTRA!!!

- Ya, pero he pensado, joder, les lavo 11 camisetas y las devuelvo nueve, ¿no? Que se jodan, por gilipollas

* ¡¡¡PERO ESTO QUE ES!!!!

- ¿Ves? Aquí no se regatea, coño. Que te sirva como lección. Y la camiseta es mía, también estuve en el Prestoso. Los Thus Love esos son acojonantes.





Esto es, obviamente, una conversación ficticia. Realmente no regateamos, aunque nos pareció un poco caro. Hemos disfrutado de un atardecer espectacular mientras hacíamos los planes para mañana, que consisten en salir temprano, ir a Oludeniz Beach y volver a tiempo para un chapuzón extra en Cala Fell. La cena de hoy es la misma que la de ayer: hemos traído jamón, aceite de oliva y queso asturiano (comprado en Pravia). Hemos ido ya tres veces al supermercado y comprado todo lo que nos faltaba: pan, tomates, vino, etc.

Esperamos vuestros comentarios. Recuerdos desde Kas, un auténtico paraíso.

PS: Si te gustan las pipas, Turquía es tu país. Aquí todo Dios como pipas, son muy buenas y muy baratas. Una bolsa de pipas estándar vale unos 33 céntimos de euro en el supermercado. Si son de la marca Tadim, un poco más exclusivas, valen un poco más. Tadim tiene unos pistachos excelentes y sobre todo, un rebujito con todos los frutos secos buenos que es una delicia. Ya lo conocía porque han patrocinado varios años a la EuroLeague y hemos probado casi todo.

PS2: Sigue el caos circulatorio en Kas. Los turcos son el ansia viva al volante. Si un coche va a la velocidad de la vía tienen la NECESIDAD de adelantarlo por donde sea. La gente aquí aparca donde les sale de los cojones.

PS3: Aquí tienen la costumbre que la sábana es realmente una pequeña colcha. Demasiado pequeña, de hecho. Un fallo de cálculo con el aire acondicionado ha hecho que Belén y yo nos peleemos por la colcha toda la noche, tirando cada uno para su lado. Total, que hemos llamado a recepción y ahora tenemos dos para evitar acabar a hostia limpia hoy. Ajustar mejor el aire acondicionado también ayudaría. Ayer la habitación parecía el frigorifíco del alcalde de Oslo.

viernes, 15 de agosto de 2025

Road trip por Turquía: playa, ruinas y muchos kilómetros




Hola a todos desde Kas, donde estaremos una semana entera. Ha sido un día interesante, sobre todo para mí. Belén me había preparado una ruta sorpresa de Antalya a Kas parando en un montón de sitios. Empezamos el día en el hotel de Antalya y su desayuno sin opciones: te sientas y te traen un plato lleno de cosas, con una tortilla en una cacerola aparte. El trayecto hasta Kas eran tres horas y media sin parar y claro, hemos ido parando aquí y allá.







La mejor parada ha sido sin duda la primera, en las ruinas de Phaselis, o Fasélide en castellano. Es un sitio espectacular: hay un montón de ruinas romanas y mucha gente trabajando en su restauración. En el recinto, que es de pago, hay varias playas y fuimos a una increíble, rodeada de árboles con las montañas justo detrás, agua limpia y muy caliente, quizás demasiado caliente. Nos ha llamado mucho la atención que había gente con diferentes etnias y outfits en la playa, desde el bikini al burkini.




El problema es que había que pagar 10 EUR cada uno y como era la primera parada, estuvimos media hora o así. Los ciudadanos turcos pagan casi cinco veces menos, lo cual es normal: no sé, los sevillanos entramos gratis al Alcázar, pues esto es parecido. Con lo que me he gastado en las dos entradas, hemos comido, aparcado en otra playa (Olympos, en la que no entramos), comprado tres tipos de fruta, un zumo de naranja recién exprimidas y una hogaza de pan. Y aún nos ha sobrado dinero, oigan.





A partir de ahí los planes se torcieron irreversiblemente. Íbamos a parar para ver unas ruinas en el mar y cuando llegamos era un punto en el medio de una carretera peligrosísima en la que no se podía estacionar el coche. Hemos intentado ir a ver un anfiteatro romano y nos hemos metido por un pedregal infame sin llegar a ver nada de nada, volviendo a la carretera nacional por un camino entre cultivos tapados con plásticos. Parecía que iba a salir un agricultor turco de la nada para pegarnos un tiro en el culo.





El mejor momento de esta segunda parte de la travesía ha sido comer en un pintoresco y aparentemente mugriento bar de carretera. Cambié de opinión rápidamente al ir al baño. Sí, el sitio era altamente cochambroso pero los baños estaban limpios como una patena. Pedimos un plato local llamado Kavurma, que llevaba carne, pimiento verde y cebolla, nada más. Venía con unos tomates de acompañamiento. Hemos comido muy bien por unos 13 EUR los dos.





La llegada a Kas ha sido apoteósica, bajando por una carretera con cuatro curvas de herradura seguidas para llegar a un caos ingobernable de coches mal aparcadps y gente vendiendo cosas. De algún modo y por intervención divina hemos conseguido aparcar justo al lado de un mercadillo de frutas, verduras y ropa. Igual era el karma compensando a Belén por tantas horas al volante. También hemos comprado una botella de vino que hemos metido en la nevera de la habitación. La primera vez que he abierto la nevera, ha caído la botella al suelo. Soy el tío más torpe del mundo.





La habitación en Kas es impresionante. Estamos en el Arpias Hotel, famoso por la lengua viperina y capacidad de criticar de las dueñas. Hemos encajado bien, claro. La habitación tiene unas magníficas vistas al mar y se ve al sol hundirse en el mar al atardecer con un montón de colores. Esta será nuestra privilegiada vista durante los próximos siete días.



No esperen un blog diario a partir de ahora. Mañana iremos a una lavandería local a primera hora de la mañana y después... es después. Toca descansar y cuando hagamos excursiones os lo contaremos todo por aquí. Kas promete mucho y tendréis noticias nuestras en los próximos días.

jueves, 14 de agosto de 2025

Bazar, caos y hospitalidad en Antalya




Hola a todos aún desde Antalya. Me he despertado temprano para hacer esta segunda entrada de blog. Ayer hablamos de Oviedo, Madrid y el espectacular concierto de Oasis en Edimburgo. No conté nada de Edimburgo por dos motivos, básicamente no vimos nada de nada en 24 horas para centrarnos en todo lo que rodea a Oasis... y que ya lo explicamos en su momento cuando fuimos en 2019. Edimburgo es la segunda ciudad que más mola de Gran Bretaña tras Londres, claro. Londres es otra cosa.





Empezaré en orden cronológico a pesar de tener infinitas ganas de hablar del hotel. El aire acondicionado me está ganando la batalla y ahora me está echando un chorro de aire caliente altamente desagradable. El tránsito de Edimburgo a Antalya no fue fácil. Llegamos más o menos justitos al aeropuerto porque cogimos un Uber y había atasco. Hay un tranvía que te lleva al aeropuerto, cuesta 7.50que por persona (unos nueve euros), tiene paradas en toda la ciudad y muchos sitios para poner las maletas. Ah, y pasa cada 10 minutos. Es absurdo pillar otra cosa para ir para allá, pero es lo que hicimos. Mala decisión, una gilipollez más en nuestra cuenta.





Llegamos y el aeropuerto es la mar de cutre. Tienes que poner tú mismo la maleta en una especie de cinta transportadora comunitaria y la organización de las colas es indigna para un aeropuerto del Reino Unido. Todo mal. El vuelo con Turkish Airlines fue bueno porque nos quedó libre el asiento del medio y dormimos un buen rato. Eso sí, hicimos tránsito en Estambul y fue muy justo: teníamos que ir al tránsito de vuelos nacionales, pasar control de pasaportes y control de equipaje hasta llegar al sitio correcto. Perdimos el agua, pero descubrí que con mi billete podía ir a una pequeña sala VIP y volví cargado de botellas de agua. Las gallinas que entran por las que salen.






El hotel de Antalya es raro. Sospechamos que era un puticlub antes: habitación gigante, un sofá ergonómico en la entrada que sirve para follar, un jacuzzi gigante y una cama grandísima en la que Belén aún duerme. Las persianas son de risa, entra más luz que si viniese el Espíritu Santo a tomar café. Bueno, dada la reputación del Espíritu Santo y las características de la habitación, igual acabaríamos inseminados los dos. No hemos hecho funcionar el jacuzzi porque no está muy limpio. Hay unos pelos muy sospechosos en algunos agujeros que podrían proceder del escroto de algún sexagenario calentón que se metió allí con una prostituta ex-soviética de turno.



Total, que no he dormido una mierda. Ayer sí porque me tomé una Dormidina y con el cansancio dormimos 12 horas. Una cosa buena del hotel es que el desayuno es muy bueno y cierra a las 12. Ayer fue nuestra única opción de ver Antalya pero antes, hablemos del tráfico. Belén se ha adaptado bien a la situación... pero esto es un caos. Coches que salen de todas partes, adelantamientos que ni en la Formula 1, nulo respeto por las reglas, motos llevando el casco solo medio puesto, niños sentados delante sin el cinturón de seguridad, gente transportada en la parte de atrás de un camión como si fuesen ganado... Horroroso. Fuimos al Bazar, que estuvo bastante bien, compramos un par de especias para llevarlas a Barcelona (envasadas al vacío, claro, para evitar oler a curry dos meses). Había maniquíes espeluznantes por todas partes y muy poca gente, diría que más vendedores que clientes. Vimos la puerta de Hadrián, con H, y una mezquita más bien pequeña.









Comimos un kebab rápido y nos fuimos porque teníamos cosas que hacer. Ha venido Kerem a vernos. Kerem es mi hermano turco desde que compartimos habitación en Bournemouth, Inglaterra en 1991. Son 34 años de amistad y estoy muy orgulloso de él, es un gran tipo. Tenía que arreglar unos asuntos en Antalya y lo hizo coincidir: hoy vuela de vuelta a Estambul para ver a su Galatasaray. Kerem tiene una concuñada en Antalya que se llama Nevin y esta le recomendó un hamam a Belén que resultó ser impresionante. Ella os lo comentará un día de estos.





Estuve de cervezas con Kerem mientras Belén estaba en el hamam y luego nos fuimos a comer al 7 Mehmet, el mejor restaurante de Antalya. Una pasada, todo perfecto. Kerem pidió comida para un regimiento, eso sí. Al final de la noche fuimos a casa de Nevin a tomar café. No estoy acostumbrado a tomar café tan tarde, y el café turco es más fuerte que un cubata de amoniaco. Su hija, Melis, es fan de Fontaines DC, uno de nuestros grupos favoritos. Seguro que vendrá a Barcelona pronto y le devolveremos la cortesía. Buena gente, en definitiva, encantadores. Kerem se durmió en el coche y me pude vengar de una foto que me hizo hace 34 años.... Es el mejor, encajó bien la broma y me mandó la foto original. La tiene digitalizada, el muy cabrón.






Hoy salimos para Kas, nuestro destino vacacional principal este año. Estaremos allí varios días. Hay tres horas y media de coche que serán más del doble porque Belén ha hecho una hoja de ruta con paradas en anfiteatros romanos, restaurantes deliciosos y playas espectaculares. El día de hoy promete mucho, os lo contaremos todo por la noche. Tres entradas de blog en un día, no está mal.

PS: Hemos comprado una SIM local. En el aeropuerto nos pedían 5000 liras turcas por una SIM. En la ciudad, en una tienda de Turk Telekom, hemos pagado 2200 liras turcas por dos SIMs con 25 Gb cada una, casi cinco veces menos. Recomendación: no comprarla en el aeropuerto, al menos no en Turquía.

PS2: Ayer a las 12 de la noche un señor del hotel intentó arreglar el jacuzzi es postura acrobática porque el tapón no cerraba. El tipo puso un cenicero boca abajo y una lata de Lipton. Supongo que no sabe que en cuanto se llene de cientos de litros de agua, esa mierda flota y el jacuzzi se vacía otra vez. Total, que lo dejamos por imposible.

PS3: El vídeo del centro de Antalya está muy bien, aunque solo sea porque Belén da una explicación histórica y yo digo.... esta es la estatua de... ¡Attalos! ¡Attalos a la cama y llámalos Manuela! La cultura que nos merecemos, amigos.:)