lunes, 3 de noviembre de 2025

Octubre: celebrando 25 años en Amsterdam




Hola a todos desde Barcelona. Ya lo sé, al final no cerramos del todo el viaje a Turquía. Sí, hemos vuelto, llevamos aquí ya varios meses, pero queremos darle continuidad a Aventura Global porque vienen algunas sorpresas. Hicimos un resumen del viaje en vídeo que nunca llegamos a colgar en el blog y que podéis encontrar debajo de estas líneas. No recuerdo mucho del viaje de vuelta, solo que no hubo problemas, que hubo poco tiempo para hacer transbordo y que paramos en un bar de carretera tan cochambroso como maravilloso para hacer este vídeo.









Fast forward al tiempo presente, hace más o menos un mes que estuvimos en Amsterdam, la capital de los Países Bajos. Ya habíamos ido con unos amigos hace unos años y nos apetecía volver porque ese fin de semana se cumplían 25 años de nuestra primera cita y queríamos celebrarlo haciendo algo diferente. Así pues, nos cogimos un avión de Vueling que por supuesto salió con un retraso inaceptable para lo temprano que era y nos plantamos en Amsterdam, en un hotel la mar de pintón al lado de los museos llamado Avani Museum Quarter (sí, el nombre del hotel era un poco spoiler)







Dejamos las mochilas en el hotel, que nos hizo un upgrade gratis porque al recepcionista, que era español, la caímos bastante bien. Nos dieron una habitación con unas vistas excelentes, pero llegaba el momento de patear la ciudad, ver canales, un mercadillo que había justo al lado del hotel y un mercado de flores que hay en el centro de la ciudad, con semillas de todo tipo. No nos dio por traer semillas para Barcelona. Belén no quería porque no sabía si las podíamos pasar en el aeropuerto y yo, en fin, si depende de mí que viva la planta y germine la semilla, pues vamos jodidos, la verdad.






Comimos en un sitio nepalí que nos gustó bastante, la verdad. Pasamos por una de las mejores tiendas de discos que hemos visto nunca, llamada Concerto. Había discos, merchandising, libros y toda clase de objetos a todos los precios imaginables, desde discos muy baratos a verdaderas rarezas que costaban una pasta. Había un DJ pinchando, un grupo tocando en el otro lado de la tienda, que era enorme, tenía dentro una cafetería con un café buenísimo y encima ese fin de semana estaban celebrando el 70 aniversario de la tienda. Todo cojonudo, la verdad. Nos pillaron dos manifestaciones. La más bestia fue una pro-Palestina pero con la presencia de un grupo israelí ondeando sus banderas y protegidos por la policía. La verdad, no sé cómo no se dieron de hostias, en España seguro que se habrían cascado. Bueno, y en Palestina ni os cuento.








Volvimos a descansar al hotel porque teníamos plan: un concierto en la Sala Paradiso, un sueño hecho realidad para mí. La Paradiso es una iglesia reconvertida a sala de conciertos en la que el 100% de las entradas van a los artistas, así que tú pagas un extra para mantener el espacio. Fuimos a ver a The Beths, grupo de indie rock neozelandés que me encanta. Belén vio el concierto desde arriba e hizo unas fotos buenísimas mientras yo estaba abajo. A The Beths les habían robado los instrumentos en plena gira y estaban tocando con instrumentos prestados, pero dieron un conciertazo brutal. No tengo ningún vídeo, pero sí que los grabé en Barcelona, así que voy a poner uno aquí mismo. La sala es una pasada, tiene hasta su propia cerveza que solo se sirve allí dentro. Fuimos a cenar y volvimos a pasar por delante de la sala, con la suerte de que estaba allí Liz Stokes, la cantante, compositora y jefaza del grupo. Estuvo muy simpática con nosotros.








El domingo teníamos entrada para ir al Rijksmuseum, el museo más grande del país. Fue un acierto ir, aunque debo decir que el 90% de las obras son de autores holandeses y es muy difícil ver otras cosas. Por ejemplo, yo soy un gran fan de Claude Monet, que es mi abuelo artístico, o mi bisabuelo. Vamos, que me mola un huevo casi todo lo que hace… pero en el Rijksmuseum solo había un cuadro suyo y era una auténtica birria. Eso sí, hay un espacio para que pintes tus propias obras y Belén hizo una copia estupenda del cuadro que le dieron y en tiempo récord. Una pasada, me quedé flipado. Además hay una biblioteca gigante que es una auténtica pasada, muy sorpredente. Normalmente las bibliotecas están por un laso y los museos por el otro, no sé.

En vez de comprar un imán para la nevera, que está más magnetizada que el polo norte, decidimos innovar y comprar dos clicks de Playmobil con temática de La Ronda de Noche, el famosísimo cuadro de Rembrandt, el principal atractivo del museo.







A ver, el museo está guay y hay que verlo, pero no llega el nivel de los mejores museos del mundo. Organizativamente sí, pero ahí falta la chicha que sí encuentras en el Metropolitan, el Louvre, el Hermitage, el Vaticano o el British Museum, que para mí son los cinco mejores museos del mundo. Fuimos a comer a un sitio italiano bastante pintoresco y volvimos. Por supuesto, Vueling nos volvió a putear. Tres horas de retraso y una más sentados en el avión sin salir. Esta vez los demandamos para obtener una compensación que ya nos han pagado y todo. Belén estuvo de 10 con esto.





Vienen más sorpresas a Aventura Global, no solo más viajes (estamos rumiando algo bastante gordo), también estructurales. Pensamos que es hora de darle un meneo a la web y estamos en ello. Os mantendremos informados.

PS: Mentalmente seguimos en Cala Fell al menos un rato cada día.

PS2: Hay que ir a Amsterdam una vez en la vida. Y cuando vayas, te darás cuenta de que tienes que repetir porque es una ciudad fantástica. Es como si Londres y Venecia se fusionaran pero con la mentalidad de Norte de Europa. Es genial.

PS3: Ni que decir tiene que estos 25 años han sido fantásticos y que esperamos seguir haciendo cosas increíbles hasta que no podamos más, por lo que sea.

PS4: Ya sabéis, si tenéis algo que comentar lo podéis hacer debajo de estas líneas...

miércoles, 20 de agosto de 2025

Kekova desde la mirada de Belén



Querid@ aventurer, lamento comunicarte que hoy la que ha tomado las riendas del blog es la menda lerenda, o sea, que si venías buscando un ratito de chascarrillos inteligentes, conversaciones ficticias con lavanderas y comparaciones dignas del mismísimo Pérez-Reverte, lo siento, pero Javi se ha tomado un merecido descanso y aprovecho para explicar mi experiencia por aquí (no tan bien como él), pero se hará lo posible.

Para empezar cronológicamente voy a hablar del mayor acto de puro Hedonismo que una puede hacer aquí, y digo UNA porque creo que los chicos es otro concepto: EL HAMAM. Nada más llegar a Antalya, nuestro querido hermano turco KERAM, me hizo una reserva en un hamam local: LARA HAMAMI.





Para acceder hay dos puertas, una para hombres y otra para mujeres. Esto no es ningún spa pijo de la Bonanova, es un lugar en el que las mujeres van a cuidar de su cuerpo ayudadas por otras, tradición más antigua que las pesetas, de cuando las casas no tenían baño.

Aquí llegas, te dan una toalla, un cuartito con llave para dejarlo todo, desnudarte y quedarte solo con la toalla. Llega tu bañadora, en mi caso se llamaba Fátima, te lleva a una sala de mármol en la que hace mucho calor. Allí te lavan, te exfolian y, en mi caso, quise hacer también un tratamiento con los posos de café y, entre que has de dejar atrás todas las tonterías, que nadie te conoce, que no sabes muy bien lo que continúa es un acto de darse amor propio impresionante, además sales más limpia y suave que el osito de MIMOSÍN, yo me hago a la idea de que soy la elegida del sultán y me entrego al ritual y si, cada vez que pise Turquía lo voy a volver a hacer, para mí indispensable si pisas este país.




Después de semejante homenaje y de ir a cenar con Keram a un restaurante increíble, cogimos carretera y manta y nos vinimos para Kas. La intención era hacer 5 paradas, pero entre que parar y aparcar es una lotería y de que el tráfico es horroroso, hicimos menos paradas de las previstas, pero en serio os digo que lo del tráfico aquí es una pesadilla, no respetan ninguna norma, con el ansia pura, de noche van con las largas y, por si fuera poco, se te van cruzando familias sin ningún temor a morir aplastados, es un estrés muy grande.

Al margen de eso, Kas me recuerda a Mallorca hace 40 años, cuando todavía era rural y no estaba tan masificada, además es que se parece hasta en la comida, ya que aquí tienen un plato típico idéntico al tumbet mallorquín, pero vaya, esto se petará como todo y podremos decir: nosotros estuvimos aquí.





Ayer intentamos hacer una excursión, pero nos salió rana. Habíamos contratado un tour por la isla de KEKOVA en el hotel, pero se olvidaron de venir a buscarnos… bueno, imaginaros ese momento chungo en aventura global abandonados en la carretera… Con suerte y mucha predisposición por el personal del hotel en arreglarlo, la excursión la hemos hecho hoy y ha salido fenomenal.



Nos han venido a buscar los primeros, no vaya a ser que nos olvidaran de nuevo y nos han subido a un autobús que iba a recoger al resto de la expedición: una panda de maleducados que no nos han dado ni los buenos días cuando han subido al autobús… seguro que no tiene nada que ver, pero eran del país que está encima del nuestro… ya sabéis…



Al margen de estas criaturitas, el día ha sido sensacional, hemos hecho 5 paradas en calas turquesas para darnos mil chapuzones desde un barco la mar de cómodo que nos ha llevado por todo el parque nacional de Kekova y nos han dado de comer estupendamente, además de darnos té y frutas (SANDÍA)… oh, la sandía turca, que delicia más grande, eso si que es una delicia turca y no la mierda esa pegajosa que venden en el aeropuerto.

Después de 7 horas navegando de chapuzón en chapuzón, buceando, riendo y en un paraje excepcional ahora ya estamos duchados en nuestro hotel, en donde se ven los atardeceres más bonitos de mi vida.



Esta semana en Kas me está sentando mejor que 6 meses de terapia, de verdad, dicen que tiene un veneno y que si vienes vuelves y es cierto, creo que lo tiene.






Turquía no se rige por normas, hay perros y gatos abandonados en la calle, el tráfico es peor que una pesadilla, pero no sé muy bien cómo explicar la delicia que es estar aquí, ha sido un gran acierto venir y aun nos quedan unos cuantos días para disfrutar.

Hoy nos vamos a cenar a un sitio de hamburguesas, pero la comida turca es para comerla cada día, no todo es kebab ni hummus, tienen una gastronomía enorme.

Hasta aquí mi crónica, dejo a Javi que haga su aportación y yo me voy a poner algo que no sea el traje de baño para salir a la calle.

PD:(Javi) Esto está perfecto. No voy a aportar nada. :)

lunes, 18 de agosto de 2025

Susto mortal, Kaputas y visita al centro de Kas


Hola a todos aún desde Kas. Estamos viendo Masterchef Turquía porque aunque no entendemos ni papa de turco, conocemos la dinámica del programa y es fácil de seguir. Nos quedan tres días más aquí: el viernes 22 salimos hasta Antalya y el sábado 23 aterrizamos en Barcelona via Estambul. Hay muchas cosas que os podemos contar hoy y lo vamos a hacer... pero lo mas importante es que hemos evitado un accidente de coche importante por milésimas de segundos. En circunstancias normales deberíamos estar en el hospital o quien sabe si en el otro barrio.

Íbamos camino de la playa de Kaputas, a 15Km de Kas, por una carretera de un carril en cada sentido. De repente, un coche en el carril contrario giró en nuestro dirección con un ángulo de 45 grados, acelerando para pillar una salida que estaba en nuestro lado de la carretera. La hija de la gran puta que conducía no puso ningún intermitente y calculó mal, iba totalmente en nuestra trayectoria. Yo dije "cuidao" nada más girar, Belén frenó en seco inmediatamente (si no es por su velocidad de reacción igual no lo contamos) y el coche, al que llamamos Otto, respondió a las mil maravillas. Siempre ponemos nombre a nuestros coches alquilados en el extranjero: este se llama Otto porque oto es coche en turco, y por Otto el basurero, el de Pulp Fiction.



Total, que la cosa se ha quedado en un susto mayúsculo y hemos ido al resto del camino con más miedo que siete viejas. Aparcar cerca de Kaputas Beach, como explicaba ayer, no es lo más fácil del mundo y mucha gente deja el coche en el arcén, incluso con parte del coche dentro del trazado de la carretera. Es un horror transitar por allí y la gente va más estresada que Andrea Janeiro en un Kentucky Fried Chicken.








Hay que pagar 50 liras turcas por persona, poco más de un euro, para acceder a la playa de Kaputas, bajando 186 escalones hasta llegar a la arena. Cosas buenas de la playa: el agua es turquesa, la localización es perfecta y el hecho de bajar hace que se parezca a Dubovica, en Hvar, una de nuestras playas favoritas de Europa. La arena se convierte en piedras cada vez más grandes hasta que pierdes pie a solo tres metros de la orilla. El problema de la playa es la masificación: era lunes y a las 09:00 ya había bastante gente. A las 10:30 es imposible alquilar una hamaca, que valen 230 liras turcas, unos cinco euros, para todo el día. A las 12 de la mañana está totalmente llena de gente y lo mejor es salir de allí, subir los 186 ecsalones y escapar del caos circulatorio.



Es lo que hemos hecho, claro. Ya llevábamos tres horas en la playa, cada vez con más calor, más gente y más olas. Kaputas es para ir una vez y no volver, la verdad. Por supuesto, hay que ir temprano o todo serán desventajas.





Hemos hecho unos cuantos recados (sacar dinero, poner gasolina, comprar crema solar) antes de ir a comer en el centro de Kas. No habíamos visto el pueblo en sí y nos ha sorprendido muy gratamente, con calles muy bien decoradas, puestos de souvenirs completamente caóticos (y sin camisetas, lo cual me sorprende) y mucho encanto. Como en el resto de Turquía, la presencia de Ataturk, el mejor líder que ha tenido el país, modernizándolo completamente, está por todas partes.







Fuimos a comer una baklava que resultó ser mediocre. A ver, la baklava buena es de pistacho, triangular, alargada y se sirve con un helado especial. Hemos tenido suerte porque nos llamó la atención un supermercado gourmet llamado Muhtal y hemos entrado a comprar champú, gel y esas cosas. Vendían la baklava perfecta y también el helado con el que se sirve. Hemos merendado baklava en la habitación y OH SHIT, como siempre, es el mejor postre del mundo. No hay nada igual de bueno que una buena baklava, y la del Muhtal es excelente. Buen supermercado, además.



Mañana hacemos una excursión por una ciudad sumergida y varias playas. Espero que el viento nos respete, porque hoy ha soplado fortísimo por la tarde y no hemos podido ir a Cala Fell. Por cierto, aquí son adictos al té, pero siempre te sirven la misma variedad, un té rojo que se bebe en todas partes y a todas horas. Pasa lo mismo con el pan, hay solo un tipo de hogaza, es siempre la misma y baratísima, rollo 33 céntimos de euro. Ya podían hacer lo mismo con la baklava y servir solo la buena, que hay que ser cabrones.

Me he apuntado una serie de mierdas para los posdatas. Vamos allá:

PD: En turco, agua se dice SU. Así, tal cual. Eso hace que puedas hacer el grito desagradable de Cristiano Ronaldo en todos los bares. Dices SUUUUUUUU y te traen agua, pero no somos tan gilipollas de pegar ese grito para hacer la coña. No somos madridistas, para empezar.

PD2: Dudamos profundamente que exista la ITV en Turquía. Hemos visto coches que se caían a cachos circulando hasta sin matrícula. Añadido al caos circulatorio, algunas playas no tienen banderas ni socorristas, pero da igual porque hoy en Kaputas han sacado bandera roja y a la gente le ha sudado los huevos, todo Dios bañándose.

PD3: Hemos definido el estilo de conducción de aquí como "tengo 18 años, me acaba de llamar mi novia y me ha dicho que está sola en casa y con las bragas en la mano". Pues así conducen, con más prisa que en esa situación.

PD4: Por motivos obvios vamos a dejar el cameo ficticio de Lee E. Fittipaldi para otro viaje. No estamos para hablar de gente yendo a toda hostia después de lo que (casi) nos pasa.

PD5: Clasificamos los países como de vino o de cerveza. Turquía es claramente de cerveza. Países de vino: Francia, Italia, Chile.... Países de cerveza: Inglaterra, Bélgica, Japón... España y Australia son excepciones porque son de las dos cosas. Quizás por eso nos llevamos bien.

PD6: Si no sabéis quién es Otto el basurero en Pulp Fiction, quizás deberíais verla otra vez. Se le menciona muy al final...

domingo, 17 de agosto de 2025

Oludeniz: una de las mejores playas del mundo



Hola a todos desde Kas. Hoy ha sido otro día con mucha actividad pero las más de cinco horas de coche para ir a la playa de Oludeniz y volver han merecido la pena. Parece un plan calcado al de ayer, o sea, vamos a bañarnos y a ver ruinas grecorromanas pero no es así: lo de hoy ha sido muy diferente, muy divertido a la vez y bien merece que lo contemos con detalle.



Hemos empezado el día saliendo muy temprano de Kas: total, el desayuno del hotel es una mierda y empieza a las 08:30, lo cual entorpecía nuestros planes de llegar a Oludeniz antes de que estuviese completamente masificada (cosa que luego no sucedió, pero en fin). Hemos parado a desayunar una tostada y dos tés a la salida de Kas. Parecía una cafetería pero no tenían café, los muy malvados, enemigos de le cafeína, malas personas. La tostada estaba buena: lo que aquí llaman TOST es un sándwich de queso gratinada con un salami de vaca y no sé qué más. Esto de los billetes turcos es un auténtico monopoly hemos pagado una cuenta de cinco euros con algo así como 15 billetes. Así no hay manera, joder, que hagan algo. El pichurro turco está más devaluado que el caché de Fabián, el del Operación Triunfo original.





De camino hemos pasado por la playa de Kaputas, nuestro destino de mañana, y tenemos información relevante. Primero, solo se puede aparcar de manera chapucera en los arcenes de una carretera peligrosísima. Volvemos a lo de antes: si vamos temprano no deberíamos tener problemas, especialmente siendo lunes. Segundo, si queremos ir a Kaputas hay que bajar 186 escalones y claro, luego hay que subirlos con toda la calor que hace. El camino a Oludeniz ha sido bastante fluido menos la entrada a la playa, que ha sido más caótica que la entrada de un puticlub moldavo con 90% de descuento. Al final hemos conseguido entrar, pagar y aparcar. Ya llegaremos al tema de la pasta más adelante. Alguno estará más horrorizado que Bugs Bunny delante de una paella valenciana.








Hemos salido por el primer sitio que hemos visto abierto, llamado VirGo Beach. Nos ha recibido con una sonrisa y nos ha dicho que parecíamos locales, lo cual es un piropo. Seguramente se lo diga a cualquier guiri gilipollas que ponga un pie en el Beach Club aunque claramente vengan de Corea del Norte con una foto de Kim Jong-Un, pero ya han identificado a Belén como una persona local varias veces. En cuanto a mí, con esta combinación de altura, volumen y cara de mierda, puedo ser de cualquier país de Europa del Este en el que nadie sonríe, tenéis 10 o 12 para elegir. En fin, nos han cobrado 600 liras turcas (12 EUR; más o menos) a cada uno por una hamaca en segunda línea de playa. Nos parece bien, porque no tenemos la paranoia de que alguien nos robe y para una vez que venimos aquí, estaríamos cómodos.



La playa de Oludeniz es UNA AUTÉNTICA PASADA. No es perfecta, porque el suelo es de piedras pequeñas y quizás había demasiado oleaje, pero con unas cangrejeras y eligiendo un buen día, ya está. El agua es de un color turquesa como no hemos visto en nuestra vida y a una temperatura perfecta, para quedarse allí dentro varias horas. Nada más llegar pedimos dos cafés con hielo y posteriormente una Coca-Cola Zero para compartir. Hemos abierto la bolsa de frutos secos variados de Tadim y Belén ha flipado. Otra cosa no sé, pero en frutos secos los turcos ganan a todo el mundo por goleada. Hemos hecho unos cuantos vídeos, pero ninguno hace justicia a la belleza de esta playa. Joder, si hasta los parapentes que sobrevolaban Oludeniz le daban un punto especial.








Eso sí, nos han cobrado 48 EUR por el aparcamiento, las dos hamacas, los dos cafés y la Coca-Cola Zero. Habrá quien piense que es un atraco a mano armada, pero qué coño, solo se vive una vez y hemos estado en un sitio de un nivelón brutal, con buena música, hamacas cómodas y a escasos metros de la orilla en una de las mejores playas del mundo. Además, hemos compensado un poco con el almuerzo, que nos ha salido por unos ocho euros en total, baratísimo. Hemos comido en un bar que tenía buena pinta, Belén ha pillado una especie de pepito de cordero y a mí me han servido un bocadillo de albóndigas (kofte), los dos buenísimos. Si sabes dónde comer, Turquía está lleno de oportunidades. Es que igual es uno de los mejores bocatas que me ha comido en mi vida, tal cual. Estaba perfecto.






Antes de volver a Kas hemos parado en Xanthos, unas ruinas que han visto mejores días. Ha sido muy gracioso que el cartel ponía que solo se podía pagar en liras turcas... pero el ticket de entrada ponía 3 EUR. En qué quedamos, joder. En fin, Xanthos tuvo que ser un sitio acojonante en su momento, con mosaicos supergrandes y un anfiteatro que ha tenido que ver unas luchas de gladiadores legendarias que harían que la UFC parezca una pelea de pijas octogenarias en la cola del supermercado de El Corte Inglés. La pena es que está en un estado lamentable y solo se pueden intuir los días de gloria que debió tener. Aún así, los restos del anfiteatro son impresionantes, hay una iglesia y una necrópolis. Lo que ha pasado es que han venido cuatro chavales turcos con una música de mierda a toda hostia y se nos han quitado las ganas de explorarlo todo hasta el final.






Hemos vuelto a pasar por Kaputas Beach a la vuelta y el caos circulatorio era total, diría que hasta hemos tenido suerte de no chocarnos con nadie. Bueno, suerte y que Belén es una auténtica crack al volante y eso minimiza el peligro. Queríamos pasar por Cala Fell pero había mucha oleaje y hemos acabado en la piscina. El dueño del hotel no está nunca en su puesto de trabajo, el muy cabrón, pero siempre aparece cuando estamos en la piscina. A estas alturas debe pensar que estamos todo el puto día allí, con los antebrazos apoyados en el churro de piscina (insisto, qué invento, oigan).

Nos queda resolver el asunto de la cena, pero mañana estaremos listos para irnos a Kaputas.

PS: Nos hemos quedado sin pasta. Quiero decir, que no tenemos mucho más cash y tenemos que ir al banco. Casi todo el mundo acepta tarjetas de crédito hasta para cantidades ridículas y hasta te ponen mala cara si pagas en cash pero en fin, que se jodan.

PS2: Hemos hecho un vídeo para ilustrar cómo sería Aventura Global si lo que buscásemos fuese tener likes, clicks y demás mierdas. Os lo tenéis que imaginar con un buen micrófono y una cámara profesional. Allá va: hay que verlo hasta el final porque hay coña marinera tardía.




PS3: Acabamos de robarle cinco botellas de agua al vecino. Las ha dejado en la puerta y hemos asumido que estaban abandonadas. Nos viene muy bien porque no tenemos que cargar con ellas por las escaleras. Hey, mira, si al final el vecino estaba allí, pues qué quieres que te diga: a riesgo de ser reiterativo, que se joda.

PS4: Turquía no es país para diabéticos. Al contrario que en España, hay cero opciones sin azúcar en todo lo que son chocolates, galletas y helados. Es claramente un error que se subsanará en el futuro pero ahora mismo la cosa está bastante chunga.

PS5: Un buen amigo que conoce ambos sitios nos ha dicho que Kas es como Hvar era antiguamente. Hemos estado en Hvar varias veces y solo podemos imaginarnos cómo era antes de que llegasen los pijos, los barcos con la música a todo carajo, los beach clubs y su puta madre... pero sí, debería ser algo como esto. Espero que lo protejan porque este sitio es un verdadero tesoro.



PS6: Casi se me olvida, hostia. ¡Mirad cómo mola este semáforo!