La verdad es que ha habido mucho y bueno desde la última vez que escribimos aquí. Diría que el mejor momento de todos tuvo que ver con nuestro debut cinematográfico como productores de pacotilla. Me explico: Belén colaboró en un cortometraje avisando de los peligros del balconing. Lo hizo por amor al arte y porque creía en el proyecto. Miqui, el director, tenía otro documental sobre karting, llamado RacingHood, nominado a dos premios en uno de los festvales de cine deportivo más prestigiosos del mundo, el Paladino d'Oro Sport Film Festival en Palermo. Solo optaría a premio si iban a la gala, y no podían ir, así que fuimos a Palermo en Noviembre con casi todos los gastos pagados para representar a RacingHood.
Fue un fin de semana magnífico, haciendo turismo por Palermo, probando la gastronomía local y conociendo un montón de gente de muchas partes del mundo. El colofón era la gala del Palladino d'Oro, en la que RacingHood estaba nominado a dos premios. Por coña, ensayamos un discurso por si teníamos que recibir un premio, midiendo los 30 segundos que teníamos para dar las gracias al equipo, pero también a Raffaella Carrá y Franco Battiato, recientemente fallecidos e ídolos en nuestra casa. Lo mejor del fin de semana fue entrar en el teatro y ver cómo los voluntarios nos aplaudían, haciendo un pasillo. Somos unos farsantes, sí, pero damos el pego.
Nos sentaron bastante atrás y en el medio de una fila, estaba claro que no nos iban a dar ningún premio. RacingHood estaba nominada en dos de las primeras tres categorías, mejor sonido y mejor edición. Segundos antes de que diesen el premio de mejor edición nos avisó la regidora: teníamos que ir a recoger el premio. No puedo expresar con palabras el subidón de adrenalina que nos dio, increíble, y eso que no era ni nuestro documental ni nada. ¿Hicimos el discurso que teníamos preparado? Joder, vaya si lo hicimos. Qué huevos los nuestros.
Otro recuerdo imborrable fue que los ganadores nos fuimos a celebrarlo al último bar que quedaba abierto en Palermo. La comida en la gala fue escasa y comimos, bebimos y reímos muchísimo. Creo que representamos a RacingHood como Dios manda. De hecho, si alguien nos quiere invitar a más ceremonias de premios por la patilla estamos dispuestos a discutirlo. Por favor.
Aparte, y yendo en orden cronológico inverso, acabamos de volver de la Final Four en Kaunas, Lituania. El Real Madrid ganó el título y mientras yo no salía del pabellón, Belén tuvo tiempo de volver a Trakai y Vilnius con un buen grupo de amigos que viajan a cada Final Four. También fuimos a A Coruña de escapada de fin de semana. Los Pixies tocaban el jueves de esa semana en Barcelona y el sábado en A Coruña, pero pensamos que era buena idea ir para allá.
Nos pusimos ciegos de pulpo, visitamos el Museo de Estrella Galicia, que fue una gratísima sorpresa, estuvimos en la Plaza de María Pita y en la Torre de Hércules... y por supuesto, el concierto de los Pixies fue puntero. Fiel a su siesal estilo, los tipos no dijeron ni hola ni adiós, tocaron algo así como 37 canciones y se fueron. Pienso que A Coruña se ve en un día con prisas y en dos sin prisas. Coño, ¿y quién quiere tener prisa cuando está de vacaciones? ¿Qué sois, de esa gente que quiere ver 200 sitios en un mes? Lo hemos hecho, y no merece la pena. Hacedle caso al Tío Javi de una puta vez: viajen, pero con calma.
Qué más. Ah sí, hicimos una fiesta para celebrar el cumpleaños de Belén. Nada pomposo ni extravagante, como podéis ver en las fotos. Una cosa discreta, en petit comité, sin grandes alardes. Heh. Si estuvísteis allí, ya sabéis cómo fue y si no... Ah, os la perdísteis. Gran putada.
Este verano no habrá gran viaje, pero sí que haremos blog. A la que tenga otro ratito, pronto, os informo de nuestras actividades. Bodas, música, relax... y a lo mejor, una gran sorpresa baloncestística.
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